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Nada de regañinas: un especialista en comportamiento animal revela cómo controlar las travesuras nocturnas de tu gato

Nada de regañinas: un especialista en comportamiento animal revela cómo controlar las travesuras nocturnas de tu gato 

El comportamiento nocturno de los gatos es parte de su naturaleza, pero con algunos cambios en su rutina diaria, es posible reducir su inquietud por la noche.

Un gato enfadadoBOY_ANUPONG- GETTY IMAGES

Si alguna vez te has despertado por el maullido incesante de tu gato o lo has visto correr de un lado a otro en medio de la noche, no eres el único. Aunque pueda ser molesto, este comportamiento tiene explicaciones naturales. Los gatos son animales nocturnos por naturaleza, lo que significa que tienden a estar más activos durante la noche, cuando sus dueños descansan. Sin embargo, con algunos ajustes, se puede cambiar en cierta parte su comportamiento.

Según la consultora en comportamiento animal Jaana Pohjola, quien ha ofrecido sus consejos a kotiliesi, los gatos no siguen el mismo ritmo que los humanos, a diferencia de los perros. Esto les lleva a estar especialmente activos cuando sus dueños van a dormir. Aunque esta es una característica común de su especie, existen formas de mitigar su inquietud y lograr que se mantengan tranquilos durante la noche.

"Los gatos pueden ser menos demandantes que los perros, pero requieren interacción social constante y muchas oportunidades para mantenerse activos durante el día", comenta Pohjola. Cuanto más ejercicio y estimulación tengan durante el día, menos probabilidades habrá de que se descontrolen por la noche. Especialmente en las primeras horas de la mañana y al anochecer, los gatos suelen estar más en alerta, por lo que es recomendable aprovechar esos momentos para ofrecerles actividades que los mantengan ocupados.

La estimulación adecuada es clave. Actividades como el juego interactivo o el uso de juguetes que simulen caza son una excelente forma de mantener a tu gato ocupado. Además, una buena opción es ofrecerle premios de comida en algunos momentos. Sin embargo, es importante no dejarle la comida disponible todo el tiempo, ya que esto podría disminuir su motivación para explorar y "trabajar" por su comida.

Paseos con arnés, juegos con hierba gatera o incluso proporcionarle un espacio donde pueda descansar de forma tranquila, como una sauna o un rincón soleado, son otras formas de enriquecer el entorno de tu gato. Este tipo de actividades no solo lo cansan, sino que también lo mantienen mentalmente estimulado, evitando que se sienta frustrado por la falta de interacción.

Al contrario de lo que algunos creen, ignorar los maullidos nocturnos de un gato no es lo más recomendable. Pohjola sostiene que muchos mitos sobre los felinos, como la idea de que no debemos responder a sus maullidos, son perjudiciales. El maullido es una forma de comunicación dirigida directamente a los humanos, y aunque puede parecer molesto, muchas veces indica que el gato tiene una necesidad o deseo, como pedir comida o simplemente llamar la atención. Al atender sus necesidades, puedes lograr que tu gato se sienta más tranquilo y, por ende, evitar que su inquietud continúe.

Sin embargo, a pesar de que muchos propietarios pueden sentir la tentación de aislar al gato o bloquear sus sonidos con tapones para los oídos, Pohjola advierte que esto solo aumenta el estrés del animal y podría empeorar la situación. Es mejor responder con calma a sus necesidades.

En la mayoría de los casos, los alborotos nocturnos se detienen por sí solos. A menudo, los gatos tienen momentos de actividad antes del amanecer, y si maúllan en esas horas, podría deberse a hambre. En esos casos, proporcionar una ración más grande de comida antes de dormir podría ayudar a calmar su ansiedad nocturna.

Sin embargo, si el comportamiento persiste durante toda la noche o si el gato parece estar en constante agitación, podría ser una señal de que algo no está bien. Un cambio repentino en su comportamiento podría estar relacionado con problemas de salud, como una infección urinaria que cause dolor. En tales casos, lo mejor es consultar con el veterinario para descartar cualquier problema médico.

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