Los arqueólogos españoles se convierten en referencia sobre el Antiguo Egipto
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Los arqueólogos españoles se convierten en referencia sobre el Antiguo Egipto

TRAILER: En busca de DJEHUTY from MADRID SCIENTIFIC FILMS S.L. on Vimeo.

"Vasos y ánforas, estatuas y estelas, yacen esparcidos en fragmentos por los suelos, confundidos con los jirones de amarillas telas que fueron sudarios de las momias...". Los libros, la fotografía y el cine ya nos han acostumbrafo a los pasadizos de las pirámides, las arenas del desierto, el misterio escondido del Antiguo Egipto. Pero quien escribió las líneas que inician este párrafo no tenía en sus ojos esas referencias previas. Como mucho, algún grabado. Su autor fue Eduardo Toda y Güell. Escribía en 1886.

Fue el primer español que vio en persona uno de los regalos ocultos de Luxor, la tumba del artesano Sennedjem. Era un señor de Reus, cónsul general en Egipto, considerado el primer egiptólogo español. Toda estaría feliz de ver que su primera piedra ha acabado haciendo iglesia y hoy España es un país esencial en la egiptología mundial. Con investigaciones en solitario y sumando con especialistas de otros países. Trabajando duro en un territorio complicado en lo burocrático y que necesita, tras la revolución, los Hermanos Musulmanes y la llegada de Abdel Fattah Al Sisi, nuevas piezas que alimenten los museos y yacimientos expoliados.

"Los equipos españoles han desplazado a otros países con mayor tradición. Lo han hecho con un trabajo muy profesional, muy entregado. No es un trabajo de pocos años, sino de décadas, que ahora fructifica", resume Hasani Amin, asesor del ministro egipcio de Antigüedades Mamdouh El Damaty. "Hace falta ayuda exterior para excavar, restaurar y poner en valor", añade el funcionario.

Los mayores éxitos se están logrando en Luxor -una localidad del sur de Egipto, allá donde empezó el diplomático-arqueólogo catalán-. La última campaña de 2014-2015 en ese rincón antiquísimo ha albergado tres proyectos españoles dirigidos por egiptólogos pertenecientes a tres generaciones diferentes. Esa suma de veteranía y nueva sabia que destaca Amin.

Una de las especialistas más destacadas es Milagros Álvarez Sosa, canaria, quien junto a la italiana Irene Morfini, dirige la Misión Arqueológica Canaria-Toscana (Min Project) , que estudia la tumba de Min, tutor del que más tarde sería el faraón Amenhotep II (1427-1401 a.C.). Con un doctorado europeo sobre el Libro de los Muertos por la Universidad de La Laguna (Tenerife) en 2010, Álvarez dio el paso como directora de su propio proyecto en 2012, tras ocho años trabajando para la misión italiana en Luxor.

Entre algunos de sus logros, la investigadora canaria destaca el descubrimiento de una réplica de la tumba dedicada al dios Osiris, única en la Necrópolis tebana. Este hallazgo fue uno de los más sonados en Luxor en la última campaña de 2014, lo que constató la importancia que poco a poco alcanzan los egiptólogos españoles en la ciudad: "Estamos haciendo ruido", señala Álvarez, joven realidad y joven promesa.

Con una experiencia más dilatada, a sus 47 años, la sevillana Myriam Seco es una de las egiptólogas más conocidas internacionalmente, gracias no solo a su trabajo sino también a su formación internacional. "Me fui a Alemania a formarme en egiptología, ya que en España no existe como estudio universitario", explica. Su labor ahora se centra en desvelar los secretos del templo funerario del faraón Tutmosis III (1490-1436 a.C.) en el que, junto a un equipo de otras 34 personas, trabaja desde 2008.

Durante esta pasada campaña, entre las ruinas del templo, ese equipo llevó a cabo un importante descubrimiento: halló los huesos de una mujer del Imperio Medio (2050-1750 a.C.) que conservaba unas joyas de oro y plata.

Doctorada en 1995, apenas tres años después, Seco instaló su residencia en El Cairo, frente a las pirámides de Guiza, desde donde pudo sumergirse en el universo de la antigüedades egipcias. Seco proviene de una estirpe de investigadores sevillanos que son referentes en el sector, como Francisco Presedo, del que todos bebieron.

En estos años, la arqueóloga ha podido constatar la importancia creciente del papel de los estudiosos españoles, la "invasión", como reconoce que la llaman con admiración los colegas de profesión.

A este desarrollo ha colaborado como pocos el segoviano Francisco Martín Valentín, de 62 años, que habla con una perspectiva que únicamente el tiempo y la experiencia permiten. Quedó enamorado de Egipto en 1977, cuando realizó su primer viaje a la tierra de los faraones, lo que le indujo a doctorarse en Religión Egipcia por la Universidad Complutense de Madrid.

Tras muchos años de investigaciones materializadas en publicaciones científicas y la fundación de instituciones como el Instituto de Estudios del Antiguo Egipto, que actualmente dirige, Martín comenzó a trabajar en el terreno en el año 2000. Su primera misión duró ocho años, y en 2009 inició el proyecto de la tumba y la capilla del visir Amen-Hotep Huy, que actualmente gestiona junto a su mujer, la también experimentada especialista Teresa Bedman. Tras más de tres décadas de pasión por la egiptología, resume que es "una vocación profesionalizada, una culminación, sentirme pleno".

