Niño de Elche: "Hay una línea muy delgada entre hacer una reivindicación y convertirte en un reaccionario"
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Niño de Elche: "Hay una línea muy delgada entre hacer una reivindicación y convertirte en un reaccionario"

El ilicitano presenta junto al catalán Raül Refree su disco 'Cru+es'.

Niño de Elche y Raül Refree en una imagen promocional.Cortesía Sony Music

Siempre se ha comentado que la rave, la música ambient y el techno tenían algo más allá de espiritual que una propia misa, una oración o un rezo, una especie de catarsis colectiva de la que se ha hablado tras proyectos como la película Sirat. Pero cuando a esto se le suma a elementos sacros y espirituales, se eleva por diez.

Esto sucede con Cru+es, el nuevo disco de Niño de Elche (Paco Contreras) junto a Raül Refree, que se publica este 10 de octubre, a lo largo de sus 10 tracks, hay liturgia, un ritual marcado por la espiritualidad no tanto religiosa ni mucho menos católica, tal y como defienden sus autores. Todo ello, en un momento en el que la imaginería sacra y católica está más presente que nunca en creaciones culturales, desde musicales a audiovisuales, algunas acusadas de reaccionarias y otras usadas como denuncia.

Se trata de un disco que ha nacido a la inversa, a raíz de un espectáculo en directo que ambos ya habían representado con una icónica escenografía azul de la mano de Marta Pazos y que tiene como base el espectáculo Ectasis que juntos han tocado durante seis años, principalmente en el extranjero.

Lejos de una representación religiosa al uso, aunque no pueden huir de ella, ambos artistas aseguran que es un reflejo de la espiritualidad que el propio Contreras opina que "no vive un mal momento". "Atarlo a una religión concreta, que además tiene un peso tan fuerte en nuestra sociedad y que ha hecho tantas cosas que pueden ser criticables, en ese sentido no tiene nada que ver con lo que hemos hecho, ni nos sentimos tan seguros", señala Refree.

Sobre lo profano, lo divino, las presiones artísticas y políticas o cómo primar el producto cultural en un momento en el que las cifras cuantitativas lo son todo en la industria, ambos artistas responden a El HuffPost.

¿Cómo ha sido esto de llevar un proyecto meramente escénico nacido del directo a un disco como Cru+es?

Raül Refree: Bueno, lo curioso de todo esto es que hemos tocado un concierto que llamábamos Ectasis y que estaba basado un poco en los mismos referentes. Es decir, la espiritualidad, lo místico, la línea tan fina entre la vida y la muerte, el qué pasa después, pero era un concierto superabierto. Lo hemos tocado seis años, por Europa sobre todo, y era un concierto donde la gente venía a ver algo pero no sabía qué íbamos a hacer. Incluso nosotros no sabíamos qué iba a pasar.

Teníamos algunos puntos de anclaje y, de golpe, cuando decidimos grabarlo en el estudio, algo que nos tomamos con mucha calma, fue incluso sorprendente para nosotros. Lo que salió fue una cosa completamente distinta. No hemos utilizado ni uno solo de los materiales que habíamos desarrollado a lo largo de los últimos seis años y a partir del día uno todo fue nuevo.

De hecho, el día uno compusimos una canción nueva y dijimos ‘vamos guardando lo que ya hemos hecho para el final, vamos haciendo cosas nuevas’ y, al final, no hizo falta utilizar nada. Se ha quedado como un concierto que seguiremos haciendo y el disco es completamente distinto.

Niño de Elche: Eran materiales que nos funcionaban dentro de esa idea del concierto. Había un anhelo de tal vez recuperar algunos materiales, pero es verdad que la experiencia en el estudio es muy diferente a la experiencia en el directo. Las posibilidades estéticas y técnicas también, entonces vimos que lo podíamos desarrollar desde otro prisma. Después eso ha tomado otro espacio en el directo que hacemos actualmente con la escenografía y el diseño de Marta Pazos. 

El proceso de la improvisación, el concierto directo que plantea Raül es como el caldo de cultivo para nosotros: conocernos, entender qué nos gustaba, la lógica del otro, la necesidad del otro. Lo otro en sí es un proyecto que tiene más relación que es el disco con este color azul y esa escenografía de Marta Pazos que nos acompaña.

