Un especialista en seguridad y salud alerta sobre el riesgo oculto de tener bombonas de butano en casa
Es esencial almacenar las bombonas en zonas ventiladas y alejadas de fuentes de ignición, señalizando el área de almacenamiento desde el exterior.

Las recientes explosiones registradas en Finlandia han despertado la preocupación de la población por el uso de gases combustibles en los hogares. En las últimas semanas se han producido varios incidentes graves que, aunque todavía se investigan, podrían estar relacionados con fugas o un mal manejo de gas.
Uno de los sucesos más graves ocurrió en Mellunmäki, un distrito de Helsinki, donde una furgoneta explotó y quedó completamente destruida, reducida a su chasis. En el siniestro resultaron heridas dos personas. En otro caso, en la localidad de Joroinen, un hombre y una mujer fallecieron tras una fuerte explosión que calcinó parcialmente su vehículo.
Pese a la alarma social, los expertos insisten en que el uso y transporte de gases sigue siendo seguro, siempre que se realice de forma correcta. “A pesar de estos lamentables accidentes, debe considerarse que el uso y transporte de gases es, en general, muy seguro, ya que no se han producido lesiones graves similares”, afirmó Petri Pakkanen, especialista del Centro Finlandés de Seguridad y Salud en el Trabajo, al diario Iltalehti.
Precauciones básicas en el hogar
El gas licuado de petróleo (GLP) es el más habitual en los hogares y se utiliza sobre todo para parrillas, caravanas, barcos o casas rurales sin suministro eléctrico. Según Pakkanen, la clave está en mantener los cilindros en posición vertical durante su uso y almacenamiento, para que el gas salga en forma gaseosa y no líquida.
El experto recuerda que el GLP consume oxígeno al quemarse, por lo que debe usarse solo en exteriores o en espacios bien ventilados. Si la combustión es incompleta, puede producirse monóxido de carbono, un gas invisible y mortal. Por ello, recomienda instalar detectores de GLP y de monóxido de carbono, que pueden salvar vidas en caso de fuga.
También es esencial almacenar las bombonas en zonas ventiladas y alejadas de fuentes de ignición, señalizando el área de almacenamiento desde el exterior.
Manipulación y transporte seguros
En el hogar o en el trabajo, también se utilizan otros gases como el oxígeno, el dióxido de carbono o el acetileno. Pakkanen recuerda que el oxígeno no arde por sí mismo, pero puede agravar un incendio si hay una fuga, mientras que el dióxido de carbono y las mezclas de gases pueden desplazar el oxígeno y provocar asfixia.
Las bombonas deben estar almacenadas en posición vertical y bien sujetas, y hay que revisar periódicamente las mangueras, válvulas y reguladores. Para comprobar fugas, se puede aplicar agua jabonosa o un detector de fugas comercial.
Durante el transporte, se recomienda cerrar las válvulas, retirar los reguladores de presión y proteger las bocas de los cilindros. Si se lleva el gas dentro del vehículo, debe ir firmemente asegurado para evitar daños en caso de frenazo o accidente.
En palabras de Pakkanen, la prevención es clave: “Un manejo cuidadoso, un almacenamiento adecuado y un control regular del equipo son suficientes para garantizar la seguridad del gas en el hogar”.
