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Óliver Laxe: "No es que me guste ser un referente, es que debo serlo"

Óliver Laxe: "No es que me guste ser un referente, es que debo serlo"

Entrevista con el director gallego, que acaba de recibir el Premio del Jurado por 'Sirat' en el Festival de Cannes. 

Retrato de Óliver LaxeEuropa Press via Getty Images

Hace apenas dos semanas Óliver Laxe añadió su nombre al del pequeño listado de directores españoles premiados en el Festival de Cannes, como Almodóvar o Buñuel. La última película del cineasta gallego nacido en París, Sirat, recibió el Premio del Jurado, además del reconocimiento a la mejor banda sonora. 

El idilio de Laxe con el festival francés, donde también proyectó Mimosas y O que arde, viene de lejos y demuestra que el director gallego es una de las voces más reconocidas y con más futuro del cine español. 

En medio de decenas de entrevistas, sesiones de fotos y pases especiales, y con el éxito de Cannes todavía reciente, el cineasta recibe a El HuffPost e insiste en que su mayor deseo es que la gente vaya a las salas de cine y sean capaces de dejarse llevar por el viaje que se muestra en la pantalla. 

Dos semanas después de Cannes, ¿cómo te sientes tras recibir el Premio del Jurado? ¿Lo has asimilado?

Ahora estoy concentrado en la promoción, bueno, en el acompañamiento de la película. Promoción suena un poco a producto y para mí el espectador no es un consumidor, es alguien al que quiero cuidar, un compañero de viaje. Ojalá vaya la gente a ver la peli, sigo con la misión. Cannes ha estado muy bien, se ha hablado muchísimo de la peli. Para New Yorker, IndieWire o Liberation era la Palma de Oro y fue genial el premio que hemos tenido. 

Fue una de las pelis del festival y eso ha sido muy bonito, la conexión con la cinefilia mundial. El premio efectivamente legitima y he entendido el mensaje, que lo que valoran es la valentía. Decía Pasolini que 'secretamente lo que el espectador quiere y lo que disfruta inconscientemente es la libertad del autor', y en unos momentos de tanto miedo al fracaso, de tanto cálculo, creo que es bueno.

  Laxe, posando con su premio en CannesGetty Images

¿Por qué elegiste adentrarte en la cultura de la rave? ¿Qué te atraía? 

No es una tesis sobre la rave pero es verdad que hay vasos comunicantes. Hay cosas que me gustan. Generacionalmente, el saber que este mundo no es sostenible ya desde joven, la falta de referentes, familias desestructuradas, necesidad de trascenderse, aunque muchas veces en la cultura rave no es de la mejor manera. Pero hay algo en el baile y en esa catarsis del baile que me parece muy sana y muy edificante. Es un gesto humano tribal que tenemos desde tiempos inmemoriales. Pero, sobre todo también el convivir con la herida, que lo veo mucho en la cultura rave, es más visible. Me parece un paso de madurez y yo he tenido que aprender a convivir más con mi herida, que es una herida que tenemos todos.

Hablo mucho de eso, de generar una imagen idealizada de nosotros mismos porque al nivel esencial no nos queremos y entonces estamos permanentemente huyendo de nosotros, de mirar adentro.

"Somos una sociedad muy angustiada y con miedos, precisamente porque hemos dejado de mirar adentro"

En medio del desierto no te queda otra, ¿no?

No. Mirar al cielo y estar desnudo, con el ego barrido y mirar adentro. Es duro, pero es necesario. El resultado es que somos una sociedad muy angustiada y con miedos, precisamente porque hemos dejado de mirar adentro. Hemos dejado de, pues por ejemplo, hablar de la muerte, que ha sido extirpada de nuestro día a día. No la meditamos y tenemos más angustia a la muerte de la que tendrían nuestros abuelos. Que es normal tener miedo a la muerte, somos humanos, pero es necesario meditarla y experimentarla para poder dialogar con mayor nitidez con la vida.

