Una relación calculada al milímetro: la historia de amor de Bill y Melinda Gates

Una relación calculada al milímetro: la historia de amor de Bill y Melinda Gates

La pareja más rica del mundo ha anunciado su divorcio tras 27 años de matrimonio.

Bill y Melinda Gates, juntos en un acto en 1998.Victor Malafronte via Getty Images

A la pareja más rica del mundo se le ha acabado el amor. Bill y Melinda Gates han anunciado su divorcio tras 27 años de matrimonio, pese a que ambos seguirán trabajando juntos por la salud mundial en su fundación.

La historia de amor que les unió fue como la de cualquier pareja que se conoce en la oficina. Solo que esta vez el jefe que conoce a una empleada es el dueño de Microsoft y ambos acabarían amasando juntos una fortuna que ronda los 200.000 millones de dólares. Bill y Melinda se conocieron en 1987, cuando ella trabajaba como gerente de producto de Microsoft en Nueva York. Allí Melinda French conoció a una amiga que la invitó a un picnic tras una muestra de programación organizada por la empresa, donde solo había gente de Microsoft.

Según detalló Melinda en una entrevista con Robin Roberts para Salesforce, ella acudió al evento pero llegó tarde, por lo que casi todos los asientos estaban ocupados. Poco después de que ella se sentase apareció Gates y se colocó en el otro que quedaba libre a su lado. Entonces, según contó Melinda en esta entrevista, ya notó “que estaba interesado”. Pero no se atrevió a pedirle una cita hasta unos meses después. Él tenía 32 años y ella 23.

  Bill Gates en una imagen de Microsoft en 1987.George Steinmetz via Getty Images

“Coincidimos un sábado en el parking de la oficina, él salía de su edificio y yo del mío y empezamos a hablar de algo de la Universidad de Duke [donde Melinda estudió] hasta que en un momento me dijo: ‘Oye, ¿crees que podrás salir conmigo el viernes dentro de dos semanas?’. ‘¡¿Dos semanas?! Eso no me parece muy espontáneo. ¡Nadie sabe qué va a hacer con tanto tiempo de anticipación! ¿Por qué no te doy mi teléfono y me llamas un par de días antes, a ver si puedo salir ese día?’, le respondí. Así que le di mi teléfono”, explicó.

Dos horas después de ese encuentro, recibió la llamada. “Me dijo: ‘Mira, tengo dos cosas que hacer, una cena con usuarios y algo más, pero después ¿quieres ir a tomar una copa?’. Le dije que eso ya me parecía más espontáneo y sí, finalmente salimos esa noche”, señaló. Lo que más enamoró a Melinda fue su “mente brillante” y su “sentido del humor”.

Esa fue la primera cita de la pareja, aunque según contó Melinda a su madre no le hacía especial ilusión que estuviera quedando con el jefe de la compañía para la que trabajaba. Durante los siete años de relación antes de su boda, según señala Business Insider, “mantuvieron un perfil bajo en el trabajo y pidieron a compañeros y familiares que respetaran su privacidad”.

Un año después de salir juntos, según contó el propio Gates, en Dentro del cerebro de Bill Gates (Netflix) se dijeron ‘te quiero’. “Entonces vino el ‘¿qué vamos a hacer ahora?’ Sabíamos que tendríamos que dar el siguiente paso o terminar”, señaló entonces.

  Melinda Gates en 1995 con la demo "Bob" que sustituiría al Windows 95.Paul Harris via Getty Images

Para la mente organizada y calculadora de Gates, el compromiso podía estropearlo todo. ”Él tenía que tomar una decisión, no sabía si podía comprometerse conmigo y dirigir Microsoft al mismo tiempo”, contó Melinda en el documental de Netflix, quien señaló que un día le pilló pintando en una pizarra una lista. “Eran los pros y los contras de contraer matrimonio”, explicó Melinda.

Para Gates, la idea de matrimonio “era muy seria” y tenía como referentes a sus padres: Mary Maxwell, ejecutiva, y Bill Gates Sr., abogados, que eran también socios profesionales. “Melinda salía con otras personas y yo tenía a Microsoft, era como decir: ’No vamos en serio ¿verdad? no vamos a acaparar el tiempo uno del otro ¿cierto?”, señaló en el documental.

