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El gran museo español icono del arte que durante siglos fue un espacio de dolor y muerte

El gran museo español icono del arte que durante siglos fue un espacio de dolor y muerte

Ahora es considerado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

El gran museo español icono del arte que durante siglos fue un espacio de dolor y muerte

Ahora es considerado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

El gran museo español icono del arte que durante siglos fue un espacio de dolor y muerte

Ahora es considerado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

El gran museo español icono del arte que durante siglos fue un espacio de dolor y muerte

Ahora es considerado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

El gran museo español icono del arte que durante siglos fue un espacio de dolor y muerte

Ahora es considerado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Patio interior del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía con obras de arte de Roy Lichtenstein. Madrid, España.Getty Images

El Museo Reina Sofía es todo un un emblema del arte contemporáneo en España, albergando alberga obras de artistas de renombre como Picasso, Dalí y Miró. Sin embargo, tras sus imponentes muros de estilo neoclásico, se esconde un pasado lúgubre que durante siglos estuvo ligado a la enfermedad, el sufrimiento y la muerte. Antes de ser un referente cultural, el edificio fue el Hospital General de Madrid, un centro asistencial que atendió a miles de pacientes en una época marcada por epidemias y escasez de recursos médicos. 

Para conocer la historia del actual Museo Reina Sofía, hay que remontarse al siglo XVI, durante el reinado de Felipe II, cuando se inició la reorganización de la actividad hospitalaria en la capital. No fue hasta 1755, con Fernando VI, que se comenzó a construir el Hospital General de Madrid, un proyecto monumental diseñado por José de Hermosilla y continuado por Francesco Sabatini bajo el mandato de Carlos III.

Siglos de epidemias y sufrimiento

El hospital comenzó a recibir enfermos en 1788 y, durante casi dos siglos, fue testigo de cómo la población madrileña sufría de fiebres tifoideas, viruela, sarampión y cólera. De hecho, el hospital llegó a atender hasta 20.000 pacientes al año, con más de 1.500 camas repartidas en varias salas.

Uno de los momentos más críticos se vivió en 1855 , cuando una devastadora epidemia de cólera desbordó la capacidad del hospital y obligó a habilitar el convento de San Jerónimo el Real para atender a los enfermos. Pero no todo fue tragedia. En sus instalaciones se creó el primer colegio de cirugía de España, convirtiéndose en un importante centro de formación médica.

Pasados unos años, el hospital fue rebautizado como Hospital Provincial de Madrid, manteniéndose en funcionamiento hasta la década de 1960, cuando se decidió trasladar los servicios sanitarios a una nueva ciudad sanitaria. El imponente edificio quedó vacío y abandonado, con un destino incierto.

Al borde de la demolición

Tras su cierre, la estructura del antiguo hospital comenzó a deteriorarse y se llegó a considerar su demolición para aprovechar los terrenos. Sin embargo, en 1977, el edificio fue declarado Monumento Histórico-Artístico, lo que lo salvó de la desaparición. Durante años se debatió qué uso darle al espacio, hasta que, tras un proceso de rehabilitación, en 1986 abrió sus puertas el Centro de Arte Reina Sofía, ocupando solo dos plantas del antiguo hospital.

Su transformación definitiva llegó en 1992, cuando se inauguró la Colección Permanente y el espacio se consolidó como el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. En 2005, debido a la creciente afluencia de visitantes y la necesidad de más espacio, el museo se amplió con un edificio diseñado por el arquitecto Jean Nouvel.

El rastro de su pasado hospitalario

Miles de personas murieron entre los muros del antiguo hospital y muchas de ellas fueron enterradas bajo el propio edificio. Durante las obras de remodelación, se encontraron restos óseos, alimentando las historias de apariciones y sucesos paranormales en el museo. Trabajadores y visitantes han reportado fenómenos inexplicables como sombras en los pasillos, susurros en salas vacías y puertas que se abren y cierran solas.

El Reina Sofía alberga casi 20.000 piezas y es el segundo museo más visitado de Madrid, consolidándose como un referente del arte contemporáneo a nivel mundial. Además, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y aunque su pasado estuvo marcado por la enfermedad y la muerte, su presente está dedicado al arte y la cultura.

El Museo Reina Sofía es todo un un emblema del arte contemporáneo en España, albergando alberga obras de artistas de renombre como Picasso, Dalí y Miró. Sin embargo, tras sus imponentes muros de estilo neoclásico, se esconde un pasado lúgubre que durante siglos estuvo ligado a la enfermedad, el sufrimiento y la muerte. Antes de ser un referente cultural, el edificio fue el Hospital General de Madrid, un centro asistencial que atendió a miles de pacientes en una época marcada por epidemias y escasez de recursos médicos. 

