Álex, azafato, advierte a todos los que piden café en un vuelo: "Esa agua permanece allí durante mucho tiempo"
Un gesto inofensivo que podría no ser tan buena idea como creemos.
Para muchos viajeros, subirse a un avión no solo significa desplazarse de un punto a otro, sino también disfrutar de pequeñas rutinas que amenizan el trayecto. Entre ellas, una de las más habituales es pedir algo de comer o beber a la tripulación, ya sea para matar el aburrimiento, calmar los nervios o simplemente hacer más llevadero el vuelo. Sin embargo, lo que parece un gesto inofensivo podría no ser tan buena idea como creemos.
Álex Quigley, auxiliar de vuelo, ha encendido la alarma entre los viajeros: el café y el té servidos durante los vuelos son uno de los grandes errores de los pasajeros. "Los aviones utilizan tanques de agua potable, y a menudo ese agua permanece allí durante mucho", explica en declaraciones recogidas por Delish. A su juicio, existe cierta incertidumbre sobre cuándo fue la última limpieza de estos depósitos.
Quigley relata que nunca llegó a ver cómo se vaciaban o limpiaban estas cubas entre rutas, por lo que aconseja optar por bebidas embotelladas cuando sea posible. “Esto es un foco de bacterias”, afirma. Por ello, en Estados Unidos existe la Aircraft Drinking Water Rule (ADWR), un marco regulatorio que exige a las aerolíneas planes de mantenimiento, muestreos y desinfección de los sistemas de agua a bordo, así como registros sobre frecuencia de pruebas y limpiezas.
Otras recomendaciones
Más allá del café, Quigley y otros tripulantes señalan alimentos y bebidas que conviene evitar por higiene, comodidad o cortesía en cabina. Entre los señalados están los aperitivos de maíz frito: “Cuando abres la bolsa, huele a que algo se está quemando en el avión”. Lo mismo ocurre con las patatas fritas o los snacks con sabor a ajo o barbacoa, que dejan un olor persistente en el aire de la aeronave.
Por esta misma razón, se recomienda evitar alimentos que provoquen gases, como lácteos, legumbres, verduras verdes o bebidas gaseosas, así como carnes preparadas que, según advierte, dependen del correcto almacenamiento por parte de la tripulación y del catering. "Así que si alguien se tira un pedo, lo estás respirando una y otra vez", cuenta Álex. Las intoxicaciones alimentarias en vuelo son poco frecuentes, pero existen estudios que recogen casos asociados a catering o manipulación de comida.
También hay advertencia sobre el alcohol, ya que el consumo de bebidas alcohólicas en condiciones de menor presión puede reducir la saturación de oxígeno y aumentar la frecuencia cardiaca, intensificando la sensación de embriaguez y el estrés cardiovascular en algunos pasajeros. Por tanto, la propia tripulación recomienda moderar el alcohol durante los vuelos, sobre todo en trayectos largos o si se planea dormir.