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Alba Flores: "Quería querer a mi padre completo y no me parecía justo ese prejuicio sobre él ni sobre nadie por problemas con el consumo de drogas"

Alba Flores: "Quería querer a mi padre completo y no me parecía justo ese prejuicio sobre él ni sobre nadie por problemas con el consumo de drogas"

La actriz produce el documental sobre su padre, Antonio Flores, 'Flores para Antonio' dirigido por Isaki Lacuesta y Elena Molina.

Alba Flores en la premiere de 'Flores para Antonio' en el Festival de San Sebastián.
Alba Flores en la premiere de 'Flores para Antonio' en el Festival de San Sebastián.JUAN NAHARRO GIMENEZ

Con un palestino al cuello, con la chaqueta de su padre y entonando junto a su tía Rosario el No dudaría de su padre, Antonio Flores, Alba Flores se subía al escenario del Palacio de Vistalegre el 23 de noviembre de 2023. Su hija tomó con su propia voz la canción de su padre, por primera vez de manera pública, pero también ese carácter reivindicativo que hizo que se le tachara de "maldito" por la industria en su carrera. 

Detrás de esos versos cantados por Alba Flores hay toda una historia de reconciliación con la figura de su padre, que falleció de una sobredosis cuando tenía 33 años en 1995, con cantar y con ella misma que ha hecho patente en el documental de Movistar + Flores para Antonio, en el que ella misma ejerce como productora junto a LACOProdcutora, Flower Power Producciones y Caballo Films, bajo la batuta de Isaki Lacuesta y Elena Molina y que llegó a los cines este jueves.

"Él me ha dado un principio de ser yo leal y fiel a lo que yo pienso, tener unos principios y creer en ellos, también de una manera abierta al diálogo, a aprender", recuerda la actriz en su charla con El HuffPost. "Creo que, de alguna manera, me ha influido en la semilla de que tenga cierta sensibilidad en lo social, también a la hora de pronunciarme por causas o de creer en cosas y defenderlas", añade.

"Creo que la semilla me la transmitió él, pero no solo a mí, su primera canción en esta vida fue No dudaría, creo que a mí y a mucha gente seguramente también", recuerda. Durante sus 15 años de carrera, antes de ese fatídico 30 de mayo de 1995, Antonio rompió con el flamenco y la rumba que había marcado su familia, pero sus problemas de adicción estigmatizaron parte de su carrera y su legado.

Su hija, Alba, a la que también dedicó una canción con su nombre tenía entonces 9 años, ha transitado todo el proceso de duelo ante las cámaras de este documental desgranando todo el archivo familiar con notas, grabaciones e incluso dibujos del propio Antonio, ya que ha contado con el apoyo de todos los Flores, tal y como han demostrado en la premiere del largometraje. A lo largo de sus 90 minutos, más que ensalzar únicamente su figura, transita todo su proceso y las barreras que tenía a la hora de hablar tanto de la adicción de su padre como de tomar su arte para cantar. 

La sombra de Alba Flores sobre una imagen de Antonio Flores en un fotograma de 'Flores para Antonio'
  La sombra de Alba Flores sobre una imagen de Antonio Flores en un fotograma de 'Flores para Antonio'Cortesía de Movistar +

"Ha sido un antes y un después en mi vida. Yo ahora le siento más, como que le tengo como integrado en mi vida. Eso es una sensación que me hace sentirme como más completa, también más libre, más tranquila y más dueña de mi propia historia", señala en su entrevista con El HuffPost.

Estas imágenes repasan desde grabaciones caseras a las apariciones televisivas más recordadas, pero también los diálogos de la propia Alba con su familia, especialmente con sus tías Lolita y Rosario, con las que no había hablado abiertamente de sus emociones con respecto a su padre, o con amigos cercanos como Ariel Rot, Joaquín Sabina o Marianne Nilsen, la fotógrafa mejor amiga del artista.

Recuperar el canto y abordar la adicción a las drogas sin estigmas: los retos de Alba Flores delante y detrás de las cámaras

Si hay una columna vertebral que encauza este largometraje más allá de la figura del propio Antonio es la búsqueda de la voz propia de Alba y su bloqueo a la hora de cantar. "El último acercamiento que hice fue para los créditos de la película con Silvia Pérez Cruz, que conseguí algo que yo jamás imaginé que podía hacer. Por eso he hecho una película, porque no era capaz de hacer una canción y como que juntas pudimos terminar esa canción que también está en la película", señala.

