Un chef cierra su restaurante por el incremento de turistas en su pueblo: "Quiero seguir ofreciendo buena comida a clientes que se tomen su tiempo para disfrutarla"
Ahora los turistas buscan comer lo más rápido y barato posible.

El turismo de masas, que suele percibirse como motor de desarrollo económico y escaparate cultural, está empezando a transformarse en una amenaza para la vida cotidiana de numerosos destinos. La llegada constante de visitantes provoca aglomeraciones, encarece el coste de la vivienda y los servicios y altera la dinámica social de pueblos y ciudades. Hoy en día es un reto preservar la autenticidad de estos sitios sin verse superados por la presión turística.
En este contexto, Pierre-Alain Delaby, chef de 33 años y rostro conocido de la gastronomía francesa, ha decidido dar por concluida la etapa de su restaurante Le Mathurin en Saint-Valery-sur-Somme después de que el crecimiento del turismo cambiara por completo la clientela y la experiencia que pretendía ofrecer. El local se estaba convirtiendo en un lugar dominado por las prisas y una demanda cada vez más alejada de su filosofía gastronómica.
“Para mí, en Saint-Valery hay demasiado turismo”, declaró el cocinero en declaraciones a Le Parisien. Según el chef, muchos visitantes optan ahora por comer rápido y barato para dedicar la mayor parte de su tiempo a recorrer los puntos turísticos de la región. De esta forma, lo gastronómico pasa a un segundo plano. “Personalmente, quiero seguir ofreciendo buena comida a clientes que se tomen su tiempo para disfrutarla”, asegura.
No es un adiós definitivo
Delaby, que durante más de una década hizo de la pesca local y de la bahía de Somme el corazón de sus fogones, argumenta que ese turismo exprés ha transformado el ritmo y las expectativas en sala: mesas que giran con prisa, clientes que priorizan precio y rapidez por encima de la experiencia y menos tiempo para saborear los platos. Además, en los últimos años la localidad ha visto un notable aumento en el flujo de visitantes y se espera que siga creciendo.
Frente a ello, el chef optó por trasladar su proyecto principal a Abbeville, donde ha inaugurado un nuevo restaurante, La Léontine. Esta decisión responde tanto a motivos profesionales como personales. La ciudad, con unos 22.400 habitantes, está a unos 20 kilómetros y es donde Delaby reside con su familia. El nuevo local, descrito por el chef como “una casa de la pasión”, es fruto de dos años de reformas en un hôtel particulier del siglo XIX.
El nuevo establecimiento busca ofrecer una experiencia gastronómica más reposada, con un menú de mediodía pensado para ser accesible. A su vez, el proyecto contempla alojamientos y usos complementarios del inmueble. Por otro lado, aunque Le Mathurin cerró como restaurante tradicional, Delaby no renuncia por completo a Saint-Valery: planea reabrir el local en primavera con un concepto distinto, Halophytes, una propuesta de “street food” de calidad pensada para los turistas que buscan algo rápido sin renunciar a los buenos ingredientes.
