Qué riesgos son verdaderos y cuáles falsos de beber y bañarse en agua fría
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Qué riesgos son verdaderos y cuáles falsos de beber y bañarse en agua fría

Los expertos descartan que suponga un riesgo para la salud y aclaran el riesgo del llamado "corte de digestión".

RICOWde via Getty Images

Todo el mundo ha oído hablar de las especulaciones sobre muerte de Felipe I de Castilla, más conocido como Felipe El Hermoso. El rumor más conocido es que bebió agua muy fría tras hacer deporte y esto le provocó una muerte súbita.

Estudios posteriores han señalado que la causa real de la muerte no fue esa, sino una neumonía relacionada con la epidemia de peste negra que asoló la Península en el siglo XVI.

A pesar de esto, siguen existiendo casos que relacionan la ingesta de este líquido a muy baja temperatura con un riesgo directo para la salud. Ejemplo de ello es la muerte de un joven peruano el pasado 1 de mayo a causa de un infarto tras ingerir agua muy fría, según informaron los medios locales.

Esta noticia hace que todavía sigan existiendo miedos por beber agua fría o casi helada. Para conocer qué mitos son verdad y cuáles no, hemos hablado con varios expertos para que cuenten cuáles son los riesgos reales.

Es malo para el corazón ❌

“No hay ninguna evidencia científica de que se produzca ningún daño cardiovascular al beber agua fría”, afirma tajante Antonio Zapatero, expresidente de la Sociedad Española de Medicina.

El médico sostiene que en el caso del joven peruano tuvo que haber otros factores de riesgo o problemas de salud, especialmente cardiovasculares. En esto coincide también José Ramón Alvero, profesor de Medicina Deportiva en la Universidad de Málaga, que señala que el único factor que puede alterar el sistema cardiovascular es la hiponatremia, como se conoce a la falta de sodio en sangre.

“Este fenómeno se produce en ambientes extremos cuando hay mucha sudoración. Eso te llevaría a un fallo cardiaco, esa sería la relación, pero no está claro que esas circunstancias ambientales provoquen un infarto”, detalla Alvero.

Puede producir mareos ✅

Este contraste entre la temperatura del agua y la alta temperatura del cuerpo sí que puede producir mareos, tanto al bañarse como al beber el líquido a baja temperatura.

“La cantidad de sangre que hay en el intestino durante la digestión hace que cuando este órgano entra en contacto con el agua fría se pueda producir un mareo”, indica Zapatero, que tampoco recomienda las duchas de agua fría después de hacer ejercicio.

“Es sentido común. Lo que ocurre es que el corazón se ralentiza un poco y, por eso, se produce esa sensación de mareo”, señala el médico, que insiste en el poco riesgo de consecuencias más graves, de hecho, cuenta que hay deportistas que utilizan piscinas de hielo para regular la temperatura corporal.

Una digestión pesada o mala ✅

El agua muy fría no debe tomarse después de comer, tal y como señalan en un estudio publicado en el European Journal of Pharmaceutical and Medical Research.

En la investigación recomiendan tomarla solo durante la comida ya que si se hace después, el cuerpo dedica energía a regular la temperatura corporal en lugar de a digerir los alimentos y la digestión puede ser pesada e incluso mala.

No es conveniente después de hacer deporte ❌

Tal y como señala Alvero, beber agua fría tras la actividad física no tiene ningún riesgo, más allá de los ya mencionados.

“Para evitar el contraste de temperaturas hay técnicas de enfriamiento porque las altas temperaturas del cuerpo haciendo ejercicio reducen el rendimiento. Hay incluso quienes toman hielo picado y tienen el mismo riesgo que quien toma agua fría. Es decir, ninguno”, enfatiza. “Incluso hay deportes extremos que tienen hasta competiciones en el desierto. Nosotros a lo mejor hacemos bicicleta o corremos de 25 a 40 grados”.

En este sentido, Zapatero coincide con el experto en Medicina deportiva. “Se han hecho experimentos con gente que hace running y maratones. Les han dado agua fría y agua a temperatura ambiente tras el ejercicio y no han tenido ningún efecto”, señala.

  RICOWde via Getty Images

Produce dolor de garganta ✅

Según la investigación publicada en el European Journal of Pharmaceutical and Medical Research, lo que te ha dicho tu madre toda la vida es cierto: es malo para la garganta beber agua helada.

“Tomar agua helada favorece que se forme una mucosidad extra en el organismo, lo que puede hacer que nuestro cuerpo sea más proclive a pillar un resfriado”, indican en el estudio.

¿Y qué pasa con los cortes de digestión?

Con respecto a lo que incorrectamente se conoce como corte de digestión, hay división de opiniones. Zapatero lo tiene claro: “El corte de digestión no existe y tampoco los riesgos de beber agua fría”. El experto recalca que lo que puede producir es un mareo. 

Alvero, por su parte, señala que este fenómeno tiene que ver con la hidrocución. “Es lo que ocurre cuando, por ejemplo, alguien se tira muy rápido a una piscina o un lago de agua fría. Un cambio de temperatura muy brusco que provoca una especie de shock en el cuerpo”, detalla, aunque coincide con Zapatero en que los síntomas no provocan fallos cardiacos ni digestivos, simplemente mareos o vómitos en casos extremos que sí que pueden provocar la muerte por ahogamiento.

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Soy redactora de LIFE en El HuffPost España y mi misión es acercarte la última hora del mundo de la cultura, la música y el entretenimiento.

 

Sobre qué temas escribo

Escribo principalmente de música, cultura, cine, series y entretenimiento porque, aunque sirva para desconectar, bailar o echar un rato entre palomitas, la cultura esconde mucho más. Evitando el elitismo, trato de tender la mano a las nuevas tendencias de la industria musical o del audiovisual a través de entrevistas con artistas emergentes —que pronto dejarán de serlo— y compaginarlo con el análisis de lo más mainstream como Taylor Swift o Bad Bunny.


En estos ocho años he cubierto los Goya, los Oscar, el Benidorm Fest o Eurovisión. Sí, soy la responsable de los memes que han inundado la cuenta de X de El HuffPost en Eurovisión. Siempre buscando un contenido cercano, sin perder el rigor, contando más allá de lo que se pueda ver en la pantalla.
Aunque no siempre haya relación con la industria cultural, también he cubierto temas relacionados con el Feminismo y el colectivo LGTBIQ+.

 

He podido contar en primera persona con supervivientes del “Stonewall español” que es el Pasaje Begoña, denunciar la situación que viven los menores trans o hablar sobre qué significa la manosfera antes de que llegara a Netflix ‘Adolescencia’.

 

Mi trayectoria

Nací en Málaga, donde estudié Periodismo por vocación en la Universidad de Málaga, entre playlists de Spotify, discos y conciertos. Antes de incorporarme a El HuffPost en 2017, colaboré diversas revistas culturales y de entretenimiento. En 2016 trabajé en el departamento de comunicación de UPHO Festival, un festival de fotografía contemporánea urbana parte del proyecto europeo Urban Layers. Y, aunque sigo echando de menos Andalucía, me trasladé a Madrid para estudiar el Máster en Periodismo Cultural en la Universidad CEU San Pablo. En 2018, compaginé mi trabajo en El HuffPost con la coordinación de proyecto de la Bienal de Arte Contemporáneo de Fundación ONCE celebrada en CentroCentro. Desde 2017 trabajo en El HuffPost España, donde he logrado una nominación a los premios GLAAD y ser finalista de los Premios Papageno en 2022.

 


 

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