Las cuatro conclusiones que un experto en comunicación no verbal saca de la llegada del emérito

Las cuatro conclusiones que un experto en comunicación no verbal saca de la llegada del emérito

En su opinión, el rey Juan Carlos ha enviado cuatro mensajes en su primer viaje a España en 21 meses.

Aunque no se pronuncie una palabra, la postura, la gestualidad y la actitud pueden expresar muchísimo y son importantes pistas que los expertos en comunicación no verbal exprimen al máximo.

Es el caso de José Luis Martín Ovejero, formado además en detección de la mentira por los responsables de las unidades de Análisis de Conducta de Policía Nacional y Guardia Civil, que ha extraído cuatro claras conclusiones tras observar este jueves la llegada del rey emérito a Sanxenxo.

Juan Carlos I aterrizó por la tarde en el aeropuerto Internacional de Vigo-Peinador, donde le esperaban su hija mayor, la infanta Elena, y su gran amigo y anfitrión, Pedro Campos, entre otras personas. Se le vio bajar del avión y, posteriormente, ser trasladado en coche hasta la vivienda de Campos, donde se alojará este fin de semana. Este lunes está previsto que acuda a visitar a Felipe VI, a la reina Sofía y al resto de su familia en La Zarzuela.

Para el experto en comunicación no verbal, el desembarco del rey dejó cuatro potentes mensajes. El primero y, como él lo llama, “Que España me vea”. Como detalla en su blog, el emérito “no se ha ocultado lo más mínimo, más bien al contrario: le hemos visto bajar del avión, meterse en el coche, una vez dentro bajar la ventanilla y que se le vea mejor, saludar…”. “Es evidente que si quiere que no se le vea no tendríamos ni una imagen”, recalca.

El segundo sería “Que me vean bien”. Aunque este viernes en el Club Náutico de Sanxenxo se ha podido observar que camina con ciertas dificultades, “no se le ve en un mal estado de salud”. Martín Ovejero sí admite que le vio “más inseguro” bajando la escalerilla del avión.

El tercer mensaje que lee entre líneas por parte del ex jefe del Estado es “Que llego con la cabeza bien alta”. “Si regresara avergonzado evitaría tanta exposición pública, sus miradas serían descendentes o evitando las cámaras, podría haberse sentado detrás, no bajaría la ventanilla, ni mucho menos saludaría”, argumenta. Le llama poderosamente la atención que haya hecho además el gesto de ‘todo bien’ con el pulgar. Este viernes, en su baño de masas, don Juan Carlos ha vuelto a repetir ese símbolo.

  El rey Juan Carlos I saluda tras su llegada al aeropuerto vigués de Peinador en un avión privado a las siete y cuarto de este jueves, donde ha sido recibido por su anfitrión, Pedro Campos, y por su hija la infanta Elena que lo ha estado esper...Salvador Sas / EFE

Por último, el más emotivo: “Que se me quiere”. Prueba de ello es el abrazo en el que se fundió con la infanta Elena nada más pisar la pista.

“En conclusión, no ha querido que en España se guardara de él la imagen de un rey alejado de su país, con miedo de volver o vergüenza por hacerlo”, resume.

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