Uno de esos momentos de plenitud lo experimentó este año, cuando su equipo descubrió un sarcófago que incluía la momia de una cantora del dios Amón, de 3.000 años de antigüedad, pero conservado en excelentes condiciones. Este sarcófago -junto a la réplica de la tumba de Osiris hallada en el proyecto de Álvarez y las joyas de oro y plata del Imperio Medio encontradas en la misión de Seco-, son apenas las guindas de esta campaña en la ribera oeste de Luxor, que ha demostrado la creciente fuerza con la que la egiptología española está abriéndose paso en la comunidad científica internacional.

José Manuel Galán también lleva desde 2002 liderando el llamado Proyecto Djehuty, impulsado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Trabaja con equipos de hasta 20 personas en la restauración de la tumba de Djehuty, quien formaba parte del grupo de altos dignatarios de la corte egipcia de Hatshepsut, entre 1500 y 1450 a.C. Su labor se concentra en la necrópolis de Dra Abu el-Naga.

Hallazgos como las tumbas de cuatro importantes personajes de finales de la dinastía XVII descubiertas en 2013 en esa necrópolis confirman que se trata del cementerio de la familia real de esta dinastía y de los principales miembros de su corte. En 2014 dieron con un sarcófago con una momia de hace unos 3.600 años, a unos 700 kilómetros al sur de El Cairo. Han encontrado además tablas como la del aprendiz, de madera, que proporciona una valiosa información sobre el aprendizaje de las artes de la escritura y del dibujo en el Antiguo Egipto.

Los españoles participan en misiones variadas, no sólo con intereses arqueológicos, sino que buscan a la orilla del Nilo respuestas a otras materias. Un ejemplo es el investigador Juan Antonio Belmonte, del Instituto de Astrofísica de Canarias, que indaga en la interpretación del cosmos que se hacía en el Antiguo Egipto.

Pese a esa "invasión" multidisciplinar, el camino que le queda por recorrer a los Indiana Jones españoles -como se les bautiza en ocasiones cariñosamente- aún es largo, ya que, por ejemplo, sigue sin tener cabida en los currículos universitarios. Crear ese poso en la ciencia española es la principal aspiración de estos expertos, como señala Bedman: "Nuestro mayor logro sería que la egiptología se implantase definitivamente en España".

En este país que prefiere mirar a Roma o al Islam, muchos de los interesados en Egipto deben marcharse fuera si quieren ahondar en sus estudios. Alemania y Reino Unido son algunos de sus destinos esenciales. Así que hace falta apuesta, pero también, como siempre, hacen patrocinadores, gente que ponga el dinero, como Cepsa o Unión Fenosa Gas, que han mantenido algunas de las excavaciones en la última década. Con euros el sueño alimentado de libros, cine y leyenda se puede hacer realidad.

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Soy redactora centrada en Global y trato de contar el mundo de forma didáctica y crítica, con especial atención a los conflictos armados y las violaciones de derechos humanos.

 

Sobre qué temas escribo

Mi labor es diversa, como diverso es el planeta, así que salto de Oriente Medio a Estados Unidos, pero siempre con el mismo interés: tratar de entender quién y cómo manda en el siglo XXI y cómo afectan sus decisiones a la ciudadanía. Nunca hemos tenido tantos recursos, nunca hemos tenido tanto conocimiento, pero no llegan ni las reformas ni la convivencia prometidas. Las injusticias siempre hay que denunciarlas y para eso le damos a la tecla.

 

También tengo un especial empeño en la actualidad europea, que es la que nos condiciona el día a día, y trato de acercar sus novedades desde Bruselas. En esta ciudad y en este momento, la defensa es otra de las materias que más me ocupan y preocupan.

 

Mi trayectoria

Nací en Albacete en 1980 pero mis raíces son sevillanas. Estudié Periodismo en la Universidad de Sevilla, donde también me hice especialista en Comunicación Institucional y Defensa. Trabajé nueve años en El Correo de Andalucía escribiendo de política regional y salté al gabinete de la Secretaría de Estado de Defensa, en Madrid. En 2010 me marché como freelance (autónoma) a Jerusalén, donde fui corresponsal durante cinco años, trabajando para medios como la Cadena SER, El País o Canal Sur TV.

 

En 2015 me incorporé al Huff, pasando por las secciones de Fin de Semana y Hard News, siempre centrada en la información internacional, pero con brochazos de memoria histórica o crisis climática. El motor siempre es el mismo y lo resumió Martha Gellhorn, maestra de corresponsales: "Tiro piedras sobre un estanque. No sé qué efecto producen, pero al menos yo tiro piedras". Es lo que nos queda cuando nuestras armas son el ordenador y las palabras: contarlo. 

 

Sí, soy un poco intensa con el oficio periodístico y me preocupan sus condiciones, por eso he formado parte durante unos años de la junta directiva de la ONG Reporteros Sin Fronteras (RSF) España. Como también adoro la fotografía, escribí  'El viaje andaluz de Robert Capa'. Tuve el honor de recibir el XXIII Premio de la Comunicación Asociación de la Prensa de Sevilla por mi trabajo en Israel y Palestina y una mención especial en los Andalucía de Periodismo de la Junta de Andalucía (2007). He sido jurado del IV Premio Internacional de Periodismo ‘Manuel Chaves Nogales’.

 

 


 

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