Yo ahora mismo acabo de ver el camión de donar sangre por la ventana mientras me hacían fotos y he tenido mi pequeña meditación sobre la muerte y me he imaginado en un quirófano con necesidad de sangre. Eso me hace humilde, me hace mortal. Sobre todo alguien como yo, que mi psicología me hace orgulloso y puedo emanar arrogancia. Hay algo muy neurótico de intentar ser una persona especial y caigo en el 'especialito' arrogante. Necesito herramientas que me hagan volver a la tierra, a mi heridita, a mi miedo y acariciarla con celebración y no dramatismo.

Hablando de esos días en el desierto, ¿cómo ha sido la logística para rodar?

Ha sido mi peli más fácil. Es la primera vez que tengo una tele detrás apoyándome de manera fuerte y decidida, en este caso privada es la primera vez. Han sido siete semanas de rodaje que ojalá hubieran sido más, pero he podido trabajar con medios y con tiempo, con una preproducción seria. Ha sido duro pero a mí me gustan los límites, creo que es necesario que las pelis se expresen ellas. Cuanto tú no controlas todo dejas que la peli se exprese. El desierto te obliga a mirar al cielo, no te puedes esconder, aquí nos distraemos con facilidad.

Uno de los personajes de la película decía que parecía que llevábamos ya mucho tiempo en el fin del mundo, ¿tú también tienes esa sensación?

Sí que soy de una generación que lo sabemos desde que hemos nacido. Somos hijos de la ilustración pero no creemos en el mito del progreso ya desde pequeños. Sabemos que esto no funciona. La propia modernidad y sus dos verdades, que son la ecología y la economía, lo dicen también, que esto no... esto necesita un reset. Viendo un poco cómo es la historia de la humanidad pues hay momentos de reset y lo digo con realismo. 

En el fondo, creo que todos los seres humanos queremos que cambie pero como no somos libres, como no controlamos nuestros egos, es muy difícil para nosotros cambiar. Pero está en nuestra nobleza querer que haya un mundo mejor. Sabemos también que los cambios son duros.

"¿Quién es el héroe? El que no se engaña a sí mismo y pone sus valores por encima de su ego y de su miedo"

Y ahí entra el miedo al cambio....

Tenemos miedo pero es normal. Los niveles de contradicciones y de violencias y de paradojas que tiene este mundo son muy heavies. Es que yo cojo a veces aviones que cuestan 20 euros el billete, es que eso es generación de violencia en otro lado. En cualquier caso, yo como persona sintiente, porque no me gusta esto de creyente, siento que hay una inteligencia creativa detrás de todas las cosas y en ese sentido el guión aunque a veces aparentemente tiene los reglones torcidos creo que está muy bien escrito, el de la vida. Tengo confianza en la vida.

Los Trumps and company no son los que rigen el mundo, alguien tiene que hacer el trabajo sucio, alguien tiene que ponernos a prueba. Verdaderamente hoy, ahora mismo, hay gente que está destacando en su heroicidad. ¿Quién es el héroe? El que no se engaña a sí mismo y pone sus valores por encima de su ego y de su miedo.

"Los Trumps and company no son los que rigen el mundo, alguien tiene que hacer el trabajo sucio"

En otra entrevista comentabas que el cine te había salvado, ¿crees que el cine sirve como refugio en momentos convulsos?

No sé lo que dije pero creo que no me ha salvado del todo. Sí que en un momento de necesidad de referentes, sobre todo de joven, el arte y el cine me transmitió una luz que me ha sosegado el alma, me ha dado un calorcito. Es una suerte de espiritualidad, pero estoy de acuerdo con Platón con eso de que el arte es como esa hoguera en una caverna y todos creemos que es trascendente, pero el arte es una herramienta de autoconocimiento para sentir que este mundo está habitado. Es un reencantamiento del mundo pero necesitas otras herramientas para liberarte y emanciparte.

