En Alemania flipan con la "bebida de culto" española: "Ahora todo el mundo bebe esto"
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En Alemania flipan con la "bebida de culto" española: "Ahora todo el mundo bebe esto"

Más ligera que la sangría, sin fruta ni azúcar y lista en dos minutos: así se prepara el tinto de verano

Un vaso de tinto de verano, una bebida clásica cuando llega el calor.Stefano Guidi

En Alemania no paran de hablar de él. Y no, no se trata de la sangría. El tinto de verano ha cruzado los Pirineos para conquistar titulares y redes sociales como lo que es: una bebida sencilla, refrescante y profundamente española. El diario Frankfurter Rundschau lo define como "una versión fresca de la sangría", más ligera, sin fruta troceada ni azúcar añadido, y con una preparación tan simple como efectiva: vino tinto seco, refresco de limón y hielo. En muchos bares españoles lo preparan al instante y se sirve sin más, sin florituras. Quizá esa naturalidad es parte de su atractivo: una bebida modesta que conecta con todos los que buscan autenticidad sin complicarse.

El tinto de verano nació en Andalucía, en los años 20, cuando un hostelero de Córdoba se decidió por mezclar el vino tinto con un poco de gaseosa de limón para que la bebida que resultara fuese más refrescante y fácil de beber con el calor. La fórmula, desde entonces, no ha cambiado: vino joven y refresco con gas a partes iguales, servidos con hielo y una rodaja de limón. Al contrario que la sangría, en la que se emplean frutas troceadas, azúcar y hace falta un tiempo de reposo, el tinto de verano se prepara al instante y se adapta al gusto: con más refresco, con agua con gas o incluso con vino sin alcohol.

Según recoge el periódico alemán, muchos españoles prefieren el tinto de verano frente a la sangría, precisamente, porque esta última se prepara muy a menudo con vino barato y cantidades excesivas de azúcar. “El tinto de verano es una versión fresca de la sangría”, señalan en el artículo, donde subrayan que la clave de la bebida está en su sencillez: sin frutas ni ingredientes añadidos que no hacen falta, pero con todo el frescor.

Un clásico que resiste entre modas y algoritmos

Aunque no tiene la estética ni el colorido del Aperol Spritz o los cócteles caribeños, el tinto de verano ha encontrado su lugar también en las redes. El Frankfurter Rundschau menciona TikTok como una de las plataformas donde los usuarios, en su mayoría jóvenes, comparan esta bebida con la sangría y destacan su frescura y sencillez. No hay postureo ni recetas imposibles: solo vino, gaseosa y hielo. Esa autenticidad, sin filtros, encaja con una parte de la audiencia que prefiere lo cotidiano frente al exceso.

Frente al auge de los vermuts especiados, las cervezas de sabores o los cócteles listos para beber, el tinto de verano mantiene su sitio sin necesidad de reinventarse. No responde a una moda pasajera ni necesita diseño de autor. Su permanencia está en otra parte: en la memoria de quienes crecieron con una jarra en la mesa, en los bares de barrio donde se sigue sirviendo sin carta, y en los vídeos que lo descubren como si fuera nuevo, aunque tenga más de cien años.

No hay cifras de ventas ni estudios de mercado que respalden un fenómeno global. Pero sí hay una creciente curiosidad internacional por esta bebida modesta, práctica y con mucho carácter. Una copa que no intenta impresionar, pero que cumple con su objetivo: refrescar sin empalagar. Y sin complicarse la vida.

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