Una mujer finge su muerte y vive de lujo hasta que un caniche acaba destapando todo el engaño
Ha sido condenada a más de dos años de prisión por apropiación indebida de fondos de su empleador y falsificación.
Una mujer alemana fingió su propia muerte en un accidente de tráfico para poder pegarse una vida de lujos en Mallorca tras apropiarse de más de 2,3 millones de euros de una empresa especializada en paneles solares. Finalmente, un caniche acabó con sus planes.
Ina Zimmermann, de 51 años, fue condenada en el juzgado de Palma a más de dos años de prisión por apropiación indebida de fondos de su empleador y falsificación, según ha publicado el medio Ilta-Sanomat.
La mujer trabajaba como gerente en una empresa mallorquina que prestaba servicios de contabilidad y consultoría fiscal entre 2009 y 2019. Los hechos comenzaron en 2009 cuando una empresa alemana contrató a Zimmermann como su contable, por lo que le dio autoridad para gestionar los pagos e impuestos de la empresa.
Con el poder notarial, Zimmermann accedió a la cuenta bancaria de la empresa y pudo realizar pagos sin supervisión. Entre 2014 y 2019 se transfirió fondos a sí misma alegando que se utilizaban para pagar impuestos.
Según la fiscalía, la mujer se transfirió a sí misma más de 2,5 millones de euros a lo largo de los años, de los que solo 216.292 euros fueron abonados a Hacienda. Zimmermann destinó los 2,3 millones restantes a sus propias cuentas. Para encubrir el fraude, creó una falsa "confirmación" de los pagos por parte de las autoridades fiscales.
Cuando Zimmermann se enteró de que la empresa había presentado una denuncia penal en su contra, redactó un certificado de defunción falso, en el que declaraba que había fallecido en un accidente de tráfico en Rostock, Alemania. Su hermana, Anne Zimmermann, entregó el certificado de defunción falso a las autoridades.
El periódico alemán Bild informa que una empresa con pérdidas económicas contrató a investigadores privados para investigar la presunta muerte de su contable. Las pistas condujeron hasta la lujosa villa de la mujer en la zona de Santa Ponça, Mallorca. La pista crucial fue su caniche.
La mujer fue localizada a través de las redes sociales. Los detectives observaron que aparecían nuevas publicaciones en las cuentas incluso después de la "muerte" de Zimmermann. Reconocieron el entorno característico en las fotos, distinguieron al caniche blanco y finalmente localizaron la casa de la mujer. La Guardia Nacional española también inició una investigación oficial sobre el asunto y la mujer fue detenida.