Para conocer la historia del actual Museo Reina Sofía, hay que remontarse al siglo XVI, durante el reinado de Felipe II, cuando se inició la reorganización de la actividad hospitalaria en la capital. No fue hasta 1755, con Fernando VI, que se comenzó a construir el Hospital General de Madrid, un proyecto monumental diseñado por José de Hermosilla y continuado por Francesco Sabatini bajo el mandato de Carlos III.

Siglos de epidemias y sufrimiento

El hospital comenzó a recibir enfermos en 1788 y, durante casi dos siglos, fue testigo de cómo la población madrileña sufría de fiebres tifoideas, viruela, sarampión y cólera. De hecho, el hospital llegó a atender hasta 20.000 pacientes al año, con más de 1.500 camas repartidas en varias salas.

Uno de los momentos más críticos se vivió en 1855 , cuando una devastadora epidemia de cólera desbordó la capacidad del hospital y obligó a habilitar el convento de San Jerónimo el Real para atender a los enfermos. Pero no todo fue tragedia. En sus instalaciones se creó el primer colegio de cirugía de España, convirtiéndose en un importante centro de formación médica.

Pasados unos años, el hospital fue rebautizado como Hospital Provincial de Madrid, manteniéndose en funcionamiento hasta la década de 1960, cuando se decidió trasladar los servicios sanitarios a una nueva ciudad sanitaria. El imponente edificio quedó vacío y abandonado, con un destino incierto.

Al borde de la demolición

Tras su cierre, la estructura del antiguo hospital comenzó a deteriorarse y se llegó a considerar su demolición para aprovechar los terrenos. Sin embargo, en 1977, el edificio fue declarado Monumento Histórico-Artístico, lo que lo salvó de la desaparición. Durante años se debatió qué uso darle al espacio, hasta que, tras un proceso de rehabilitación, en 1986 abrió sus puertas el Centro de Arte Reina Sofía, ocupando solo dos plantas del antiguo hospital.

Su transformación definitiva llegó en 1992, cuando se inauguró la Colección Permanente y el espacio se consolidó como el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. En 2005, debido a la creciente afluencia de visitantes y la necesidad de más espacio, el museo se amplió con un edificio diseñado por el arquitecto Jean Nouvel.

El rastro de su pasado hospitalario

Miles de personas murieron entre los muros del antiguo hospital y muchas de ellas fueron enterradas bajo el propio edificio. Durante las obras de remodelación, se encontraron restos óseos, alimentando las historias de apariciones y sucesos paranormales en el museo. Trabajadores y visitantes han reportado fenómenos inexplicables como sombras en los pasillos, susurros en salas vacías y puertas que se abren y cierran solas.

El Reina Sofía alberga casi 20.000 piezas y es el segundo museo más visitado de Madrid, consolidándose como un referente del arte contemporáneo a nivel mundial. Además, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y aunque su pasado estuvo marcado por la enfermedad y la muerte, su presente está dedicado al arte y la cultura.

El Museo Reina Sofía es todo un un emblema del arte contemporáneo en España, albergando alberga obras de artistas de renombre como Picasso, Dalí y Miró. Sin embargo, tras sus imponentes muros de estilo neoclásico, se esconde un pasado lúgubre que durante siglos estuvo ligado a la enfermedad, el sufrimiento y la muerte. Antes de ser un referente cultural, el edificio fue el Hospital General de Madrid, un centro asistencial que atendió a miles de pacientes en una época marcada por epidemias y escasez de recursos médicos. 

Para conocer la historia del actual Museo Reina Sofía, hay que remontarse al siglo XVI, durante el reinado de Felipe II, cuando se inició la reorganización de la actividad hospitalaria en la capital. No fue hasta 1755, con Fernando VI, que se comenzó a construir el Hospital General de Madrid, un proyecto monumental diseñado por José de Hermosilla y continuado por Francesco Sabatini bajo el mandato de Carlos III.

Siglos de epidemias y sufrimiento

El hospital comenzó a recibir enfermos en 1788 y, durante casi dos siglos, fue testigo de cómo la población madrileña sufría de fiebres tifoideas, viruela, sarampión y cólera. De hecho, el hospital llegó a atender hasta 20.000 pacientes al año, con más de 1.500 camas repartidas en varias salas.

Uno de los momentos más críticos se vivió en 1855 , cuando una devastadora epidemia de cólera desbordó la capacidad del hospital y obligó a habilitar el convento de San Jerónimo el Real para atender a los enfermos. Pero no todo fue tragedia. En sus instalaciones se creó el primer colegio de cirugía de España, convirtiéndose en un importante centro de formación médica.

Pasados unos años, el hospital fue rebautizado como Hospital Provincial de Madrid, manteniéndose en funcionamiento hasta la década de 1960, cuando se decidió trasladar los servicios sanitarios a una nueva ciudad sanitaria. El imponente edificio quedó vacío y abandonado, con un destino incierto.

