La 'Biblia Blanca', para ustedes que dicen saberlo todo
Un libro comienza con una imagen. Mi hermana Marta mascullaba en el coche uno de sus muchos proyectos y se le ocurrió hacer una biblia sobre el Madrid. (Ella es de natural modesta). Decía que el club era algo demasiado grande y, por lo tanto, demasiado banal.
Decía que así se vendía a la gente, como un estereotipo flácido empaquetado para la audiencia.
Y decía que yo no hablaba así de los blancos, que en mi boca, el Real parecía algo sagrado y blasfemo a un tiempo. Como una herida magnífica desde la que infectar al mundo.
Y apareció la imagen. Un atasco en la A-6 y a 20 kilómetros de la capital, las cuatro torres de Florentino, allá en el fondo del cuadro, mientras se oficiaba sobre ellas el asesinato del sol. Si viviéramos dentro de una película americana, las familias hubieran salido de los coches con la boca abierta, cogidas de la mano ante el tremendo espectáculo que parecía presagiar el Apocalipsis. Así fue el gol de Zidane en la Décima, así fue el cabezazo de Ramos en Lisboa y así fue el 5-0 con el que Guardiola intentó que el Madrid entregara las armas. Esas torres inflamadas por el sol fueron la imagen y de ahí parte el relato.

La Biblia Blanca (Ed. Roca Libros)
"Nacían los Galácticos y, a la vez, se oía de fondo el sonido del desplome de una era que fue proyectada en el firmamento y amputada en los despachos" (Pág 190, Capítulo 8. San Pedro: Florentino). Con toda la enorme estela que deja el Madrid, a veces uno no sabe qué hacer. Hay que poner orden en los materiales, jerarquizarlos y también violentarlos para saber lo que esconden, lo que pesan en la narrativa general española. Los Galácticos dieron nombre a una época que acabó abruptamente con el atentado del 11-M. Sobre Madrid se elevó una nube de cenizas y el equipo blanco se quedó pasmado y vacío ante la historia. Ciudad y club, respiran al unísono. Un club que es como una nación, y donde como dice Hughes en el prólogo, "se puede vivir una vida de secta absolutamente satisfactoria", y a la vez, está mezclado con España hasta el punto de concitar los mismos odios y de parecida manera. "El relato de la venida de Di Stéfano al Madrid tiene su reflejo especular en lo que cuenta el Barcelona. Fue una trampa tendida por el régimen, dicen ellos. Y así cualquier acontecimiento de la historia de España es contestado desde la otra parte" (Pág 56, Capítulo 3. Yavhé –Bernabéu).
En una religión el bautizo es lo fundamental. El mío fue el día en que vi a "Butragueño pararse en el área como si hubiera escuchado a su madre llamándole para cenar" (Pág 148, Capítulo 7. El Libro de los Reyes). Un jugador salido de la nada (que también es blanca), en el que veía un trozo de mí. Seguro de sí mismo y sutil, sus formas negaban la España tremebunda que se alejaba en el tiempo. Apenas celebraba los goles y solo se permitía una media sonrisa. Huía de los abrazos, nada le rozaba y no se sabía si era ángel por divino o por infantil. Era la "estrellita madridista, siempre sobrevalorada para los de fuera del club y también para muchos de los de dentro. Cae en gracia a las madres y a los señores que apenas ven al Madrid, pero a quienes le gusta que siga teniendo su apartado de leyendas patrias" (Pág 231, Proverbios).
El Madrid no juega a nada... Yo no te hacía del Madrid... El miedo escénico o el espíritu de Juanito... El club blanco alimenta la cultura popular sin pausa y en el libro se da cuenta de ello, de la gran conversación de los bares, ciencia infusa, a veces ininteligible. Hay en la Biblia Blanca un respeto por el hincha, del que se escruta su paisaje mental y su forma de asomarse al club; y una disección del espíritu de la entidad a través de sus próceres. Hay historia sagrada y fábulas profanas. Y hay un ente vivo: el estadio. "El Bernabéu es silencioso como el fondo del mar, y como el fondo del mar está lleno de buques enormes desguazados" (Pág 279, San Juan Bautista. Zidane).
Al final es solo una biblia. Hemos abierto los ojos y hemos contemplado un edificio magnífico que se desploma a cámara lenta y se prepara para renacer: el Real Madrid.
