El momento en el que Gibraltar dejó de ser español y qué es lo que realmente reclama España
Una disputa histórica que lleva más de tres siglos sin resolverse.

La soberanía de Gibraltar es una disputa histórica que lleva más de tres siglos sin resolverse. Ha sido fuente de tensiones diplomáticas entre España y el Reino Unido desde 1713, cuando el Tratado de Utrecht marcó un antes y un después en la soberanía del Peñón.
El Tratado de Utrecht, firmado el 13 de julio de 1713, puso fin a la Guerra de Sucesión Española, un conflicto que enfrentó a diversas potencias europeas por el trono español. España, en una posición de debilidad, cedió Gibraltar al Reino Unido como parte del acuerdo de paz. Desde entonces, el Peñón ha sido una colonia británica, situación que España ha intentado revertir sin éxito a lo largo de los siglos.
El artículo X del tratado estipulaba que la soberanía sobre Gibraltar, junto con su puerto y fortificaciones, se cedería al Reino Unido "para siempre", aunque con la condición de que, si el Reino Unido decidiera renunciar al territorio, España tendría prioridad para recuperar la soberanía.
Un enclave estratégico y militar
Para el Reino Unido, Gibraltar ha sido mucho más que un simple territorio ya que se ha convertido en un enclave estratégico fundamental. Su posición en la entrada del Mediterráneo ha permitido a los británicos controlar importantes rutas comerciales y ejercer influencia en la región. Durante la Segunda Guerra Mundial, Gibraltar jugó un papel crucial como base militar y punto de aprovisionamiento para las fuerzas aliadas en sus operaciones en el Mediterráneo y el norte de África.
A pesar de los siglos transcurridos, la soberanía de Gibraltar sigue siendo un tema muy presente. Naciones Unidas considera al Peñón como un "Territorio no autónomo pendiente de descolonización", el único en Europa. Desde 1965, la ONU ha insistido a Reino Unido a descolonizar Gibraltar, pidiendo que se inicien conversaciones con España para resolver la disputa.
España sostiene que el estatus de colonia, reconocido por la ONU, invalida el Tratado de Utrecht y legitima su reclamación sobre Gibraltar. Además, España denuncia la "ocupación de facto" británica de la zona neutral del istmo, una franja de tierra que originalmente separaba las fronteras de ambos países y que ha sido objeto de expansión británica con la construcción de un aeropuerto y otras infraestructuras.
La posición del Reino Unido
El Reino Unido, por su parte, defiende que Gibraltar está descolonizado y que sus habitantes, que eligen su propio gobierno, han expresado su deseo de seguir siendo británicos, rechazando cualquier propuesta de soberanía compartida con España en referéndums.
Según el medio 20 Minutos, el primer ministro de Gibraltar ha sido contundente en su posición, asegurando que "ni un grano de arena, ni una gota de agua" del Peñón serán entregados a España, reflejando la fuerte oposición local a cualquier cambio en el estatus del territorio.
La disputa por Gibraltar, con más de tres siglos de historia, parece lejos de resolverse. La firme postura de ambos lados tiene como consecuencia que la cuestión de la soberanía siga siendo un punto de tensión en las relaciones entre España y el Reino Unido, manteniendo vivo un conflicto que comenzó en una época muy distinta a la actual.