Portada de 'Cru+es' de Niño de Elche y Raül Refree.Cortesía de Sony Music

¿Creeis que pueden convivir este concepto de directo con los grandes estadios o recintos que hoy en día copan la industria musical? ¿Cómo veis esos circuitos de la música en directo?

Raül Refree: Nosotros estamos fuera de estos circuitos de estadios o de grandes recintos y estamos felices de que así sea. Parece que ahora mismo esta idea de éxito tenga que estar ligada a vender muchos discos y a llenar el WiZink, que parece que lo tienes que hacer obligatoriamente, pero creo que para ello hemos forjado una trayectoria que va por otros lugares y que nos lleva a tocar de una manera más íntima con el público. Al final, podemos tocar conciertos para 400 personas y estamos contentísimos, y otro día para mil y pico en un auditorio y estamos también contentísimos, pero sobre todo son lugares donde mantienes y tiendes una relación con el oyente de respeto, de silencio y de cierto viaje musical, que nos lo podemos permitir porque tocamos ahí.

Por otro lado, hemos tejido también por separado la capacidad de tocar en otros países, desde hace muchos años, los dos hemos estado interesados en no encerrarnos aquí, sino poder tocar en Francia, en Bélgica, en los países nórdicos, y eso es lo que hacemos. Por separado y juntos, hemos acabado tocando más fuera que en España posiblemente. Todo esto nos hace pensar que estamos en otro lado.

Cuando un artista como Guitarrica toca en el WiZink, yo estoy encantado, soy muy amigo y estaré encantado de verle, pero mi sitio no es ese.

Niño de Elche: Sí, nos sentimos bastante alejados. Primero porque son espacios que para la escucha de ciertas músicas no son favorables, y aquí esto es muy importante, y segundo, porque no sentimos la presión, como bien dice Raül, de tener que cubrir una serie de expectativas cuantitativas, en ese sentido, y esto es una liberación muy grande.

No tenemos grandes anhelos, grandes expectativas, entonces el trabajo que hemos desarrollado poco a poco cubre las necesidades emocionales, espirituales, económicas, laborales, estéticas, que siempre hemos deseado cubrir. Desde ahí estamos realmente tranquilos y agradecidos.

Raül Refree: Añado una pequeña cosa porque me ha venido a la cabeza, y creo que tiene mucha relación, que lo he escrito en un libro que ha salido hace poco, sobre la idea que yo tengo de qué es el éxito. Siempre he dicho, a lo mejor ha sido por una educación de mis padres o de los grupos que históricamente me han gustado como Fugazi, el hardcore y que yo me sintiera parte de ese movimiento y que han forjado en mí una cosa que posiblemente otras generaciones no han tenido, pero para mí el verdadero éxito no es meter a muchísima gente en este momento puntual. 

Para mí el éxito será que este disco se pueda escuchar y lo pueda escuchar la gente, o que me sobreviva de alguna manera, que se pueda escuchar dentro de 80 años y se mantenga bien, que me sobreviva de una manera interesante y coherente, o mantener una carrera coherente, eso para mí es el éxito.

"Para mí el éxito será que este disco se pueda escuchar y lo pueda escuchar la gente, o que me sobreviva de alguna manera, que se pueda escuchar dentro de 80 años"
Raül Refree

Es decir, dedicarse más a la creación artística que a un rédito cuantitativo o económico, ¿no?

Niño de Elche: No somos inocentes, pero es importante que lo prioritario no sea eso. Hemos tenido la suerte, tanto en solitario como en conjunto, de que no estamos rodeados de gente, tanto de esta compañía Sony como de otra gente, que nos haya exigido eso. El sentirte reconfortado y acompañado de eso ha sido muy importante, porque tú puedes pensar una cosa, pero tus relaciones comerciales te exigen otra: números en Instagram, números en Facebook, números en ventas... Cada vez se complica más la cosa, pero tenemos la suerte de estar rodeados de gente que siempre nos apoya en ese sentido y que nos ha cuidado.

¿Y qué es para vosotros la religión o la religión católica, por ser concretos, en relación a lo que habéis publicado?

