No es misticismo, es cierto físicamente que todos los organismos vivos emiten una luz muy débil, indetectable para el ojo humano que, aunque aún no tiene una explicación exacta, es real.

Investigadores de la Universidad de Calgary y del Consejo Nacional de Investigación de Canadá han logrado demostrar por primera vez en ratones que esta débil emisión de luz, fenómeno denominado emisión de fotones ultradébiles (UPE), se atenúa significativamente después de la muerte. Los resultados mostraron una diferencia significativa entre las emisiones de fotones de ratones vivos y muertos.

Según el profesor Daniel Oblak, uno de los expertos que participó en el estudio, no se trata de un campo de energía que rodea el cuerpo humano, pero la reacción bioquímica que subyace al fenómeno aún no se comprende completamente.