Unos monjes borraron el libro por el que la humanidad perdió siglos de progreso científico y tecnológico
La magia de las matemáticas combinadas, perdida en el tiempo.

La magia de las matemáticas combinadas. En el siglo XVII, Newton y Leibniz escribieron las fórmulas matemáticas en las que se basó la humanidad: crear megaestructuras, desarrollar teorías combinatorias que llevaron a la programación, o conquistar el cielo y el espacio. Pero estas teorías ya estaban sobre el papel mucho antes. Concretamente, unos 1800 años antes de que nacieran los matemáticos, en el conocido Palimpsesto de Arquímedes.
Según publica el medio francés JvTech, esta obra perdida incluía el primer enfoque conocido de lo que ahora llamamos matemáticas combinatorias. "La base sobre la que se basa nuestra ingeniería moderna es la física teórica y todo ello ya existía en el siglo II a.C".
Tal y como reza la publicación, mientras el filólogo danés Johan Ludvig estudiaba manuscritos medievales en su laboratorio en 1906, se encontró con un libro "bastante peculiar", en el que los monjes parecen contener rastros del Palimpsesto de Arquímedes. "Es como si los monjes hubieran usado un pergamino precargado para escribir sus salmos encima", relata el medio. Con su investigación, se logró adivinar que un texto borrado de Arquímedes corresponde a una de sus obras perdidas, el Método de los teoremas mecánicos.
De acuerdo a la información difundida, la ciencia tardó más de 90 años en volver a tener en sus manos el manuscrito después de décadas desaparecido. Un comprador anónimo lo adquirió por 2 millones de dólares. De este modo, y utilizando técnicas modernas con rayos ultravioleta, infrarrojos y rayos X, estos científicos han descubierto el texto matemático oculto en el pergamino. "Un avance revolucionario capaz de cambiar la historia de la humanidad que, lamentablemente, llegó demasiado tarde".
No obstante, la culpa no es de los monjes, puesto que, probablemente, "no sabían lo que tenían en frente". En ese momento, el pergamino era un bien raro y caro, por lo que los textos antiguos a menudo se raspaban para crear libros religiosos. Esta práctica de reutilizar el pergamino se conocía como palimpsesto, lo que dio lugar al nombre de la obra.