Raül Refree: Eso da para una tesis (risas). Este disco está muy basado en una espiritualidad, en olvidarse del ego para pasar a algo mayor, pero la explicación de este algo mayor, de las creencias propias, nunca nos la hemos preguntado el uno al otro. Cada uno cree cosas distintas posiblemente, pero no nos hacemos las preguntas, sino que simplemente desarrollamos algo que creemos que es espiritual, místico, de reflexión, de abandono del propio yo.

Niño de Elche: Sí, hay un mundo común de intereses, que tiene que ver más que con las cuestiones religiosas, con las cuestiones sacras. Ahí sí tenemos mucho interés musical, por supuesto, artístico en general. Ahí aparece mucho de nuestra mochila cultural, de nuestras inquietudes. Hay desde referencias a la cruz, que eso es una referencia cristiana muy concreta, lógicamente, pero cuando hablamos de las flores, o eso de “tú y yo somos un jardín” son referencias de enamorados, que tienen que ver con otro tipo de tradiciones orientales y con otro tipo de espiritualidad. Cuando hablamos de la nada, tiene que ver con otro tipo de entender la trascendencia, cuando hablamos de la escalera de Rilke, también hablamos de otra perspectiva.

La música sacra y todo el arte sacro es muy importante, que ahí es donde aparece lo católico y lo cristiano, pero después también hay otro tipo de canciones e intereses en este disco que pueden ser relacionados con otras tradiciones, no religiosas y no espirituales, aunque normalmente las religiones también aparecen, porque son parte de nuestra cultura.

"No sé yo si en el barrio que yo me crié en los 70, un barrio obrero humilde lleno de fábricas, había más espiritualidad que ahora, me costaría creerlo"
Niño de Elche

¿Crees que hemos perdido un poco esa espiritualidad con todo el tema de la inmediatez en las redes o la falta de reflexión, de introspección en uno mismo?

Raül Refree: Hace poco toqué en un festival que se llama Waking Life, que se hace en plena naturaleza, con un cartel impresionante y una de las premisas es que el móvil no entra, o sea que se quedan los móviles fuera. Me quedé realmente muy muy sorprendido, no solo ver al público que tenía en el concierto, que el mío fue el último del festival y juntó a gente de todos los escenarios. Un silencio espectacular, obviamente ni un solo móvil, todo el mundo atento, alguna gente durmiendo en el suelo, pero no me importaba, era una forma de vivir el concierto también, pero lo que más me sorprendió fue el comportamiento del público.

Me di cuenta ese día de algo que ya sabemos, pero que el móvil nos está marcando una pauta de comportamiento constante. Incluso si hoy hubieses llegado un poco tarde, habría cogido el móvil mientras. Son pequeñas cosas, pero ya marcan nuestro día a día de una manera brutal. Obviamente la espiritualidad nota que estemos pegados a la pantalla y que tengamos esta manera de vivir tan individual, también lo nota la comunidad, el sentimiento de formar parte de algo como multitud... Hay tantas cosas que se resienten de esto... Pero la espiritualidad de todas formas está creciendo.

Niño de Elche: Cuando hablamos de todo esto, tiene que ver más con la atención, la falta de escucha, que las prácticas espirituales necesitan de eso, de atención, de escucha. Entonces, es verdad que si eso lo liberamos, tendríamos más posibilidad de acceso a la espiritualidad. Eso no significa que estemos más alejados o menos.

No sé yo si en el barrio que yo me crié en los 70, un barrio obrero humilde lleno de fábricas, había más espiritualidad que ahora, me costaría creerlo. Creo que no son cuestiones de desarrollo, son cuestiones de contexto, según el momento, la comunidad, la cultura a la que estemos abocados... Yo no soy muy alarmista. En según qué espacios, todos los intereses teológicos, espirituales de diferentes tradiciones, están teniendo una regularización diferente que hace 30 años. En música, en arte, en teología se está hablando ahora de una nueva mística... Hay ciertos intereses que antes no estaban, la cosa va fluctuando...

En el mismo contexto, en un barrio obrero lleno de fábricas, siempre es más difícil encontrar esos espacios de espiritualidad, o no, depende de muchas cosas.