Al borde de la demolición

Tras su cierre, la estructura del antiguo hospital comenzó a deteriorarse y se llegó a considerar su demolición para aprovechar los terrenos. Sin embargo, en 1977, el edificio fue declarado Monumento Histórico-Artístico, lo que lo salvó de la desaparición. Durante años se debatió qué uso darle al espacio, hasta que, tras un proceso de rehabilitación, en 1986 abrió sus puertas el Centro de Arte Reina Sofía, ocupando solo dos plantas del antiguo hospital.

Su transformación definitiva llegó en 1992, cuando se inauguró la Colección Permanente y el espacio se consolidó como el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. En 2005, debido a la creciente afluencia de visitantes y la necesidad de más espacio, el museo se amplió con un edificio diseñado por el arquitecto Jean Nouvel.

El rastro de su pasado hospitalario

Miles de personas murieron entre los muros del antiguo hospital y muchas de ellas fueron enterradas bajo el propio edificio. Durante las obras de remodelación, se encontraron restos óseos, alimentando las historias de apariciones y sucesos paranormales en el museo. Trabajadores y visitantes han reportado fenómenos inexplicables como sombras en los pasillos, susurros en salas vacías y puertas que se abren y cierran solas.

El Reina Sofía alberga casi 20.000 piezas y es el segundo museo más visitado de Madrid, consolidándose como un referente del arte contemporáneo a nivel mundial. Además, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y aunque su pasado estuvo marcado por la enfermedad y la muerte, su presente está dedicado al arte y la cultura.

El Museo Reina Sofía es todo un un emblema del arte contemporáneo en España, albergando alberga obras de artistas de renombre como Picasso, Dalí y Miró. Sin embargo, tras sus imponentes muros de estilo neoclásico, se esconde un pasado lúgubre que durante siglos estuvo ligado a la enfermedad, el sufrimiento y la muerte. Antes de ser un referente cultural, el edificio fue el Hospital General de Madrid, un centro asistencial que atendió a miles de pacientes en una época marcada por epidemias y escasez de recursos médicos. 

Para conocer la historia del actual Museo Reina Sofía, hay que remontarse al siglo XVI, durante el reinado de Felipe II, cuando se inició la reorganización de la actividad hospitalaria en la capital. No fue hasta 1755, con Fernando VI, que se comenzó a construir el Hospital General de Madrid, un proyecto monumental diseñado por José de Hermosilla y continuado por Francesco Sabatini bajo el mandato de Carlos III.

Siglos de epidemias y sufrimiento

El hospital comenzó a recibir enfermos en 1788 y, durante casi dos siglos, fue testigo de cómo la población madrileña sufría de fiebres tifoideas, viruela, sarampión y cólera. De hecho, el hospital llegó a atender hasta 20.000 pacientes al año, con más de 1.500 camas repartidas en varias salas.

Uno de los momentos más críticos se vivió en 1855 , cuando una devastadora epidemia de cólera desbordó la capacidad del hospital y obligó a habilitar el convento de San Jerónimo el Real para atender a los enfermos. Pero no todo fue tragedia. En sus instalaciones se creó el primer colegio de cirugía de España, convirtiéndose en un importante centro de formación médica.

Pasados unos años, el hospital fue rebautizado como Hospital Provincial de Madrid, manteniéndose en funcionamiento hasta la década de 1960, cuando se decidió trasladar los servicios sanitarios a una nueva ciudad sanitaria. El imponente edificio quedó vacío y abandonado, con un destino incierto.

Al borde de la demolición

Tras su cierre, la estructura del antiguo hospital comenzó a deteriorarse y se llegó a considerar su demolición para aprovechar los terrenos. Sin embargo, en 1977, el edificio fue declarado Monumento Histórico-Artístico, lo que lo salvó de la desaparición. Durante años se debatió qué uso darle al espacio, hasta que, tras un proceso de rehabilitación, en 1986 abrió sus puertas el Centro de Arte Reina Sofía, ocupando solo dos plantas del antiguo hospital.

Su transformación definitiva llegó en 1992, cuando se inauguró la Colección Permanente y el espacio se consolidó como el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. En 2005, debido a la creciente afluencia de visitantes y la necesidad de más espacio, el museo se amplió con un edificio diseñado por el arquitecto Jean Nouvel.

El rastro de su pasado hospitalario

Miles de personas murieron entre los muros del antiguo hospital y muchas de ellas fueron enterradas bajo el propio edificio. Durante las obras de remodelación, se encontraron restos óseos, alimentando las historias de apariciones y sucesos paranormales en el museo. Trabajadores y visitantes han reportado fenómenos inexplicables como sombras en los pasillos, susurros en salas vacías y puertas que se abren y cierran solas.

