Picasso vuelve al Prado, que reorganizará su colección permanente en 2022

“El Museo del Prado no es un museo de arte contemporáneo pero nos interesan los artistas recientes que han mostrado interés por el Museo del Prado y por el pasado”. Así justifica Miguel Falomir, director de la pinacoteca, la programación que el Prado ha preparado para el 2022 en la que se incluyen tres exposiciones dedicadas a artistas contemporáneos con Picasso a la cabeza.

El pintor malagueño vuelve al Prado con una muestra en el marco del 50º aniversario de su fallecimiento. Se inaugurará en noviembre bajo el nombre Picasso y el Greco, estableciendo un diálogo entre ellos y abordando el impacto del pintor griego en la etapa azul de Picasso, además de en el cubismo.

Además de esta exposición temporal, el museo acoge actualmente una pintura del artista malagueño, Buste de Femme 43, donada por una colección privada estadounidense. El cuadro ya se expone junto a los retratos de El Greco y despertó el debate sobre si el pintor debe tener su hogar en el Prado o en el Reina Sofía.

Junto a la de Picasso, el Prado ha programado otras dos exposiciones en clave contemporánea. En mayo se exhibirá una reconstrucción audovisual de Philippe Parreno de La Quinta del Sordo de Goya junto a las Pinturas Negras del artista aragonés. Posteriormente, el 15 de noviembre, se dará el pistoletazo de salida a Fernando Zóbel y la historia del arte, una muestra que recorre la faceta como coleccionista y dibujante del pintor abstracto.

El programa de exposiciones temporales no se queda ahí y, entre otras citas marcadas a fuego en el calendario, el Prado organizará la primera muestra monográfica dedicada a Luis Paret. “Hay vida más allá de Goya”, ha defendido Falomir para ensalzar la figura del pintor.

Además, el museo ha colaborado con dos museos italianos y el MNAC para poner en marcha dos muestras: una de dedicada al trabajo de Annibale Carracci en la capilla Herrera y otra que englobará a los artistas españoles que trabajaron en Nápoles durante el Renacimiento.

Mención aparte también merece la primera exposición olfativa que prepara el museo. Lo hará en colaboración con Samsung, la Academia del Perfume y el grupo Puig, y permitirá a los visitantes oler la esencia de un cuadro.

La colección permanente se sigue reordenando

En 2022 el museo afrontará de nuevo el reto de reorganizar su colección permanente con un nuevo despliegue que, según Miguel Falomir, podría estar listo para finales de año. Después de reestructurar los espacios dedicados al siglo XIX el pasado año, el equipo del Prado trabaja para integrar las nuevas adquisiciones y las pinturas que se han restaurado aprovechando la pandemia.

Falomir también ha anunciado que se recuperarán espacios como la Galería Jónica, paralela a la central, donde se instalarán esculturas clásicas. En total, serán alrededor de 50 obras que hasta ahora no se exponían. También habrá cambios en las salas dedicadas a Goya en la primera planta del edificio Villanueva y se reservarán espacios para el naturalismo europeo.

El museo también plantea nuevos itinerarios para promover las obras de la colección permanente desde otro punto de vista como es el caso de Reflejos del cosmos, donde participa la investigadora del CSIC Montserrat Villa, o El Prado en femenino, dedicado a las patronas y benefactoras que contribuyeron a crear la colección de la pinacoteca.

El futuro del Salón de Reinos

Después de que se aprobará la primera partida para empezar las obras del edificio del Salón de Reinos en los Presupuestos Generales del Estado, Falomir ha confirmado ante los medios de comunicación que las obras comenzarán a finales de primavera o verano. Si no hay ningún contratiempo, está previsto que se prolonguen durante 36 meses.

El director del Prado ha calificado el proyecto de Foster y Rubio como “respetuoso con la historia” a la vez que innovador, y aboga por colocar en el Salón de Reinos las obras que se crearon para ese espacio. La planta superior del edificio, completamente diáfana, sería según Falomir un buen espacio para exposiciones temporales. “Solo el mantenimiento del edificio ronda los 7 millones de euros”, confiesa el director del museo sobre los problemas de financiación a los que puede enfrentarse el edificio después de su renovación.