Va comer a un restaurante de Madrid y hay un añadido en la carta que para muchos es imperdonable
Hay debate sobre la legalidad.

Salir a comer a un restaurante es cada día más caro como lo es comprar huevos, poner gasolina o alquilar un piso. Por ejemplo, la gripe aviar ha hecho que el precio de los huevos suba un 6,8%, lo que más de toda la cesta de la compra, que en lo que va de año se han disparado por encima del 30%, según datos del Índice de Precios al Consumo (IPC) de noviembre.
Pero los ricos también lloran. En noviembre subió el precio de los artículos de joyería y bisutería, que en vísperas de las fechas navideñas se encarecen más de un 5 % y también cuestan ya casi un 30% más que el año pasado.
Esta subida de la cesta de la compra influye directamente en bares y restaurantes que desde la pandemia no han dejado de subir: las cervezas ya valen más de 3 euros y los cafés normales de bar están a punto de superar, en algunos casos, la barrera psicológica de los dos euros.
Polémicos cobros
En las últimas horas ha dado que hablar un polémico cobro que, aunque está avisado en la carta, está generando muchas dudas en redes. "No servimos agua del grifo, sólo se servirá agua mineral embotellada", se puede leer en la carta.
Algo que incumple la Ley 7/2022, de 8 de abril, de residuos y suelos contaminados para una economía circular que dice concretamente que "en los establecimientos del sector de la hostelería y restauración se tendrá que ofrecer siempre a los consumidores, clientes o usuarios de sus servicios, la posibilidad de consumo de agua no envasada de manera gratuita y complementaria a la oferta del mismo establecimiento".
Las patatas de la discordia
La carta, además de la polémica advertencia con el agua, tiene otra particularidad que ha llamado la atención de los tuiteros más puntillosos: el precio de las raciones de patatas fritas.
Las patatas fritas normales valen 8 euros, las Tonatiuh 9 euros y las granjeras 9,90. El ácido tuitero Pablo Mur ha ironizado sobre esto y ha apuntado: "Le cuentas al dueño de Nvidia los márgenes a los que el hosteleriado madrileño está vendiendo las patatas fritas y se cae redondo al suelo".
