Escotazos y colores vibrantes: las licencias de vestuario de 'Los Bridgerton'
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Escotazos y colores vibrantes: las licencias de vestuario de 'Los Bridgerton'

La serie de Netflix utiliza las prendas de sus personajes para ganar en sensualidad.

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Shonda Rhimes lo ha vuelto a hacer. La indiscutible reina del culebrón y creadora de Anatomía de Grey ha enganchado de nuevo a los espectadores con Los Bridgerton, una serie de época con tramas dignas de Gossip Girl y un punto erótico. 

La producción de Netflix se desarrolla durante el periodo de la regencia en Inglaterra, a principios del siglo XIX, y ha conquistado a los espectadores por sus tramas amorosas y por el aspecto de uno de sus protagonistas, Simon Basset. Puro escapismo para evadirse por un rato de la que está cayendo en el mundo.

Como en cualquier serie de época, el vestuario ha acaparado muchas de las miradas. En este caso la diseñadora Ellen Mirojnick se ha tomado varias licencias históricas en favor de la sensualidad. Esto es especialmente patente en los escotes. En la época eran cuadrados, pero las protagonistas de Los Bridgerton los llevan más bajos y redondeados para marcar las curvas y enseñar más piel.

“Esta serie es sexy, divertida y mucho más accesible que el típico drama de época contenido, y es importante que las líneas del cuello estén abiertas para reflejar eso. Cuando se hace un primer plano, hay muchísima piel. Irradia belleza”, explicó Ellen Mirojnick, diseñadora de vestuario de la producción, a la revista Vogue.

Si hay una prenda que se ha utilizado a lo largo de la historia para realzar las curvas de la mujer, a veces con problemas de salud incluidos, esa es el corsé. El equipo de vestuario de la serie ha contado con el legendario costurero Mr. Pearl para crear los corsés que salen en pantalla, la mayoría fidedignos a la época.

Por aquel entonces, con el corte imperio de moda en los vestidos, sólo se ceñían en la parte del pecho. La historiadora Hilary Davidson, que ha visionado varios capítulos de la serie para el Museo Smithsonian, explica que la intención del corsé durante los años de la Regencia era “colocar los pechos como dos globos” y según ella, los que aparecen en la serie no están del todo conseguidos y son demasiado planos en la parte frontal. El corsé que oprimía todo el torso y que conocemos por películas como Lo que el viento se llevó sólo aparece en una ocasión, cuando una de las protagonistas sufre mientras le cierran uno de ellos.

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Otro anacronismo es el vestuario de la reina Carlota, pero tiene truco. En este caso se trata de un personaje real y, aunque durante la época los vestidos estilo Maria Antonieta dejan paso a siluetas más fluidas, la monarca nunca abandonó ese estilo asociado con el régimen previo a la revolución. Sí se tomaron más libertad a la hora de elegir las pelucas y los accesorios del personaje que para Mirojnick es como “algodón de azúcar” y la máxima representación de lo que representa la serie.

Los Bridgerton es pura fantasía y eso se refleja en los colores del vestuario, algunos de ellos ni siquiera existían en la época. Mirojnick explicó a Vogue que utilizó la gama cromática para diferenciar a las dos familias. Los Bridgerton, la familia más refinada de la alta sociedad, visten pasteles y tonos empolvados, mientras que los Featherington llevan colores chillones y estampados. Ellos son lo que hoy sería un nuevo rico y en sus prendas todo es más exagerado y recargado. Es como si a día de hoy se comparara a Kate Middleton con las Kardashian.

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Soy redactora de LIFE en El HuffPost España, esa sección en la que intentamos contar el lado hedonista de la vida sin dejar de lado otras realidades.

  

Sobre qué temas escribo

Como redactora de LIFE, escribo sobre temas de cultura, moda, belleza o estilo de vida. También he abordado temas de medioambiente, feminismo o sociales, pero donde más cómoda me encuentro es explorando la relación de la moda con otras disciplinas culturales o su impacto social, y sobre todo lo que tenga que ver con el cuidado de la piel.

 

Siempre desde una perspectiva cercana, he tratado cuestiones como la estrategia del Museo del Prado para triunfar a través de sus redes sociales, explicado cómo Melania Trump utilizó su armario como arma política o desmentido bulos relacionados con la protección solar. Es probable que el 80% de los temas que he publicado se hayan escrito mientras sonaban Beyoncé, Oasis y Arctic Monkeys. Además, también me encargo de preparar el boletín de LIFE que enviamos cada sábado intentando resumir la actualidad de la semana.

 

Mi trayectoria

Nací en Vigo en 1992 y desde que tengo uso de razón siempre quise ser periodista. La única excepción fue la época en la que tuve fantasías con ser pintora, pero descarté rápido la idea cuando mis padres me anotaron a clases y me di cuenta de que no era lo mío. Estudié Periodismo en la Universidad de Santiago de Compostela (USC), donde me gradué en 2014 después de pasar un año en Roma que me hizo apreciar todavía más la cultura italiana. Dejé Galicia para mudarme a Madrid en 2015 y cursar el Máster de Periodismo Cultural en la Universidad San Pablo Ceu. Aprendí en Radio Galega y en Pentación Espectáculos, donde descubrí lo que hay detrás de producciones de teatro y de grandes eventos como el Festival de Mérida. Colaboré puntualmente con Guía Repsol o la revista L'Officiel y llegué a El HuffPost en 2016, donde empecé compaginando mi trabajo como redactora de Branded Content con temas para la sección de tendencias, que terminó convirtiéndose en LIFE, donde actualmente soy una de las redactoras. Fui finalista en los Premios Ecovidrio de 2017.

 


 

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