Tratados de libre comercio: el mejor motor de crecimiento económico

Tratados de libre comercio: el mejor motor de crecimiento económico

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Javier Palomarez, expresidente de la USHCC y asesor de la Casa Blanca, y Francisco Coll, director de Desarrollo de HAC L&M School de Nueva York y analista económico para el Foro Económico Mundial, entre otros, dan su visión acerca del comercio internacional como motor de crecimiento.

Francisco Coll: El proteccionismo es una de las herramientas de la política económica más peligrosas y, de aplicarse erróneamente, más dañinas para la economía de los países. En un mundo globalizado, hablar de proteccionismo es hablar de ponerle barreras al progreso y al desarrollo económico.

En mi opinión, la globalización ha hecho que el crecimiento en el comercio internacional tenga un ritmo más acelerado, a la vez del consecuente efecto que produce esto en la economía mundial, la cual nunca se había visto tan favorecida como actualmente. Según el FMI, las estimaciones de crecimiento para la economía mundial se mantienen en el 3,9%, un nivel de crecimiento realmente bueno y que, en caso de darse, irá condicionado al crecimiento del comercio internacional.

Si observamos casos como el de China, el país asiático se ha convertido en el líder en crecimiento económico a nivel mundial, una casualidad que si la sumamos a que también China ha sido el país con mayor actividad en materia de comercio internacional, la casualidad comienza a convertirse en causalidad. Gracias a la gran apertura de China al comercio internacional, esta se ha convertido en el motor de crecimiento económico del mundo.

Tanto la historia como la economía nos ha enseñado que los países con alto grado de apertura al comercio internacional poseen también los mejores niveles de crecimiento económico

La aportación de China al crecimiento económico es sorprendente, todo ello gracias a la fuerte apuesta del Gobierno por aumentar su presencia en los mercados internacionales, así como de seguir estableciendo relaciones y tratados comerciales con el resto del mundo. Gracias a ello, vemos a un país con fuerte crecimiento y con grandes expectativas de crecimiento en los próximos años.

Por ello, hablar de proteccionismo, como digo, es sinónimo de estancamiento económico. Tanto la historia como la economía nos ha enseñado que los países con alto grado de apertura al comercio internacional poseen también los mejores niveles de crecimiento económico. Además, los beneficios que trae esta apertura para la competitividad de su tejido industrial, hacen de estas empresas, empresas líderes y punteras en sus sectores a nivel global.

Para hablar de ello, está conmigo Javier Palomarez, expresidente de la USHCC (United States Hispanic Chamber of Commerce), así como asesor hispano-americano de la Casa Blanca. A continuación, Javier ofrece un enfoque más empresarial, por el cual los empresarios deben ser los primeros promotores del libre comercio, pues también son los más interesados.

Javier Palomarez: La buena noticia para el mundo es que Donald Trump no ha desgarrado ni echado por la borda el TLCAN, como lo prometió durante sus mítines de campaña. En cambio, parece estar adoptando un enfoque más mesurado para recalibrar y ajustar ciertos elementos del acuerdo.

Proponemos que pasemos del Tratado de Libre Comercio de América del Norte a un nuevo Tratado de Comercio Justo de América del Norte. Una versión modernizada que mantiene el flujo de bienes y capital, pero que hace lo correcto para nuestras naciones, nuestros trabajadores, nuestras economías y nuestro medio ambiente.

Para llegar a un acuerdo de comercio justo, necesitamos dos cosas. Primero: Trump debe atemperar sus puntos de vista populistas y proteccionistas. Segundo: Los líderes empresariales deben unirse y animarlo a que lo haga.

Esta gran tradición de acción cívica demostrativa es un ejercicio vital y consagrado de nuestra libertad de expresión. Creemos que las empresas y sus líderes deben seguir siendo parte de nuestro impulso colectivo para lograr un cambio positivo. Un cambio que sin duda es necesario, ahora más que nunca. En tiempos de grandes desafíos, también hay grandes oportunidades.

En la actualidad, América del Norte es un próspero mercado regional con un PIB combinado de más de 20 billones de dólares

Ahora mismo, tenemos la oportunidad de hablar y asegurarnos de que esta Administración se beneficie de una perspectiva más amplia, basada en la realidad de nuestra economía. Una perspectiva que nos permita sopesar, sin sesgos, los beneficios y los inconvenientes del TLCAN.

Y mientras lo estamos evaluando, haríamos bien en recordar que desde que se estableció el TLCAN, toda América del Norte ha surgido como una potencia mundial. El comercio entre Estados Unidos, México y Canadá ha alcanzado el billón de dólares anuales. El TLCAN también ha permitido que América del Norte emerja como líder energético y ha disminuido nuestra dependencia de las fuentes de petróleo de Oriente Medio. En la actualidad, América del Norte es un próspero mercado regional con un PIB combinado de más de 20 billones de dólares. También es importante recordar que el TLCAN ha facilitado la creación de más de 14 millones de empleos en Estados Unidos.

Y si se considera el comercio que existe entre Estados Unidos y México, mientras hablamos, hay más de 525 mil millones de dólares en comercio bilateral entre nuestras dos naciones. De hecho, Estados Unidos exporta más de 231 mil millones de dólares de bienes a México, mientras importa más de 294 mil millones de dólares de bienes de México. Eso se desglosa en más de 1.500 millones de dólares en mercancías que cruzan nuestra frontera sin muros todos los días hábiles. Y más de 6 millones de empleos estadounidenses dependen de este comercio bilateral con el vecino del sur. Finalmente, si usted considerara esto estado por estado, le sorprendería saber que México se encuentra entre los 3 principales mercados de exportación para 31 estados americanos. En resumen, aunque el TLCAN tiene algunas deficiencias, en general ha sido abrumadoramente bueno para Estados Unidos.

Pero, ¿por qué le importaría esto a alguien que aboga en nombre de la pequeña empresa estadounidense? La respuesta es simple. Según el Departamento de Comercio de EE UU, más del 95% de las empresas de que participan en el comercio exterior en realidad se definen como pequeñas y medianas empresas. Una buena parte de estas empresas consideran que el comercio en los mercados internacionales es vital para su desarrollo continuo. Y por qué no, después de todo el 94% del mercado global existe fuera de los Estados Unidos. Por lo tanto, considerar el comercio exterior como una estrategia de crecimiento tiene sentido. El comercio libre y abierto es bueno para todos, especialmente para los trabajadores y las empresas estadounidenses.

Francisco Coll: Como indica Javier, acabar con un tratado que tanto ha aportado a la economía norteamericana sería un completo error. Como digo en el inicio, el proteccionismo únicamente acabaría con el desarrollo de una economía que, pese a poseer un déficit comercial negativo, está considerada como la primera potencia económica mundial.

Por estas razones, cuando el presidente Donald Trump aparece en los medios para hablar de un posible cierre de fronteras para la entrada de importaciones, podemos ver en este un incansable deseo irracional, por el que pretende eliminar uno de los mejores, y mas efectivos, motores de crecimiento económico que puede tener un país.

Al parecer, el presidente ha vuelto a entablar conversaciones con el Gobierno mexicano, así como con el canadiense, en pro de establecer un nuevo acuerdo comercial entre los países. Según las últimas noticias que se poseen, ya existe un acuerdo entre los países que, a falta de la actuación de Justin Trudeau y la incorporación de Canadá, volverá a permitir el libre comercio entre los países.

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