Esta es el tipo de sábanas que muchos españoles usan y los expertos no soportan: "Corremos grandes riesgos"
“Las sábanas de algodón heredadas pueden conservarse en excelente estado durante décadas, incluso siglos. Pero ¿durarán las sábanas actuales?”.

Dormir bien depende de muchos factores: el colchón, la temperatura o incluso el tipo de ropa de cama. Pero, según la experta finlandesa Niina Silander, miembro de la Asociación Martha y especialista en cuidado del hogar, el secreto puede estar en las fibras naturales. En declaraciones recogidas por Ilta Sanomat, la experta asegura que “las fibras naturales suelen ser transpirables. Absorben eficazmente la humedad generada durante la noche, por lo que las sábanas de fibras naturales suelen percibirse como las más cómodas”.
Las ventajas del algodón y el lino
Entre los materiales más recomendados, Silander menciona el algodón y el lino, ambos conocidos por su transpirabilidad y durabilidad. A diferencia de las fibras sintéticas, que tienden a retener el sudor y los olores, estos tejidos permiten que el cuerpo respire, lo que mejora la sensación térmica durante el descanso.
Las sábanas de materiales sintéticos (como el poliéster o las microfibras) pueden resultar más baratas, pero tienen varios inconvenientes. “Los olores se adhieren a las fibras sintéticas con mayor facilidad que a las naturales”, explica la experta. Además, acumulan humedad y se ensucian más rápido, lo que obliga a lavarlas con mayor frecuencia.
Otro punto a favor del algodón es su resistencia: puede lavarse a temperaturas de hasta 95 °C, algo especialmente útil en casos de enfermedad o alergias. El lino, por su parte, es un tejido más fresco y resistente, aunque requiere más cuidados en el lavado y planchado.
Qué tener en cuenta al elegir la tela
Silander recomienda evitar las mezclas de fibras y optar por tejidos 100 % naturales. También aconseja comprobar la densidad y la resistencia del lino antes de comprarlo: “Una tela densa y lisa no se desgasta ni forma bolitas con facilidad”, indica.
El tipo de tejido influye mucho en la sensación al tacto. El satén de algodón, por ejemplo, resulta suave y sedoso, mientras que el crepé puede parecer más áspero. La experta sugiere probar la tela contra el dorso de la mano antes de comprarla para percibir mejor su textura. En cuanto a la ropa de cama práctica, prefiere las fundas nórdicas con agujeros en las esquinas, que facilitan el cambio, y desaconseja las que llevan botones o elásticos si se van a planchar en casa.
La caída en la calidad textil
Silander advierte sobre un fenómeno preocupante: la pérdida de calidad en la ropa de cama moderna. “Las sábanas de algodón heredadas pueden conservarse en excelente estado durante décadas, incluso siglos. Pero ¿durarán las sábanas actuales?”, se pregunta.
También desaconseja comprar ropa de cama en plataformas de moda ultrarrápida como Temu o Shein, donde se han detectado productos con sustancias químicas nocivas. “Corremos grandes riesgos por culpa de unas sábanas baratas. No recomiendo comprar nada, y mucho menos algo que vaya a estar en contacto con la piel o con un niño”, advierte.
Para quienes buscan calidad a buen precio, Silander sugiere una alternativa más sostenible: los mercadillos o tiendas de segunda mano, donde es posible encontrar sábanas de algodón duraderas y seguras, “ya que pueden lavarse a 60 grados sin problema”.
