Préstamos personales, una fórmula financiera que va más allá de saldar deudas
No sólo nos permiten hacer frente a imprevistos financieros de urgencia.

Los préstamos personales son actualmente una de las opciones más comunes a la hora de financiar proyectos familiares. Superan así la finalidad con la que mucha gente los asociaba, que era la de saldar deudas o cubrir imprevistos financieros de urgencia.
Eso sí, esta fórmula para acceder rápidamente a la financiación varía en función de la cantidad de dinero a solicitar, el tiempo de devolución y las necesidades y situación económica de cada persona. Con estas premisas como base podemos distinguir entre préstamos personales sin garantía, préstamos personales con garantía y los préstamos personales a plazos.
Los primeros no requieren garantía alguna y su aprobación está ligada a la calificación crediticia del solicitante. Son los más comunes para solventar situaciones de urgencia, pero a la vez tienen unas tasas de interés más altas que las otras opciones.
Los que sí incluyen garantía se diferencian en que su recepción va condicionada a ofrecer algún tipo de aval. Este sirve para rebajar las tasas de interés. Finalmente, los préstamos personales a plazos permiten al prestatario pagar una deuda contraída en cuotas fijas durante un tiempo determinado. La variante son los préstamos para consolidación de deudas, que agrupan todo lo que se debe en un solo préstamo con una nueva negociación de las condiciones para devolver el dinero.
¿Qué uso tienen los préstamos personales?
Mucha gente todavía cree que los préstamos personales solo resultan útiles para cubrir una urgencia inmediata: llevar el coche al taller, pagar la matrícula universitaria, hacer reformas obligadas en casa, comprar un nuevo ordenador o un electrodoméstico.
Sin embargo, ese requisito de la urgencia ya no está vigente. Muchas plataformas de crédito, así como entidades bancarias, ya no entran en qué va a hacer el solicitante con el dinero recibido, solo constatan (en algunos casos) su historial crediticio para así conceder más o menos financiación.
A partir de esta cada persona puede hacer con el dinero lo que más le interese: comprar un coche nuevo, irse de vacaciones, invertir en proyectos personales o hacer reformas en casa. En cualquier caso, el solicitante tendrá que estudiar con detenimiento cuánta financiación necesita y qué fórmula es la más apropiada.
Para una situación de liquidez urgente, si se sabe que se va a poder devolver el dinero en pocas semanas pero no encuentra disponibilidad inmediata, lo mejor es un préstamo sin garantías, pues es el que más rápido se ejecuta.
En cambio, si lo que se desea adquirir es un nuevo vehículo, los préstamos a plazos sí parecen una buena opción. Con ellos podrás pagar el coche al contado y beneficiarte de mejores condiciones de financiación a través del préstamo que las que obtendrías con una financiera asociada a la compañía automovilística.
Las precauciones con los préstamos personales
Toda solicitud de financiación lleva aparejada un riesgo, pero sin esa libertad que permite el crédito, que está basada en la esperanza, la economía no avanzaría. Cuando una persona decide pedir dinero prestado, lo hace sabiendo que va a poder devolverlo, luego necesita generar actividad que mueva la economía.
Sea como fuere, esta visión poética (pero real) de la financiación tiene enfrente a la propia realidad (la cruda), por lo que si finalmente decides solicitar un préstamo personal, analiza previamente tu situación financiera y comprueba cuánto puedes pagar en cuotas mensuales sin comprometer tus finanzas.
Junto con este compara las ofertas, los intereses que proponen las entidades y los términos y cláusulas de quien va a prestar el dinero. Por supuesto, aléjate de plataformas que exigen condiciones leoninas que van a dificultar la devolución del préstamo, pues esto puede dar lugar a una espiral de deudas. Y finalmente, no pidas más de lo que necesitas, ya que cuanto más alta sea la cuantía del préstamo, más cantidad de dinero pagarás en concepto de intereses.
Una solución financiera conveniente pero con riesgos
El resumen final es claro, los préstamos personales son una opción de financiación útil a la que puedes acudir para todo tipo de gastos e inversiones, incluyendo aquellas que no son estrictamente necesarias. Podrás pagarte unas vacaciones o darte un capricho caro si así lo deseas.
Pero para que la situación llegue a buen puerto, no olvides analizar todas las propuestas que ofrece el mercado, mantener un buen historial crediticio y tomar decisiones informadas y responsables, para no comprometer las finanzas personales.