Científicos españoles alzan la voz por el virus que está debilitando el sistema inmune de los animales
Es una investigación clave para el desarrollo de estrategias terapéuticas.
Científicos españoles alzan la voz por el virus que está debilitando el sistema inmune de los animales
Es una investigación clave para el desarrollo de estrategias terapéuticas.
Científicos españoles alzan la voz por el virus que está debilitando el sistema inmune de los animales
Es una investigación clave para el desarrollo de estrategias terapéuticas.
Científicos españoles alzan la voz por el virus que está debilitando el sistema inmune de los animales
Es una investigación clave para el desarrollo de estrategias terapéuticas.
Científicos españoles alzan la voz por el virus que está debilitando el sistema inmune de los animales
Es una investigación clave para el desarrollo de estrategias terapéuticas.

Un estudio realizado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha revelado un mecanismo clave que permite al virus de la lengua azul evadir el sistema inmune de los animales, lo que agrava su impacto en el ganado. Este descubrimiento, publicado en la revista Cellular and Molecular Life Sciences, podría ser clave para desarrollar tratamientos que frenen su propagación y reduzcan las pérdidas económicas en el sector ganadero.
El virus de la lengua azul, también conocido como fiebre catarral ovina, afecta principalmente a las ovejas, aunque también puede infectar a otros animales como vacas, cabras, ciervos y antílopes. Se transmite a través de la picadura de mosquitos del género Culicoides y no es contagioso entre animales. Sin embargo, su impacto puede ser devastador en las explotaciones ganaderas, provocando pérdida de peso, alteraciones en el crecimiento de la lana e incluso la muerte en los casos más graves.
La gravedad de la enfermedad
El equipo del Centro de Investigación en Sanidad Animal (CISA-INIA-CSIC) ha descubierto que el virus ataca directamente el receptor celular cGAS, una molécula clave en la detección de patógenos. Al degradar este receptor poco después de la infección, el virus impide que el sistema inmune del animal active su respuesta de interferón, una de las primeras líneas de defensa contra las infecciones.
Según Noemí Sevilla y Andrés Louloudes-Lázaro, autores del estudio, este hallazgo abre la puerta al desarrollo de tratamientos que bloqueen la capacidad del virus para evadir el sistema inmunológico. Además, si consiguen interferir en este proceso, podrían reducir la gravedad de la enfermedad y minimizar el impacto económico que supone para la ganadería.
Además de su importancia en el control del virus de la lengua azul, esta investigación podría aportar información valiosa para el estudio de otros virus transmitidos por insectos, muchos de los cuales utilizan estrategias similares para burlar las defensas. En un momento en el que las enfermedades zoonóticas generan preocupación a nivel global, este tipo de estudios refuerzan la necesidad de seguir investigando cómo los virus interactúan con el sistema inmune y cómo se pueden desarrollar estrategias efectivas para combatirlos.
Un estudio realizado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha revelado un mecanismo clave que permite al virus de la lengua azul evadir el sistema inmune de los animales, lo que agrava su impacto en el ganado. Este descubrimiento, publicado en la revista Cellular and Molecular Life Sciences, podría ser clave para desarrollar tratamientos que frenen su propagación y reduzcan las pérdidas económicas en el sector ganadero.
El virus de la lengua azul, también conocido como fiebre catarral ovina, afecta principalmente a las ovejas, aunque también puede infectar a otros animales como vacas, cabras, ciervos y antílopes. Se transmite a través de la picadura de mosquitos del género Culicoides y no es contagioso entre animales. Sin embargo, su impacto puede ser devastador en las explotaciones ganaderas, provocando pérdida de peso, alteraciones en el crecimiento de la lana e incluso la muerte en los casos más graves.
La gravedad de la enfermedad
El equipo del Centro de Investigación en Sanidad Animal (CISA-INIA-CSIC) ha descubierto que el virus ataca directamente el receptor celular cGAS, una molécula clave en la detección de patógenos. Al degradar este receptor poco después de la infección, el virus impide que el sistema inmune del animal active su respuesta de interferón, una de las primeras líneas de defensa contra las infecciones.
Según Noemí Sevilla y Andrés Louloudes-Lázaro, autores del estudio, este hallazgo abre la puerta al desarrollo de tratamientos que bloqueen la capacidad del virus para evadir el sistema inmunológico. Además, si consiguen interferir en este proceso, podrían reducir la gravedad de la enfermedad y minimizar el impacto económico que supone para la ganadería.
Además de su importancia en el control del virus de la lengua azul, esta investigación podría aportar información valiosa para el estudio de otros virus transmitidos por insectos, muchos de los cuales utilizan estrategias similares para burlar las defensas. En un momento en el que las enfermedades zoonóticas generan preocupación a nivel global, este tipo de estudios refuerzan la necesidad de seguir investigando cómo los virus interactúan con el sistema inmune y cómo se pueden desarrollar estrategias efectivas para combatirlos.
Un estudio realizado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha revelado un mecanismo clave que permite al virus de la lengua azul evadir el sistema inmune de los animales, lo que agrava su impacto en el ganado. Este descubrimiento, publicado en la revista Cellular and Molecular Life Sciences, podría ser clave para desarrollar tratamientos que frenen su propagación y reduzcan las pérdidas económicas en el sector ganadero.
El virus de la lengua azul, también conocido como fiebre catarral ovina, afecta principalmente a las ovejas, aunque también puede infectar a otros animales como vacas, cabras, ciervos y antílopes. Se transmite a través de la picadura de mosquitos del género Culicoides y no es contagioso entre animales. Sin embargo, su impacto puede ser devastador en las explotaciones ganaderas, provocando pérdida de peso, alteraciones en el crecimiento de la lana e incluso la muerte en los casos más graves.