Se trata, tal y como recuerda, de una canción que inventa de niña y que ahora ha podido "hacerla crecer y completarla", además de "poderla ofrecer a él y al público". "Eso ha sido mi último hito, por decirlo de alguna manera. Ahora veremos a ver, yo me siento con todo por descubrir, todo por hacer, como en un momento de haberme quitado como mucho bloqueo de encima y ser libre ahora para explorar", apunta la actriz de ficciones como Vis a Vis o La casa de papel sobre esta faceta artística.

Sobre las imágenes que se han usado en el documental, Flores admite que había muchas que no había visto y que algunas se incluyeron en el último minuto. "El que está componiendo con mi tía Rosario me parece que es supervalioso y apareció en el último minuto, casi que ya habíamos montado la película y, de repente, apareció eso. Es como ‘Dios mío, esto tiene que ir’, ‘esto es oro molido, vamos", recuerda. 

"También el vídeo en el que yo estoy cantando con él, que es como el núcleo, el hueso central de la película, había visto algún trozo en algún momento, pero lo recuperamos entero y fue muy emocionante verlo, tal y como se ve en la película", señala sobre ese instante en el que se rompe ante las cámaras al verse cantar de niña y recordar el bloqueo que ha tenido durante estos 30 años.

A la hora de elegir los temas y las imágenes, Flores recalca que "no había ningún tipo de cortapisas en ningún momento de esta película", aunque sí se plantearon algunas conversaciones. "Al principio sí que pensábamos que igual nos teníamos que autocensurar un poco más, pero la película ha caído por su propio peso", señala. 

El tema de la adicción de Antonio Flores a las drogas sí que fue algo que habló antes de la cinta. "Para mí era algo importante y creo que a mis tías, mi madre, mi familia y mis primos esto no les había afectado tanto a ellos como a mí. Sí que tuve que tener primero una conversación diciendo ‘que sepáis que me apetece a mí abrir ese melón y darle una visión diferente porque creo que ahora se puede hablar de estas cosas desde otro lugar", explica. 

"También porque, y así se lo expliqué y todo el mundo estuvo de acuerdo y me apoyó, yo quiero querer a mi padre completo y no me parece justo ese juicio o prejuicio sobre él ni sobre ninguna persona que haya tenido problemas con el consumo de drogas", añade.

"Mi generación está intentando mirar a esa otra generación de padres, tíos, de otra manera"

De hecho, ve la forma en la que se ha planteado el consumo de drogas como una forma de recordarle más justa que omitirla o tener una visión sensacionalista. "Para mí también, dentro de homenajearle y celebrarle, hay algo en esta parcela de ser más justa, de hacerle justicia, de tratar de comprenderle de algo que sea más sano y edificante que lo que yo he vivido, por ejemplo, hasta ahora en ese tema", señala y pone de manifiesto otra serie de proyectos, como puede ser Romería de Carla Simón, que también ponen sobre la mesa este tema. 

"Creo que es un movimiento colectivo, creo que hay otras personas haciendo otras películas que también hablan de esto, incluso música, discos... Mi generación está intentando mirar a esa otra generación de padres, tíos, de otra manera", explica.

Alba Flores junto a sus tías Rosario y Lolita en una imagen del documental.
  Alba Flores junto a sus tías Rosario y Lolita en una imagen del documental.Cortesía de Movistar +

Un mediático apellido Flores, pero también la visión de Ana Villa

El documental, tal y como recuerda Flores, le ha servido también para dialogar sobre ciertos temas con su madre y sus tías como no había hecho antes y también poner a su madre Ana Villa en un papel protagonista, ya que ella misma ejerce también de productora.

"A mi madre la veo, que estoy muy contenta, porque la veo ahora mismo disfrutar mucho de lo que hemos hecho y está recibiendo muchísimo amor a su alrededor. Creo que también esta película la visibiliza a ella, lo que ha hecho ella en la vida y su propia historia. Eso la dignifica mucho, está recibiendo mucho cariño de la gente y yo estoy muy contenta", explica la actriz.