"Hoy en nuestra cultura, si dices la palabra Dios, se entiende que es católico, pero no tiene por qué"
Niño de Elche

Después las redes sirven para fomentar también determinados espacios ya no espirituales o religiosos, como son las comunidades católicas de TikTok o fenómenos como Hakuna, ¿no?

Niño de Elche: Es verdad que después la religión o las órdenes religiosas como Hakuna, o asociaciones así, es una cosa que va más allá de la espiritualidad. Puede estar cerca o no. Hay gente religiosa que considero que no tiene una espiritualidad, pero lo considero debates más ideológicos. Está claro que hay un interés, si lo comparamos con una época anterior, creo que la espiritualidad no vive un mal momento, creo que es un momento propicio para que se dé, sin lugar a dudas.

Raül Refree y Niño de Elche en una imagen promocional.Cortesía de Sony Music

Y también de las creaciones artísticas desde La Mesías, de Los Javis, donde Raül participaste en la banda sonoras a distintos proyectos musicales y artísticos que muestran esa visión sacra o católica. Algunos achacan ese auge a un regreso al conservadurismo, mientras que otros lo ven como denuncia, ¿cómo lo veis vosotros?

Raül Refree: Cuando hablamos de lo que hemos intentado hacer Paco y yo en este disco, obviamente hay una serie de simbología sacra que nos gustaba, y que además nos parece muy reflexiva, hay elementos religiosos que están muy ligados a una filosofía y a una forma de reflexionar, y eso es lo que nos ha interesado. Todo esto atarlo a una religión concreta, que además tiene un peso tan fuerte en nuestra sociedad y que ha hecho tantas cosas que pueden ser criticables, en ese sentido no tiene nada que ver con lo que hemos hecho, ni nos sentimos tan seguros.

Está claro que nuestra cultura ha estado ligada a la religión católica durante los siglos y que ha habido barbaridades, pero ha habido una serie de filósofos y aproximaciones, que son las que son interesantes en cualquier religión, más contemplativas, más reflexivas... Todas, de alguna manera, hablan de lo mismo, del vacío, del silencio, de la contemplación, de la elevación, de perder el cuerpo... Todo esto es lo que nos ha interesado, porque también cuando tocábamos juntos teníamos también una sensación parecida a todo esto que se hablaba de San Agustín y de algunos filósofos. Perder esta idea de soy yo, del ego, de perder el ego, que es algo tan importante. 

Joan Miró decía que cuanto menos era él, era cuanto más universal podía ser, eres más tú. Cuanto menos eres tú, acabas siendo más tú. Esta paradoja que es superpotente y eso es lo que nos ha interesado en este disco.

Niño de Elche: En relación a esto, el sentido espiritual va más allá de lo sacro y religioso. No sé, estaba pensando, para una canción que nos basábamos en el pensamiento de Jacques-Luc Nancy, por ejemplo, el filósofo francés, que no pertenece a ninguna cercanía ni a la religión ni a lo sacro. Él habla en un libro suyo que tiene que ver con el sueño, de esta idea en relación a la muerte, las diferentes realidades. Estas cosas también están en el disco y tienen que ver con la espiritualidad, no con tanto, la religión.

Es curioso, cuando tratas estos temas, siempre la lectura primera es la religión. Cuando para mí es la lectura última. Seguimos confundiendo espiritualidad y religión. San Juan de la Cruz le puso a sus textos Cántico espiritual, no le puso cántico religioso o católico, porque había una apertura también con otras tradiciones espirituales que le interesaban.

Es algo un poco complicado muchas veces de exponer, aunque la gente cuenta con eso. Hoy en nuestra cultura, si dices la palabra Dios, se entiende que es católico, pero no tiene por qué. Por eso, si utilizas la palabra cruz, sí, es cristiano y ahí sí que no se puede decir nada.

Os quería preguntar por este Salmo XXI, donde hay una referencia clara a la salud mental. ¿Nos puede ayudar la espiritualidad a cuidarnos más o encontrarnos mejor?

Niño de Elche: Creo que sí, precisamente uno de sus auges es porque se está entendiendo de nuevo que es un mecanismo que podemos utilizar, que ayuda y suma constantemente.