La gravedad de la enfermedad
El equipo del Centro de Investigación en Sanidad Animal (CISA-INIA-CSIC) ha descubierto que el virus ataca directamente el receptor celular cGAS, una molécula clave en la detección de patógenos. Al degradar este receptor poco después de la infección, el virus impide que el sistema inmune del animal active su respuesta de interferón, una de las primeras líneas de defensa contra las infecciones.
Según Noemí Sevilla y Andrés Louloudes-Lázaro, autores del estudio, este hallazgo abre la puerta al desarrollo de tratamientos que bloqueen la capacidad del virus para evadir el sistema inmunológico. Además, si consiguen interferir en este proceso, podrían reducir la gravedad de la enfermedad y minimizar el impacto económico que supone para la ganadería.
Además de su importancia en el control del virus de la lengua azul, esta investigación podría aportar información valiosa para el estudio de otros virus transmitidos por insectos, muchos de los cuales utilizan estrategias similares para burlar las defensas. En un momento en el que las enfermedades zoonóticas generan preocupación a nivel global, este tipo de estudios refuerzan la necesidad de seguir investigando cómo los virus interactúan con el sistema inmune y cómo se pueden desarrollar estrategias efectivas para combatirlos.
Un estudio realizado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha revelado un mecanismo clave que permite al virus de la lengua azul evadir el sistema inmune de los animales, lo que agrava su impacto en el ganado. Este descubrimiento, publicado en la revista Cellular and Molecular Life Sciences, podría ser clave para desarrollar tratamientos que frenen su propagación y reduzcan las pérdidas económicas en el sector ganadero.
El virus de la lengua azul, también conocido como fiebre catarral ovina, afecta principalmente a las ovejas, aunque también puede infectar a otros animales como vacas, cabras, ciervos y antílopes. Se transmite a través de la picadura de mosquitos del género Culicoides y no es contagioso entre animales. Sin embargo, su impacto puede ser devastador en las explotaciones ganaderas, provocando pérdida de peso, alteraciones en el crecimiento de la lana e incluso la muerte en los casos más graves.
La gravedad de la enfermedad
El equipo del Centro de Investigación en Sanidad Animal (CISA-INIA-CSIC) ha descubierto que el virus ataca directamente el receptor celular cGAS, una molécula clave en la detección de patógenos. Al degradar este receptor poco después de la infección, el virus impide que el sistema inmune del animal active su respuesta de interferón, una de las primeras líneas de defensa contra las infecciones.
Según Noemí Sevilla y Andrés Louloudes-Lázaro, autores del estudio, este hallazgo abre la puerta al desarrollo de tratamientos que bloqueen la capacidad del virus para evadir el sistema inmunológico. Además, si consiguen interferir en este proceso, podrían reducir la gravedad de la enfermedad y minimizar el impacto económico que supone para la ganadería.
Además de su importancia en el control del virus de la lengua azul, esta investigación podría aportar información valiosa para el estudio de otros virus transmitidos por insectos, muchos de los cuales utilizan estrategias similares para burlar las defensas. En un momento en el que las enfermedades zoonóticas generan preocupación a nivel global, este tipo de estudios refuerzan la necesidad de seguir investigando cómo los virus interactúan con el sistema inmune y cómo se pueden desarrollar estrategias efectivas para combatirlos.
Un estudio realizado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha revelado un mecanismo clave que permite al virus de la lengua azul evadir el sistema inmune de los animales, lo que agrava su impacto en el ganado. Este descubrimiento, publicado en la revista Cellular and Molecular Life Sciences, podría ser clave para desarrollar tratamientos que frenen su propagación y reduzcan las pérdidas económicas en el sector ganadero.
El virus de la lengua azul, también conocido como fiebre catarral ovina, afecta principalmente a las ovejas, aunque también puede infectar a otros animales como vacas, cabras, ciervos y antílopes. Se transmite a través de la picadura de mosquitos del género Culicoides y no es contagioso entre animales. Sin embargo, su impacto puede ser devastador en las explotaciones ganaderas, provocando pérdida de peso, alteraciones en el crecimiento de la lana e incluso la muerte en los casos más graves.
La gravedad de la enfermedad
El equipo del Centro de Investigación en Sanidad Animal (CISA-INIA-CSIC) ha descubierto que el virus ataca directamente el receptor celular cGAS, una molécula clave en la detección de patógenos. Al degradar este receptor poco después de la infección, el virus impide que el sistema inmune del animal active su respuesta de interferón, una de las primeras líneas de defensa contra las infecciones.
Según Noemí Sevilla y Andrés Louloudes-Lázaro, autores del estudio, este hallazgo abre la puerta al desarrollo de tratamientos que bloqueen la capacidad del virus para evadir el sistema inmunológico. Además, si consiguen interferir en este proceso, podrían reducir la gravedad de la enfermedad y minimizar el impacto económico que supone para la ganadería.
Además de su importancia en el control del virus de la lengua azul, esta investigación podría aportar información valiosa para el estudio de otros virus transmitidos por insectos, muchos de los cuales utilizan estrategias similares para burlar las defensas. En un momento en el que las enfermedades zoonóticas generan preocupación a nivel global, este tipo de estudios refuerzan la necesidad de seguir investigando cómo los virus interactúan con el sistema inmune y cómo se pueden desarrollar estrategias efectivas para combatirlos.