Finalmente se comprometieron en 1993 y acabaron contrayendo matrimonio el 1 de enero de 1994 en una boda secreta en el Manele Bay Hotel en Maui. Para evitar que los paparazzi captaran alguna imagen del enlace, se rumorea que el magnate alquiló todos los helicópteros de la isla.

Pero si hay una imagen de su enlace que ha sido compartida en varias ocasiones, es el momento de partir la tarta. Entonces, Melinda rompe en un sonoro ataque de risa mientras Gates se afana en cortarla. ¿El motivo? El creador de Microsoft había elaborado una rápida fórmula matemática para dar un trozo a cada uno de los invitados al evento, pero Melinda no le había avisado de que había un trozo de cartón en mitad del pastel, que descuadraría sus cuidados cálculos.

En diciembre de 1993, poco antes de casarse, la pareja hizo un viaje a África tras el que decidieron lanzar su fundación —en la que seguirán trabajando pese a su divorcio—. “No era justo que tuviéramos tanta riqueza cuando miles de millones de personas tienen tan poco”, señalaron en una de las cartas fundacionales de la institución.

Fruto de este matrimonio de 27 años nacieron sus tres hijos: Rory John (21 años), Phoebe Adele (18 años), y Jennifer Katharine (25 años). Sin embargo, esos hijos no heredarán el gran imperio que han generado sus padres. Según señaló él mismo en el programa This Morning (ITV), la mayor parte de su fortuna irá destinada a la caridad y a las labores humanitarias de su fundación.

“Nuestros hijos van a recibir una gran educación y algo de dinero, así que no van a ser pobres, pero van a salir y a hacer su propia carrera”, detalló entonces. “No les hacemos ningún favor a nuestros hijos dándoles una gran riqueza. Eso distorsiona cualquier cosa que podrían hacer al crear su propio camino”, explicó.

Lo que sí queda en el aire es el reparto que harán de la fortuna entre el matrimonio tras el divorcio, ya que según algunos sería el más caro de la historia.

MOSTRAR BIOGRAFíA

Soy redactora de LIFE en El HuffPost España y mi misión es acercarte la última hora del mundo de la cultura, la música y el entretenimiento.

 

Sobre qué temas escribo

Escribo principalmente de música, cultura, cine, series y entretenimiento porque, aunque sirva para desconectar, bailar o echar un rato entre palomitas, la cultura esconde mucho más. Evitando el elitismo, trato de tender la mano a las nuevas tendencias de la industria musical o del audiovisual a través de entrevistas con artistas emergentes —que pronto dejarán de serlo— y compaginarlo con el análisis de lo más mainstream como Taylor Swift o Bad Bunny.


En estos ocho años he cubierto los Goya, los Oscar, el Benidorm Fest o Eurovisión. Sí, soy la responsable de los memes que han inundado la cuenta de X de El HuffPost en Eurovisión. Siempre buscando un contenido cercano, sin perder el rigor, contando más allá de lo que se pueda ver en la pantalla.
Aunque no siempre haya relación con la industria cultural, también he cubierto temas relacionados con el Feminismo y el colectivo LGTBIQ+.

 

He podido contar en primera persona con supervivientes del “Stonewall español” que es el Pasaje Begoña, denunciar la situación que viven los menores trans o hablar sobre qué significa la manosfera antes de que llegara a Netflix ‘Adolescencia’.

 

Mi trayectoria

Nací en Málaga, donde estudié Periodismo por vocación en la Universidad de Málaga, entre playlists de Spotify, discos y conciertos. Antes de incorporarme a El HuffPost en 2017, colaboré diversas revistas culturales y de entretenimiento. En 2016 trabajé en el departamento de comunicación de UPHO Festival, un festival de fotografía contemporánea urbana parte del proyecto europeo Urban Layers. Y, aunque sigo echando de menos Andalucía, me trasladé a Madrid para estudiar el Máster en Periodismo Cultural en la Universidad CEU San Pablo. En 2018, compaginé mi trabajo en El HuffPost con la coordinación de proyecto de la Bienal de Arte Contemporáneo de Fundación ONCE celebrada en CentroCentro. Desde 2017 trabajo en El HuffPost España, donde he logrado una nominación a los premios GLAAD y ser finalista de los Premios Papageno en 2022.

 


 

Cómo contactar conmigo: