La vivienda de Totalán (Málaga) donde se encontraban refugiados los padres del pequeño Julen, el niño de 2 años que cayó a un pozo el pasado día 13, ha sido escenario esta madrugada de momentos de tensión y gritos al conocer la localización de su cuerpo sin vida.
Minutos antes de hacerse pública oficialmente la localización del cadáver, en la vivienda donde estaban acogidos desde hace varios días los padres del niño se han escuchado gritos de "¡otra vez no!, ¡otra vez no!", posiblemente en referencia al otro hijo, de 3 años, hermano mayor de Julen, que la pareja perdió hace pocos años.
Diversos informadores que se encontraban en las inmediaciones de la vivienda han tenido que abandonar el lugar precipitadamente, llevados por la fuerte tensión que vivían los padres del niño y las personas que les acompañaban.
Los padres de Julen, que han recibido apoyo psicológico durante el tiempo en que los equipos de rescate han estado buscando a su hijo, han sufrido una fuerte tensión que ha hecho que José Roselló, padre del pequeño, tuviera que ser atendido por los servicios sanitarios la pasada noche debido a un ataque de ansiedad.
La búsqueda de Julen en el pozo de Totalán
Un grupo de operarios descarga parte de las canalizaciones que se iban a emplear en el rescate.
La cápsula con la que se iba a bajar a por el niño.
Más explosivos: el empeño de la Guardia Civil para que no faltase material para las microvoladuras les ha llevado a hacer viajes extra con explosivos desde Sevilla.
De día y de noche, los trabajos no han parado. En la imagen, el helicóptero de la Guardia Civil, en el monte donde está el pozo.
Los trabajos, sin detenerse ni un minuto.
Y equipos de emergencias, y psicólogos...
Y todo, en mitad de una loma cuajada de verde de Totalán, pelada por el hombre, comida, agujereada para dar con el chiquillo.
Un mundo, una esperanza, una vida en un trozo de papel: el pozo vertical.
22 de enero: levantando la galería vertical, único medio para poder acceder al pozo con garantías.
Los mineros de rescate enviados desde Asturias, a la salida de su hotel para empezar otra jornada de búsqueda.
"Fuerza, Julen. Totatán está con vosotros". Una de las pancartas más fotografiadas de estos días, junto al dispositivo de la Guardia Civil.
Carlos Sanz, un vecino de la zona, muestra una piedra de pizarra, el maldito material que tanto ha complicado los trabajos.
Los padres de Julen, a la izquierda de la imagen, abrazados por el padre de Mariluz Cortés, Juan Jose Cortes, durante una vigilia.
Unos padres que esperan a su pequeño, unos padres que ya vieron morir a su hijo mayor, de tres años.
Canciones y oraciones de esperanza, durante la vigilia por Julen del pasado 24 de enero.
Vecinos de Málaga, de donde es la familia del crío, trasladados a Totalán para apoyarles.
Ángel García, delegado del Colegio de Ingenieros de Málaga, el hombre que con sensibilidad y profesionalidad ha ido aportando los datos del proceso, cada día.
Jorge Martín, el portavoz de la Guardia Civil.
Daniel Alcaide, coordinador de Protección Civil de Moclinejo, llevando fruta a sus compañeros de labor.
La solidaridad de un pueblo hecha croquetas, potajes y bocadillos. Todo para la familia y los rescatadores.
La espera.
La única conversación en el bar de Totalán.
La espera de los medios de comunicación, esperanzados en contar una buena noticia, criticados en parte también por la cobertura insistente y amarillista de algunos espacios.
Un pueblo que espera, Totalán, que ha acaparado titulares de todo el mundo por el accidente de Julen.
Un pueblo que espera, Totalán, que ha acaparado titulares de todo el mundo por el accidente de Julen.
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Mineros y bomberos, juntos con todos los medios a su alcance para dar con el pequeño.
Más explosivos: el empeño de la Guardia Civil para que no faltase material para las microvoladuras les ha llevado a hacer viajes extra con explosivos desde Sevilla.
Ángel García, delegado del Colegio de Ingenieros de Málaga, el hombre que con sensibilidad y profesionalidad ha ido aportando los datos del proceso, cada día.
La espera de los medios de comunicación, esperanzados en contar una buena noticia, criticados en parte también por la cobertura insistente y amarillista de algunos espacios.