Raül Refree: No puedo aportar mucho más. Creo que la espiritualidad en realidad es una forma de entender nuestro espacio dentro de nosotros y fuera también. Eso es imprescindible para tener una vida armónica. Si alguien necesita ir a la meditación, otros necesitan hacer maratones, lo que sea, cada uno encuentra su manera. ¿Cuántos filósofos han estado caminando para pensar?

Niño de Elche: Son mecanismos que algunos califican como autoayuda, pero como de salvación. Hay "mil maneras de salvarse", que dice una de las canciones. Cada cual encuentra su manera: meditando, cuidando a una persona mayor, a un familiar, teniendo un hijo, cuidando o atendiendo a los amigos, trabajando en una ONG, lo que sea. Hay mil formas de salvar al otro que es, en cierta forma, salvarse a uno mismo. Esa idea está muy presente en el disco, que es muy bonita, por otro lado.

De hecho, podría ser un título de un libro de autoayuda, que son los más vendidos, volviendo a los valores cuantitativos y económicos.

Niño de Elche: (risas) Sí, ese tipo de guiones vitales que le sirven a todo el mundo.

"La apropiación cultural y todas estas cuestiones eran el mecanismo idóneo para los desfavorecidos"

Hablando de reapropiarse del lenguaje, también de la estética sacra, Paco, ¿cómo recibiste las críticas al lanzar Fuerza Nueva, el proyecto junto a Los Planetas, reapropiándote de ese nombre franquista para cantar desde canciones populares como Los Campanilleros a El novio de la muerte?

Niño de Elche: La crítica va implícita en las prácticas artísticas no convencionales o estandarizadas. Yo siempre lo he entendido así. Yo creo que nací criticado, desde que empecé a hacer arte y música. Mi familia han sido mis primeros críticos destructivos, hasta todo lo que he ido encontrando. 

Siempre he entendido que esto va implícito en una práctica que sea un poco no disidente, pero que sí que no sea complaciente con una mayoría. Así la recojo y trabajo con ella, desde ella, a partir de ella y contra ella. No soy una persona que la ha omitido o la ha intentado no escuchar. He entendido que es parte de mi trabajo creativo. El libro que voy a escribir próximamente recojo un término que se utilizó para criticarme. Me reapropio de él y lo elogio como se elogia el término queer o el término flamenco o tantos otros términos.

Las críticas te enseñan mucho las pasiones del hombre, el delirio, la psicosis, los miedos. A mí esto siempre como ejercicio sociológico me ha interesado mucho y algunas me han ayudado a construir y me han enseñado, pero muy pocas porque este tipo de críticas son muy pasionales. No son constructivas, van con un hecho destructivo.

Con lo de reapropiarse, yo siempre reformulo esta idea porque tú te reapropias de algo cuando hay algo que es propiedad de otro, pero es que toda la música que hacemos no tiene propiedad. Yo que vengo de un movimiento así más cercano al anarquismo o libertario, siempre hemos entendido que la apropiación cultural y todas estas cuestiones eran el mecanismo idóneo para los desfavorecidos.

El desfavorecido, el populacho, siempre se ha apropiado de cosas que a priori no eran suyas. Siempre es una lucha contra la propiedad, esto es un hecho político que siempre me ha gustado y es como trabajamos. El arte no se construye de otra forma, quien crea en lo original se tiene que ir al pecado. Entonces, son posiciones conservadoras que conmigo no van. Podemos entrar en esos juegos, pero es más de la Academia de Cine o la SGAE, que para mí viven otra realidad.

Raül, ¿crees qué está cambiando el papel de productor hoy en día? ¿Ha pasado a ser un rostro más visible incluso ser como un featuring?

Raül Refree: Sí, sin duda, ha habido una evolución. Históricamente en este país, en los años 80 el productor estaba más relacionado con lo que era un técnico de sonido que a lo mejor opinaba sobre algo del sonido o en algún momento si la voz estaba afinada o desafinada. Era alguien que hacía que eso sonara bien y les hacía repetir cuando se equivocaban, pero no pensaba en el concepto global. Creo que cada vez se ha ido formulando un productor que casi tiene una visión global del disco y la estética.

