La polémica llevaba días coleando. Todo empezó con el anuncio de que la de los Goya sería una gala feminista, pero presentada por dos hombres: Ernesto Sevilla y Joaquín Reyes. El primero de ellos recibió fuertes críticas cuando afirmó que reivindicarían el papel de la mujer durante la ceremonia para "subirse al carro del feminismo". Unas palabras que se vio obligado a matizar en la alfombra roja.
Y no hizo falta esperar mucho para que volviesen las críticas: falta de humor en el monólogo de los presentadores, hipocresía a la hora de reivindicar el feminismo o desorganización —Hiba Abouk y Jesús Castro se quedaron un buen rato pasmados esperando indicaciones para entregar un premio—.
Que digo yo que a ver si alguien avisa al director de la gala de los #Goya2018, por si se le hace paso organice un poquillo el asunto. Fascinante. Bueno, patética. O eso.
Las redes no tardaron en recoger el sentimiento generalizado de los espectadores, pero dentro del Madrid Marriot Auditorium Hotel también se escucharon críticas. La más potente la de Leticia Dolera que resumió con una frase el pensamiento de muchos: "Os está quedando un campo de nabos feminista precioso". Un dardo que los espectadores no tardaron en aplaudir.
Pero las críticas más repetidas han sido para los presentadores. Muchos han echado de menos a Dani Rovira y otros han deseado que todo fuese una broma o un experimento social.
Esta cosa que nos está ocurriendo está haciendo bueno al rap de Resines. #Goya2018
#Goya2018 Me gustaría que al final de la gala salieran todos los implicados a explicar que era una broma, un experimento social, que la gala de verdad empieza a la una de la madrugada. Crucemos los dedos
Siempre le doy una oportunidad a la gala de los @PremiosGoya pero es todo tan cutre y poco profesional que pierdo el interés a los 10 minutos. Una pena #Goya2018
Soy redactora de LIFE en El HuffPost España, esa sección en la que intentamos contar el lado hedonista de la vida sin dejar de lado otras realidades.
Sobre qué temas escribo
Como redactora de LIFE, escribo sobre temas de cultura, moda, belleza o estilo de vida. También he abordado temas de medioambiente, feminismo o sociales, pero donde más cómoda me encuentro es explorando la relación de la moda con otras disciplinas culturales o su impacto social, y sobre todo lo que tenga que ver con el cuidado de la piel.
Siempre desde una perspectiva cercana, he tratado cuestiones como la estrategia del Museo del Prado para triunfar a través de sus redes sociales, explicado cómo Melania Trump utilizó su armario como arma política o desmentido bulos relacionados con la protección solar. Es probable que el 80% de los temas que he publicado se hayan escrito mientras sonaban Beyoncé, Oasis y Arctic Monkeys. Además, también me encargo de preparar el boletín de LIFE que enviamos cada sábado intentando resumir la actualidad de la semana.
Mi trayectoria
Nací en Vigo en 1992 y desde que tengo uso de razón siempre quise ser periodista. La única excepción fue la época en la que tuve fantasías con ser pintora, pero descarté rápido la idea cuando mis padres me anotaron a clases y me di cuenta de que no era lo mío. Estudié Periodismo en la Universidad de Santiago de Compostela (USC), donde me gradué en 2014 después de pasar un año en Roma que me hizo apreciar todavía más la cultura italiana. Dejé Galicia para mudarme a Madrid en 2015 y cursar el Máster de Periodismo Cultural en la Universidad San Pablo Ceu. Aprendí en Radio Galega y en Pentación Espectáculos, donde descubrí lo que hay detrás de producciones de teatro y de grandes eventos como el Festival de Mérida. Colaboré puntualmente con Guía Repsol o la revista L'Officiel y llegué a El HuffPost en 2016, donde empecé compaginando mi trabajo como redactora de Branded Content con temas para la sección de tendencias, que terminó convirtiéndose en LIFE, donde actualmente soy una de las redactoras. Fui finalista en los Premios Ecovidrio de 2017.