Por favor, habilita JavaScript para ver los comentarios de Disqus.
La declaración de guerra de España a Marruecos que desató la Guerra de África

La declaración de guerra de España a Marruecos que desató la Guerra de África 

Todo empezó el 22 de octubre de 1859.

Imagen de archivo de un mapamundi.OmerSukruGoksu

Cuando Isabel II reinaba, España vivía un periodo de estabilidad política bajo los gobiernos de la Unión Liberal. Sin embargo, en el ámbito internacional, las relaciones de España con Marruecos eran tensas debido a las disputas territoriales en torno a las plazas españolas en el norte de África, como Melilla, Alhucemas y Vélez de la Gomera. 

Aunque se llegó a un acuerdo diplomático para intentar regular la situación, Ceuta quedó excluida del tratado, lo que llevó a España a reforzar sus defensas allí. Por su parte, Marruecos interpretó este movimiento como una provocación, y las tensiones se intensificaron cuando un grupo de rifeños marroquíes atacó a soldados españoles que supervisaban las fortificaciones en Ceuta.

El ataque fue visto como un acto de agresión intolerable, y el general O'Donnell reclamó al sultán de Marruecos que los responsables pagaran por ello con un castigo ejemplar, sin embargo esto no ocurrió. Ante la falta de una respuesta contundente, el gobierno español decidió tomar cartas en el asunto y declaró la guerra a Marruecos.

El inicio de la Guerra de África

Como cuenta La Razón, el 22 de octubre de 1859, España declaró formalmente la guerra a Marruecos, dando inicio a la llamada Guerra de África, un conflicto breve pero significativo que dejó una huella profunda en la historia de ambos países. Bajo el liderazgo del general Leopoldo O'Donnell, España buscaba reafirmar su presencia en el norte de África, en medio de tensiones diplomáticas y actos de provocación que habían escalado durante meses.

La declaración de guerra generó una respuesta unánime en España, con un exaltación patriótica que se extendió rápidamente por todo el país. Incluso los carlistas, tradicionalmente opuestos a Isabel II, respaldaron la causa nacional. La movilización fue rápida, y el ejército español, mejor equipado y dirigido, se enfrentó a un ejército marroquí que estaba en clara desventaja.

La victoria y el Tratado de Wad-Ras

El conflicto, que se prolongó durante seis meses, demostró la superioridad militar de España. Sin embargo, las condiciones en el campo de batalla fueron duras. De las más de 4.000 bajas españolas, tres cuartas partes se debieron a enfermedades, un problema recurrente en las campañas militares de la época. A pesar de estas dificultades, el ejército español avanzó con decisión, logrando importantes victorias.

El 26 de abril de 1860, la guerra concluyó con la firma del Tratado de Wad-Ras. Marruecos aceptó su derrota y asumió la responsabilidad total por el conflicto. Este acuerdo consolidó la posición de España en el norte de África, reafirmando su control sobre las plazas disputadas y garantizando la seguridad de sus territorios en la región.

Consecuencias

La Guerra de África tuvo un impacto duradero en la política exterior española. Aunque fue breve, el conflicto fortaleció temporalmente el gobierno de O'Donnell y se convirtió en un símbolo del nacionalismo y el imperialismo español en el siglo XIX. La victoria también sentó las bases para futuras intervenciones coloniales en África, marcando un capítulo importante en la historia de España y su proyección en el continente africano.