Netflix, Marvel y la Comic-Con: una masterclass con Chris Mack

Netflix, Marvel y la Comic-Con: una masterclass con Chris Mack

“¿Por qué creéis que fascinó la saga de 'Spiderman' con Tobey McGuire, pero falló con Andrew Garfield?".

Una imagen de Capitán América, El cuento de la criada y Spiderman.Marvel/HBO/Netflix

“La culpa es del guionista”. Así de rotundo se reveló Chris Mack, director de desarrollo creativo en Netflix, durante la masterclass que impartió el pasado martes 13 de julio en Madrid. “La interpretación del actor puede ser mejor o peor, pero la configuración de un personaje depende del guion”.

La clase magistral El arte de contar historias: del guion a la pantalla organizada por la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales (CIMA) dentro de su programa CIMA Impulsa, se me antojaba una lección vital para profesionales del audiovisual. En mi fuero interno, el evento requería de cierta solemnidad, a fin de cuentas, aprender a escribir escuchando (presencial o virtualmente) a un ejecutivo de Netflix no es algo que suceda a diario.

Sin embargo, lo que prometía ser un encuentro casi ceremonial, pronto devino en auténtica conversación amistosa, encontrando en Mack un aliado, un compañero, cuyo interés radica en extraer de cada participante su verdadera esencia.

“No permitáis que os digan lo que tenéis que hacer. Que no os limiten. Si deseáis escribir ciencia ficción o acción, adelante. Aportad vuestro propio punto de vista y haced lo que deseéis”. La sesión, que a pesar de su alto contenido técnico era enormemente motivacional, nos condujo por el intrincado mundo de los personajes de ficción.

“¿Por qué creéis que fascinó la saga de Spiderman con Tobey McGuire, pero falló con Andrew Garfield? Porque era demasiado frío, estaba muy acomodado. Eso nunca funciona”. Según el ejecutivo de Netflix, el basamento para crear un buen personaje descansa sobre tres pilares fundamentales: su objetivo vital, sus valores y su catalizador. Combinando adecuadamente estos tres factores, la construcción de un personaje atractivo está asegurado.

Por supuesto, esto también depende del arquetipo al que responda cada personaje o la categoría a la que pertenezca su misión. No son iguales María (Julie Andrews) de Sonrisas y lágrimas, que la teniente Ripley de Alien (Sigourney Weaver).

A pesar de sus diferencias, Mack no duda en señalar que ambos personajes son sus favoritos “ya que luchan por su objetivo de manera esforzada: la primera salva a una familia de la tristeza y la segunda al mundo de los alienígenas”. Esto indica la importancia de la adscripción de nuestros protagonistas a categorías definibles.

  Masterclass con Chris Mack.Por cortesía de Lucía Tello

Indica Mack que, para descubrir qué personajes son más atractivos para el público, acudió con su equipo a la Comic-Con de San Diego para realizar una consulta general a los asistentes. La pregunta era sencilla: “¿Cuál es tu superhéroe favorito y por qué?”.

La contestación no pudo ser más reveladora. La generalidad de los asistentes respondió que admiraba a aquellos que realizan buenas acciones, que luchan contra el sistema, pero a los que les cuesta conseguir su objetivo. Cuantas más barreras existan en la consecución de su meta, mayor atractivo reviste para el público. Quizá por ello se explique el éxito rotundo de la factoría Marvel.

En vista de los resultados, Mack ha creado un esquema de personajes-misión- transformación que contribuye a iluminar el proceso de creación de un protagonista: “No es lo mismo encontrarse con James Bond, que es un profesional y domina su misión, que con Offred (Elisabeth Moss), de El cuento de la criada, que es una activista cuyo objetivo es cambiar la sociedad. Ambos son héroes, pero cada uno tiene un catalizador distinto”.

Del mismo modo, tampoco es igual la trayectoria de un campeón a regañadientes como Harry Potter (Daniel Radcliffe), que ha sido llamado para la gloria, pero no ha elegido su destino voluntariamente; que el héroe recto y cumplidor, como el Capitán América (Chris Evans), que sabe qué debe hacer y cuándo.

Tampoco tiene parangón el vigilante, ese protagonista que ha sufrido una tragedia o un revés vital y busca resarcirse a través de la venganza. A esta categoría pertenecería Uma Thurman en Kill Bill, un personaje infausto que lucha contra el lado oscuro, la culpa y el conflicto interno.

  Chris Mack, director de desarrollo creativo en Netflix.Por cortesía de Lucía Tello

Más apacible es el personaje que tiene todas las de perder, como Arya Stark de Juego de tronos, quien debe luchar para cumplir sus objetivos, porque en realidad ansía la transformación. Este arquetipo está en el espectro contrario al del rebelde, el que hace lo correcto solo si a él/ella le beneficia.

Es Han Solo (Harrison Ford) de Star Wars, el contrapunto cómico, el descreído. Y, finalmente, ninguno de ellos tiene parecido con el perdedor adorable, el loser, ese que falla siempre, pero que en el fondo es buena persona.

Pero, sin duda, la masterclass de Chris Mack dejó patente que los personajes más importantes en una producción son quienes escriben el guion, porque son los guionistas quienes van a cambiar los medios y quienes pueden revertir los malos hábitos que, como cualquier industria, también ha adoptado el audiovisual.

Son los guionistas los que, en última instancia, tienen en su mano crear personajes heterogéneos, atractivos e interesantes, saliendo de la zona de confort y adentrándose en la diversidad y la multiculturalidad que ofrece, como referente ineludible, la vida real.