Eso ha provocado que tenga un peso tan fuerte en los discos y a que se pida desde fuera o desde los mismos artistas un papel de cierta visibilidad, que a mí nunca me ha interesado mucho. Yo siempre me he sentido muy cómodo detrás. Me hice productor porque era la única manera que encontré de estar haciendo música constantemente. Si eras artista al final te decían bueno, no hagas otro disco aún porque hace medio año ya se sacaste uno y yo lo que quería es estar haciendo música todo el tiempo.

Y también salir un poco del ego de que no aparezca tu nombre, ¿no?

Raül Refree: Sí, luego los egos siempre entran y salen aunque no salgas en las fotos, pero hay que trabajarlo. Ser productor te permite estar involucrado en proyectos superdistintos y estar como al pie del cañón también, que es algo muy cansado, pero trabajas con gente que sale y entra todo tiempo y tú como productor estás todo el tiempo allí. Lo que es muy cansado pero es muy chulo porque estás todo el tiempo relacionándote con la música.

"Lo que no es intrínseco en el flamenco es que sea un arte, una expresión conservadora, tradicionalista, regionalista, nacionalista"
Niño de Elche

¿Y cómo vives el éxito de artistas que has producido como Rosalía, Amaia o Guitarricadelafuente? ¿Como un padre orgulloso?

Raül Refree: No sé si como el padre, pero al final todos ellos me gustan. Lo que he tenido claro siempre en mi vida es que como productor yo nunca iba a ofrecerme para trabajar con alguien porque hay algo de una confianza extrema cuando se trabaja conmigo que se rompe si soy yo. Tenía que ser el artista quien fuera que dijera: "Raül, yo quiero trabajar contigo”.

Allí se forja algo, una confianza ciega en las posibilidades que yo puedo ofrecer y en los lugares donde podemos ir en común que es necesaria porque muchas veces estos lugares son muy frágiles, son suelos de cristal que se pueden romper con mucha facilidad y no son lugares cómodos. Por tanto, siempre han sido estas relaciones que han partido de una confianza y se ha forjado una intensidad de relación muy potente, con sus momentos difíciles. Gente con la que he compartido todo esto, quiero que sean lo más grande posible, que lleguen donde quieran llegar.

"La cultura debería de repensarse un poco este mundo justiciero"
Niño de Elche

Paco, tú que desde un inicio te planteaste con este flamenco heterodoxo una ruptura en pleno debate sobre la pureza del flamenco, ¿crees que sigue existiendo ese debate o ya lo hemos roto definitivamente? 

Niño de Elche: Existe ese debate en sitios recónditos de alguna barra de bar de una peña flamenca medio local en la Andalucía más remota. Pero no es un debate ni prioritario ni importante más allá de estos personajes, que intentan revivir algo que ya no está por intereses personales, para tener su pluma o sus puestos institucionales en boga. Hoy en día ya yo lo más clásico que he hecho en el flamenco es precisamente seguir haciendo del flamenco un arte heterodoxo, que es algo intrínseco a él.

Lo que no es intrínseco en el flamenco es que sea un arte, una expresión conservadora, tradicionalista, regionalista, nacionalista. No tiene nada que ver. El flamenco ha sido todo lo contrario. Yo he seguido esa tradición que es la más primigenia, por decirlo así. Ese es un poco el revés que yo intento siempre dar, continuar con esa estela, que para mí es la que tenía sentido. Por eso hicimos la Antología del Cante Flamenco Heterodoxo con Raül y Pedro G. Romero porque ese era el interés de esa cronología heterodoxa, paradójica, contradictoria, en constante movimiento y contacto con su contemporaneidad. De ellos, yo me incluyo en esa tradición, en ese movimiento.

Paradójicamente, el flamenco más tradicional es el flamenco moderno. Es el que ha intentado establecer un canon, un estándar y ha intentado mantener el espíritu que yo creo que el flamenco siempre ha tenido.

A mí cuando me preguntan "¿tú por qué colaboras con tanta gente?" digo "es que soy bastante flamenco, porque los flamencos siempre están colaborando con gente, constantemente". Seguramente sea una expresión artística donde más personajes particulares y extraños han salido, más que en el jazz, más que en el rock, podría la mano en el fuego a nivel cuantitativo y a nivel conceptual, seguramente.

