Un investigador francés arrima el hombro para enfrentarse a la plaga mortal para perros que amenaza España
Puede producir reacción tanto a las personas como a las mascotas.
La oruga procesionaria puede suponer un peligro tanto para los humanos como para los perros. Los pelos que recubren a este insecto son altamente urticantes y, si por ejemplo, una mascota los toca con el hocico, puede sufrir una reacción.
En algunos casos puede producir picores intensos, salivación, necrosis de tejidos (algunos llegan a perder la lengua), inflamación y, en los casos más extremos, llegar a morir.
Louis Audren, investigador de la Federación Regional para la Protección contra los Organismos Nocivos (Fredon) Grand Est de Francia ha dado algunas claves para protegerse en FranceInfo.
"Para limitar el riesgo de sufrir picores o alergias, puede ser conveniente adaptar la ropa. En bosques infestados, sería aconsejable ropa un poco más larga para evitar estar demasiado expuestos", aconseja a las personas que salgan a la naturaleza.
Este experto ha impulsado una plataforma online a través de la cual cualquier usuario puede avisar de dónde ha visto una y enviar una foto, para que se pueda confirmar a qué especie pertenece, puesto que las hay del pino y del roble.
Como indican, la del roble es más difícil de controlar y se dispone de pocos "métodos económicos, eficaces y de bajo riesgo". Una de las pocas soluciones que existen es eliminar manualmente los nidos.
Para la procesionaria del pino sí se pueden colocar trampas para capturar las orugas cuando intentan descender de los árboles.
