Un hombre es rescatado en la costa de España después de 40 horas a la deriva en el mar con solo un flotador y aletas
"Tenía miedo de morir en el mar. Esperaba que Dios me salvara o que encontrara un bote para que me rescataran", confiesa.

Rafie Nadi pasó más de 40 horas agónicas a la deriva en el Mediterráneo, aferrado solo a un flotador y unas aletas, hasta que fue rescatado en la costa española por una familia que navegaba hacia las Islas Baleares.
La odisea de este joven egipcio de 23 años comenzó n la costa de Fnideq, Marruecos, cuando intentó nadar hasta Ceuta junto a un amigo de 17 años, con la esperanza de llegar a Europa y cambiar su destino. "Habíamos calculado que llegaríamos a Ceuta en cinco o seis horas", relata Nadi a The Guardian. Sin embargo, la realidad fue muy distinta.
"Empecé a preocuparme cuando salió el sol y aún no lo habíamos conseguido", asegura. Tras semanas entrenando para esta travesía, la pareja se lanzó al agua justo antes de la medianoche del 14 de julio, confiando en que la oscuridad les permitiría cruzar sin ser detectados. Sin embargo, el mar estaba más bravo de lo esperado y, tras más de ocho horas nadando, se separaron.
A partir de ese momento, Nadi se encontró solo, a merced de las corrientes y sin tierra a la vista. "Tenía miedo de morir en el mar. Esperaba que Dios me salvara o que encontrara un bote para que me rescataran", confiesa. Durante horas, intentó sin éxito llamar la atención de varias embarcaciones que pasaron cerca de él: "Estaba muy cerca de ellas… Agité los brazos y grité:'¡Ayuda, ayuda!' muchas veces, pero nadie respondió".
El joven, quien dejó su ciudad natal de Minya, a orillas del Nilo, cinco años antes para buscar trabajo y mantener a su familia, pensaba en su madre, a quien no había visto en todo ese tiempo: "Le rogué a Dios que no me dejara morir para que mi madre no sufriera".
Fin de la agonía
Finalmente, tras más de 40 horas a la deriva y después de flotar más de 100 kilómetros, una familia que navegaba hacia las Islas Baleares lo rescató: "Empecé a agitar los brazos, me lanzaron una cuerda y la agarré. Me sacaron, me dieron comida, agua y ropa".
La familia lo entregó al servicio de salvamento marítimo, que lo trasladó al puerto de Málaga para ser atendido por la policía y la Cruz Roja. Poco después, Nadi recibió la noticia que su amigo también había sido encontrado sano y salvo cerca de la costa. Después de pasar dos semanas en un campamento gestionado por la Cruz Roja, fue liberado debido a la ausencia de acuerdos de repatriación entre España y Egipto.
Aunque tiene derecho a solicitar asilo, Nadi reconoce las dificultades que enfrentan los migrantes en Europa: "Pensé que empezaría a trabajar en cuanto llegara a España, pero la realidad es diferente. Si tienes papeles, sí, pero sin papeles es muy duro. No sé cuándo los conseguiré, pero quiero buscar trabajo, cualquier trabajo".