Que el flamenco sea más sugerente e interesante desde perspectiva disidentes, político, sociológico, estético, sin duda alguna. Otra cosa son los clichés que se venden y que intentan fomentar desde ideas que yo sigo sin entender más allá de sus intereses.

"Creo que no deberíamos exigir a los demás que hagan lo que nosotros creemos que tenemos que hacer"
Raül Refree

Quería preguntaros por las cancelaciones de artistas en determinados festivales participados por el fondo proisraelí KKR este verano. Algunos han tenido que justificarse señalando que no podían cancelar por cuestiones económicas algunos compromisos, mientras que otros abogan por que se tome partido. ¿Cómo lo veis vosotros?

Raül Refree: Creo que cada uno tiene que tomar las decisiones que crea. Pero todos tendríamos que ser coherentes en exigir a los demás. Creo que no deberíamos exigir a los demás que hagan lo que nosotros creemos que tenemos que hacer. Hazlo tú y da el ejemplo.

Niño de Elche: Exigir desde tu moral a otro es siempre es muy complejo. Cada cual elige las luchas morales que más le atraviesan y las que más están en su mano de poder hacer algo. Esto es así, y lo respeto porque hay un montón de causas en el mundo y un montón de posibilidades de lo que puedes hacer con esas causas. Cada cual elige su batalla o sus batallas según su moral, su ética, habrá cosas que te atraviesan más o menos, también según tus posibilidades.

Lo complicado siempre es eso cuando se intenta señalar y establecer unas moralidades y una serie de diferenciación y señalamientos. Eso es muy peligroso porque te lleva a que tu reacción te convierta en un reaccionario. Te lo dice uno que lo ha sido y no me gustaría caer en eso. Hay una línea muy delgada en hacer una reivindicación, una reacción a algo y convertirte en un reaccionario, en cualquier tipo de lucha.

En política y sociología se estudia, se analiza mucho y la cultura debería de repensarse un poco este mundo justiciero. Se debería pensar un poco, analizar, respirar y, sobre todo, lo que dice Raül, que cada cual elija sus batallas y no le exija al otro más de la cuenta. Yo te lo digo, yo fui uno de esos, irrespetuoso con mucha gente y me arrepentí, de verdad, intento aprender de eso.

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Soy redactora de LIFE en El HuffPost España y mi misión es acercarte la última hora del mundo de la cultura, la música y el entretenimiento.

 

Sobre qué temas escribo

Escribo principalmente de música, cultura, cine, series y entretenimiento porque, aunque sirva para desconectar, bailar o echar un rato entre palomitas, la cultura esconde mucho más. Evitando el elitismo, trato de tender la mano a las nuevas tendencias de la industria musical o del audiovisual a través de entrevistas con artistas emergentes —que pronto dejarán de serlo— y compaginarlo con el análisis de lo más mainstream como Taylor Swift o Bad Bunny.


En estos ocho años he cubierto los Goya, los Oscar, el Benidorm Fest o Eurovisión. Sí, soy la responsable de los memes que han inundado la cuenta de X de El HuffPost en Eurovisión. Siempre buscando un contenido cercano, sin perder el rigor, contando más allá de lo que se pueda ver en la pantalla.
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Mi trayectoria

Nací en Málaga, donde estudié Periodismo por vocación en la Universidad de Málaga, entre playlists de Spotify, discos y conciertos. Antes de incorporarme a El HuffPost en 2017, colaboré diversas revistas culturales y de entretenimiento. En 2016 trabajé en el departamento de comunicación de UPHO Festival, un festival de fotografía contemporánea urbana parte del proyecto europeo Urban Layers. Y, aunque sigo echando de menos Andalucía, me trasladé a Madrid para estudiar el Máster en Periodismo Cultural en la Universidad CEU San Pablo. En 2018, compaginé mi trabajo en El HuffPost con la coordinación de proyecto de la Bienal de Arte Contemporáneo de Fundación ONCE celebrada en CentroCentro. Desde 2017 trabajo en El HuffPost España, donde he logrado una nominación a los premios GLAAD y ser finalista de los Premios Papageno en 2022.

 


 

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