Un hombre de 50 años ha conseguido ejercer sin título como médico de cabecera: "Fue alucinante lo que hice"
"Mi abuelo era médico, mi madre enfermera, yo estudié medicina durante un año, pero como era un poco fiestero, no funcionó", trata de justificar, en parte, este impostor confeso.

Un hombre de 50 años que se hizo pasar por médico en Francia. Esta es la carta de presentación del testimonio con el que este individuo ha roto su silencio y evidenciado un problema de suplantaciones en el mercado laboral galo. Así lo recoge el medio galo TF1 Info en una información.
"Ahora tenemos que implementar más elementos de verificación que antes, ya que las falsificaciones se fabrican mucho mejor. La tecnología nos permite, con solo unos clics, producir un documento falso con la credibilidad suficiente para pasar", afirma Thomas Duvernoy, director de desarrollo de la agencia Samsic Médical, después de recibir un correo electrónico alertándolo sobre los "certificados falsificados" de un candidato para un puesto de radiólogo
Historias como la de este impostor médico corroboran esos temores y precauciones. "Estaba vestido de azul, como un uniforme de médico. No sé si tengo presencia, pero la gente me creyó. Fue bien recibido", indicó el falso médico de cabecera a TF1, bajo condición de anonimato.
"Un día, en internet, encontré un título de médico. No sé qué me pasó por la cabeza, pensé: 'Oye, voy a poner mi nombre'" , relata el impostor confeso, dando detalle de cómo engañó a la empresa de trabajo temporal que le permitió trabajar en un centro de atención primaria.
Lógicamente, en el centro de salud solo necesitaron dos consultas para que una enfermera cayese en la cuenta de que este señor sin experiencia sanitaria no podía ser doctor. Y puso a todos en alerta. ¿Sanciones? El falso médico acaba de ser condenado a tres años de cárcel. En realidad a 20 años de prisión, pero la condena restante la realizará en arresto domiciliario con pulsera electrónica.
"En ese momento sonó el teléfono; la dirección quería verme. Llamaron al Colegio de Médicos, que obviamente no me conocían", recuerda el hombre, que no tenía empleo y vivía de una prestación social por discapacidad. Y tampoco le importa tratar de explicar por qué lo hizo, por qué se expuso a esta condena: "No sé, el atractivo del dinero, la fama, el estatus... Mi abuelo era médico, mi madre enfermera, yo estudié medicina durante un año, pero como era un poco fiestero, no funcionó. Para mí, la convicción era lógica. El médico sigue teniendo la vida de una persona en sus manos. Y yo no me daba cuenta en absoluto. Ahora me doy cuenta. Fue alucinante lo que hice. No iba bien".
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