Ana Villa y su hija, Alba Flores, durante el documental.
  Ana Villa y su hija, Alba Flores, durante el documental.Concha De La Rosa/Cortesía de Movistar +

"Con mis tías un poco parecido, que sí que nos ha unido más y nos siento a todos ahora más cerca porque estamos como haciendo una cosa juntas. Pero creo que sobre todo lo que aprecio más es lo que va a cambiar  para el público, es la manera de que nos vea como familia", señala y recuerda que esto puede servir para que el espectador les vea como "una familia de una manera más cercana".

"Es una familia que resulta que son artistas y nos dedicamos a esto, es nuestra personalidad familiar, pero sí que trasciende un poco la cosa mítica de la familia, que se nos ve más como personajes que como personas", detalla y recuerda que estos "secretos de familia" o esta falta de diálogo tiene un claro componente generacional. "Están a la orden del día y ahora tenemos más herramientas para hablar las cosas que había antes", señala.

"Estoy orgullosa de ser Flores también, lo que da pena es que eso invisibiliza un poco el González de mi abuelo, invisibiliza un poco el Villa de mi madre... Podría ser Alba y punto"

Sobre el peso del apellido Flores, Alba recuerda que tampoco decidió colocárselo en el apellido, pero le sucedió exactamente igual que a su padre y a sus tías: desde que nació se le adjudicó el apellido.

"Para mí también fue impuesto por los medios de comunicación, si buscas en la hemeroteca ya la primera vez que soy bebé y salgo a una revista ya soy Alba Flores. Nunca se me dio opción y cuando ya como adulta me planteé cuál iba a ser mi nombre artístico, no tuve opción, pensé 'bueno pues Alba Flores porque ya me conoce todo el mundo así", recuerda. 

Flores señala que lo hizo también "porque había visto en el camino de mis tías y de mi padre como habían intentado en algún momento hacerlo de otra manera, pero al final todo el mundo había acabado siendo Flores, entonces pensé que no quería eso". 

Sin embargo, pone sobre la mesa el valor de sus apellidos Villa o de su abuelo, El Pescaílla, con el González. "Estoy orgullosa de ser Flores también, lo que da pena es que eso invisibiliza un poco el González de mi abuelo, invisibiliza un poco el Villa de mi madre... Podría ser Alba y punto, como dice mi tía Lolita en la película: ‘Nosotros salíamos con los nombres que teníamos en casa, Lolita, Rosario y Antonio’. Igual podría acabar siendo Alba y punto pelota", reivindica. De esta Alba a secas, el Flores no va tras su nombre, sino que es una ofrenda a su padre.

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Soy redactora de LIFE en El HuffPost España y mi misión es acercarte la última hora del mundo de la cultura, la música y el entretenimiento.

 

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Escribo principalmente de música, cultura, cine, series y entretenimiento porque, aunque sirva para desconectar, bailar o echar un rato entre palomitas, la cultura esconde mucho más. Evitando el elitismo, trato de tender la mano a las nuevas tendencias de la industria musical o del audiovisual a través de entrevistas con artistas emergentes —que pronto dejarán de serlo— y compaginarlo con el análisis de lo más mainstream como Taylor Swift o Bad Bunny.


En estos ocho años he cubierto los Goya, los Oscar, el Benidorm Fest o Eurovisión. Sí, soy la responsable de los memes que han inundado la cuenta de X de El HuffPost en Eurovisión. Siempre buscando un contenido cercano, sin perder el rigor, contando más allá de lo que se pueda ver en la pantalla.
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Mi trayectoria

Nací en Málaga, donde estudié Periodismo por vocación en la Universidad de Málaga, entre playlists de Spotify, discos y conciertos. Antes de incorporarme a El HuffPost en 2017, colaboré diversas revistas culturales y de entretenimiento. En 2016 trabajé en el departamento de comunicación de UPHO Festival, un festival de fotografía contemporánea urbana parte del proyecto europeo Urban Layers. Y, aunque sigo echando de menos Andalucía, me trasladé a Madrid para estudiar el Máster en Periodismo Cultural en la Universidad CEU San Pablo. En 2018, compaginé mi trabajo en El HuffPost con la coordinación de proyecto de la Bienal de Arte Contemporáneo de Fundación ONCE celebrada en CentroCentro. Desde 2017 trabajo en El HuffPost España, donde he logrado una nominación a los premios GLAAD y ser finalista de los Premios Papageno en 2022.

 


 

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