Arresto domiciliario y sanciones injustas: la historia de la desconocida primera arquitecta española

Arresto domiciliario y sanciones injustas: la historia de la desconocida primera arquitecta española

Matilde Ucelay obtuvo el Premio Nacional de Arquitectura en 2004 después de sueperar un sinfín de problemas a lo largo de su carrera.

Matilde Ucelay en su mesa de trabajo.Javier Ruiz-Castillo Ucelay

Antoni Gaudí, Rafael Moneo, Santiago Calatrava, Ricardo Bofill... son muchos los arquitectos españoles que, en mayor o menor medida, han alcanzado el reconocimiento internacional. Sin embargo, el 8 de Marzo, merece la pena hacer justicia y conocer la fascinante historia de Matilde Ucelay, una pionera que desafió las normas de género y se convirtió en la primera mujer en obtener el título de arquitecta en España.

Nacida en Madrid en 1912, Ucelay demostró desde muy temprana edad su pasión por la arquitectura. Tanto, que desafiando las convenciones sociales de la época, en 1931 se matriculó en la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid, convirtiéndose así en una de las primeras mujeres en hacerlo y que, según la web Arquitectura y Diseño, acabó la carrera un año antes de lo previsto porque completó dos cursos en uno, aunque su título no fue expedido oficialmente hasta 1946. Diez años después de haber acabado la carrera.

La carrera de Ucelay se vio truncada por la Guerra Civil Española y la posterior represión franquista. La juzgaron varias veces en consejo de guerra, depurada profesionalmente por la Dirección General de Arquitectura, acusada de "auxilio a la rebelión”, se le prohibió ejercer la profesión durante 5 años además de abonar 30.000 indemnización.

A pesar de todos los impedimentos que se encontró a lo largo de su carrera, Matilde Ucelay firmó entre 1940 y 1981 cerca de 120 proyectos, aunque podrían ser más porque los que diseñó mientras estaba inhabilitada los firmaban su amigos. Especializada en la construcción de edificios residenciales de calidad -la Casa Oswald, en Madrid, es suya- reconocibles por sus grandes ventanales, amplios salones y zonas ajardinadas para que sus ocupantes tuvieran una buena calidad de vida. 

Con estudio de arquitectura propio, en 2004 recibió el Premio Nacional de Arquitectura. "Las mujeres, si no tienen independencia económica, no tienen libertad", decía la Matilde Ucelay que se presentaba en las obras vestida de Balenciaga para hablar con albañiles, fontaneros y electricistas.