El Reina Sofía alberga casi 20.000 piezas y es el segundo museo más visitado de Madrid, consolidándose como un referente del arte contemporáneo a nivel mundial. Además, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y aunque su pasado estuvo marcado por la enfermedad y la muerte, su presente está dedicado al arte y la cultura.

El Museo Reina Sofía es todo un un emblema del arte contemporáneo en España, albergando alberga obras de artistas de renombre como Picasso, Dalí y Miró. Sin embargo, tras sus imponentes muros de estilo neoclásico, se esconde un pasado lúgubre que durante siglos estuvo ligado a la enfermedad, el sufrimiento y la muerte. Antes de ser un referente cultural, el edificio fue el Hospital General de Madrid, un centro asistencial que atendió a miles de pacientes en una época marcada por epidemias y escasez de recursos médicos. 

Para conocer la historia del actual Museo Reina Sofía, hay que remontarse al siglo XVI, durante el reinado de Felipe II, cuando se inició la reorganización de la actividad hospitalaria en la capital. No fue hasta 1755, con Fernando VI, que se comenzó a construir el Hospital General de Madrid, un proyecto monumental diseñado por José de Hermosilla y continuado por Francesco Sabatini bajo el mandato de Carlos III.

Siglos de epidemias y sufrimiento

El hospital comenzó a recibir enfermos en 1788 y, durante casi dos siglos, fue testigo de cómo la población madrileña sufría de fiebres tifoideas, viruela, sarampión y cólera. De hecho, el hospital llegó a atender hasta 20.000 pacientes al año, con más de 1.500 camas repartidas en varias salas.

Uno de los momentos más críticos se vivió en 1855 , cuando una devastadora epidemia de cólera desbordó la capacidad del hospital y obligó a habilitar el convento de San Jerónimo el Real para atender a los enfermos. Pero no todo fue tragedia. En sus instalaciones se creó el primer colegio de cirugía de España, convirtiéndose en un importante centro de formación médica.

Pasados unos años, el hospital fue rebautizado como Hospital Provincial de Madrid, manteniéndose en funcionamiento hasta la década de 1960, cuando se decidió trasladar los servicios sanitarios a una nueva ciudad sanitaria. El imponente edificio quedó vacío y abandonado, con un destino incierto.

Al borde de la demolición

Tras su cierre, la estructura del antiguo hospital comenzó a deteriorarse y se llegó a considerar su demolición para aprovechar los terrenos. Sin embargo, en 1977, el edificio fue declarado Monumento Histórico-Artístico, lo que lo salvó de la desaparición. Durante años se debatió qué uso darle al espacio, hasta que, tras un proceso de rehabilitación, en 1986 abrió sus puertas el Centro de Arte Reina Sofía, ocupando solo dos plantas del antiguo hospital.

Su transformación definitiva llegó en 1992, cuando se inauguró la Colección Permanente y el espacio se consolidó como el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. En 2005, debido a la creciente afluencia de visitantes y la necesidad de más espacio, el museo se amplió con un edificio diseñado por el arquitecto Jean Nouvel.

El rastro de su pasado hospitalario

Miles de personas murieron entre los muros del antiguo hospital y muchas de ellas fueron enterradas bajo el propio edificio. Durante las obras de remodelación, se encontraron restos óseos, alimentando las historias de apariciones y sucesos paranormales en el museo. Trabajadores y visitantes han reportado fenómenos inexplicables como sombras en los pasillos, susurros en salas vacías y puertas que se abren y cierran solas.

El Reina Sofía alberga casi 20.000 piezas y es el segundo museo más visitado de Madrid, consolidándose como un referente del arte contemporáneo a nivel mundial. Además, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y aunque su pasado estuvo marcado por la enfermedad y la muerte, su presente está dedicado al arte y la cultura.

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Soy redactora en El HuffPost España, donde te cuento las historias más curiosas y te intento ayudar a encontrar esos detalles que marcan la diferencia en la vida cotidiana.

 

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Mis artículos son un surtido de historias curiosas, viajes, cultura, estilo de vida, naturaleza, ¡y mucho más! Mi objetivo es despertar tu curiosidad y acompañarte con lecturas útiles y entretenidas.

  

Mi trayectoria

Soy madrileña, pero con raíces en Castilla-La Mancha. Estudié Periodismo en la Universidad Ceu San Pablo, aunque siempre digo que mi verdadera escuela ha sido El HuffPost, el lugar donde escribí mis primeras líneas como periodista. Empecé como becaria y ahora colaboro en este medio que me ha visto crecer.


Mi pasión por el periodismo nació en la infancia, cuando dibujaba las portadas de los medios deportivos y soñaba con convertirme en una de aquellas reporteras que veía en la televisión.

 


 

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