Un creador de contenido confiesa cuánto gana al mes con YouTube y TikTok: "Por fin uno que dice la verdad"
Álvaro Casares tiene un millón de seguidores, que no es moco de pavo.

Internet está lleno de gurús que prometen éxito y riqueza instantáneas con su receta mágica de la Coca-Cola para triunfar en las redes sociales con la creación de contenidos. Y luego están los otros, los que te bajan a la tierra de un guantazo, te enseñan los ingresos reales de un influencer y te quitan, incluso, las ganas de abrir YouTube.
El de Álvaro Casares pertenece, sin duda, al segundo grupo. El humorista, que en TikTok es @alvarocasaress, ha hecho lo que pocos creadores de contenidos se atreve: enseñar lo que de verdad se gana con la reproducción de sus vídeos. Sí, los números sin filtros, sin humo y sin ningún Lamborghini de fondo. Sin mansiones funcionando de decorado para un setup ni relojes de edición limitada en las muñecas, solo un tipo con una calculadora en la cabeza y una pregunta sencilla: “¿Cuánto paga YouTube por un vídeo monetizado?”.
¡Spoiler! No lo suficiente para comprar el Lamborghini. Ni siquiera para la plaza de garaje.
Álvaro Casares, que se ha editado un vídeo en el que alterna los planos grabados en la calle con otros en pijama, en casa, no tarda mucho en ir al grano. “Vamos a calcular los ingresos sobre este vídeo que tiene 12 millones de reproducciones”, dice, sabiendo que en las redes sociales cada segundo es oro y que no conviene perderse por las ramas si no quieres que el espectador pase al siguiente vídeo. Luego llega el mazazo y una frase que debería enseñarse en todas las academias de influencers: “YouTube paga menos en el formato shorts que en el formato normal”. Después, sin anestesia, deja caer una cifra que duele más que un dislike: “El vídeo tiene 12 millones de reproducciones y me han pagado 465 euros. Más o menos te sale a 1 euro cada 25 mil reproducciones.”
El creador de contenidos, que acumula un millón de seguidores en TikTok y 60 millones de 'Me Gusta’, admite que de donde realmente entra el dinero en su cuenta corriente no es de YouTube, sino de TikTok e Instagram. Eso sí, no porque estas plataformas paguen (que no lo hacen) sino porque hay marcas dispuestas a hacerlo. “Instagram y TikTok no pagan directamente”, recuerda Casares, “sino siempre a través de colaboraciones con marcas”.
“Vamos con las cuentas”, comenta antes de poner en marcha la calculadora mental y desmenuzar sus cifras. En el vídeo, durante apenas una fracción de segundo, se alcanzan a ver las estadísticas globales de su canal: 26,8 millones de visualizaciones en un mes, más de 8.000 nuevos suscriptores y unos ingresos estimados de 1.100 euros. Vamos, ni para pagar un alquiler en Madrid y, con suerte, si el algoritmo se porta, el café de después.
El vídeo ha corrido por TikTok como suelen hacerlo los que tocan hueso: a toda velocidad y con medio mundo comentando que, por una vez, alguien ha dicho lo que todos pensaban. “Por fin uno que dice la verdad”. No lo dice Álvaro Casares sino @Moha_, un usuario de TikTok que es, además, el autor del comentario que resume el sentir general.
Bajo su publicación se acumulan decenas de mensajes que van del aplauso al lamento existencial, con la satisfacción de ver que alguien pone cifras reales sobre la mesa y el bajón posterior al descubrir que ni con millones de visualizaciones te da para llenar el depósito. Algunos tiran de humor negro: "12 millones de visitas y ni para un alquiler en Madrid", escribió Carlos Almón Muñoz (@CAMFilms_), mientras otros bajan el tono y se resignan: “Yo todas las semanas subiendo vídeos y no llego ni a 100 visualizaciones”, confesó @Mylacrochet, entre emojis que lloran, pero de risa nerviosa.
Álvaro Casares no vende milagros ni cursos de éxito, no promete libertad financiera ni coches de lujo, bro, solo enseña la factura real del influencer medio. Mientras algunos youtubers hacen cola en la frontera de Andorra convencidos de que pagar impuestos es de perdedores, él sigue grabando desde su casa, con una luz de aro y los pies en el suelo. Porque si algo demuestra su vídeo es que el dinero, en esto de las redes, no siempre llega por las reproducciones… aunque algunos vivan como si cada ‘me gusta’ cotizara en bolsa.
