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Los empresarios de uno de los lugares más turísticos de España activan las alarmas: "De no encontrar trabajadores a que nos sobren"

Los empresarios de uno de los lugares más turísticos de España activan las alarmas: "De no encontrar trabajadores a que nos sobren"

En uno de los enclaves más exclusivos de Mallorca, la temporada estival arranca con señales preocupantes para el tejido empresarial local.

Una trabajadora de una heladería en Port de Soller, en Mallorca.
Una trabajadora de una heladería en Port de Soller, en Mallorca.Clara Margais

Las terrazas vacías, las plazas de aparcamiento libres y la falta de colas para sentarse a comer han dejado este mes de julio una estampa inusual en el Port de Sóller, uno de los rincones más codiciados de Mallorca. En plena temporada alta, los empresarios de la zona han empezado a reducir personal ante un desplome de la facturación que ha descolocado por completo al sector. El golpe no solo ha roto previsiones optimistas, sino que ha dado la vuelta a uno de los grandes mantras del turismo balear: ya no faltan trabajadores, sobran.

Joan Ruiz, propietario de los restaurantes Can Joan y Vint en Santa Catalina, ha despedido esta semana a cinco empleados. “Hemos pasado de no encontrar trabajadores a que nos sobren”, lamenta. Lo dice con la voz quebrada, consciente de que no es un caso aislado. Otros negocios cercanos atraviesan dificultades similares. La demanda turística, más débil de lo esperado, ha echado el freno de mano justo cuando los empresarios se preparaban para el pico de la campaña.

Según ha recogido Tourinews, el descenso se atribuye a una combinación de factores que van más allá del propio sector: la inflación en Europa, la desaceleración en países emisores como Alemania o Reino Unido, y un repunte del malestar social ante el turismo masivo. “Esto es un rebote tras el boom post-COVID. Volvemos a niveles prepandemia, pero con márgenes mucho más ajustados”, advierte Ruiz, que también detecta una tendencia parecida en otros enclaves europeos.

La sensación en el municipio es que se ha iniciado un cambio de ciclo. Si bien las cifras de ocupación no se han desplomado, los clientes gastan menos y espaciadamente, lo que ha obligado a reformular turnos y a revisar plantillas. Los comerciantes de Sóller observan con inquietud esta “temporada irregular”, como la definen ya algunos hoteleros, y piden una estrategia que evite el desgaste acumulado del modelo turístico.

“Esto no es solo cosa de julio”, alertan desde el sector. La incertidumbre planea también sobre agosto, que tradicionalmente marcaba el punto álgido del verano. Esta vez, las alarmas han sonado antes.