La modernidad desde mi punto de vista no ha generado estas herramientas. Creo que es necesario tener un pie en la tradición para mirar el futuro y verdaderamente emanciparnos. El mundo será espiritual o no será.

Hablabas de tu juventud y esa falta de referentes, ¿te gustaría serlo para los jóvenes?

Sí. No es que me guste, es que debo serlo. No algo paternalista o generacional porque en mis viajes pues veo a gente joven y compartimos heridas, pero tengo más experiencia. Son muy importantes los maestros, el linaje y emularlos. Quiero hacer lo que los maestros hicieron conmigo, que es tocarme el corazón. No hay nada más político que hacer vibrar un corazón humano. Es mi responsabilidad y la película se ha hecho también con ganas de conectar con ese público. Espero que vayan a ver pelis más que a una rave, pero bueno, jaja.

"Quiero hacer lo que los maestros hicieron conmigo, que es tocarme el corazón. No hay nada más político que hacer vibrar un corazón humano"

Decías que esperabas que la gente fuera a ver la peli, ¿por qué está costando llevar a la gente a las salas?

Creo verdaderamente que hay una dialéctica entre las historias audiovisuales y el cine como experiencia sensorial. Hay una deriva en el cine contemporáneo donde digamos que las historias tienen demasiado peso, entonces poco cambia verla en un cine que verla en un avión. Estás más cómodo en casa y por eso la gente no va al cine. Pero si verdaderamente plantamos la semillita en el público de que la sala del cine es un espacio donde vivir cosas fuertes, intensas, profundas que no puedes vivir en tu casa y que es necesario ese templo como experiencia colectiva, como un ceremonial... O se respiritualiza el cine o se acabará.

Cuando hablo de respiritualizar el cine me refiero a que vuelva a ser una experiencia transformadora. Hay una comunión de energías y eso solo lo puede permitir el cine, pero depende de los autores. Depende de nuestra capacidad de confianza en el cine, de nuestra relación con las imágenes. Yo tengo miedo al fracaso, tengo miedo a no conectar con el público, yo necesito al amor y su aprobación, pero paralelo a mis miedos hay algo más trabajado de tener claro algo que es bueno para el espectador. No tiene acostumbrado el paladar al pan de centeno y yo lo sé, pero poco a poco... Y voy a hacer pan de centeno por mucho que me digan que estadísticamente la barra de pan es lo que el espectador quiere.

"O se respiritualiza el cine o se acabará"

¿Crees que a veces se toma a los espectadores por tontos?

Sí, pero está cambiando. Porque precisamente hemos pasado de directores de cadenas que decían de manera muy testosterónica 'el espectador quiere esto' a unos directores de cadenas de televisión que lo que quieren son abonados, pero por lo menos tienen la madurez de saber que al público lo tienes que cuidar. Hay que cuidarlo, hay que sembrar y tiene que ser algo orgánico. Si no después no vas a tener consumidores. Domingo Corral — productor— ha tenido esa visión de 'vamos a plantar semillas'. El resultado no es inmediato, pero vamos a crear un público sensible. 

Yo confío mucho y O que arde para mí fue una prueba de ello, porque hubo gente que no iba al cine y al tocar una dimensión tan rural y gallega fue mucha gente del campo a ver la peli que no son cinéfilos. Y encontré mucha madurez en sus miradas, en el análisis que hacían, en cómo saboreaban ciertos detalles, cierta sensualidad de la imagen y hay que confiar. Asumo que muchos espectadores no van a entender mi peli porque el arte está muy enfocado a entender, en lo masculino, en lo que está a la luz. Está poco acostumbrado al lado femenino, polisémico, lírico, esotérico, sutil... Cada vez el arte es más masculino. Esta peli es muy masculina, asumamos esa energía, pero equilibrándola con la sombra. El lado femenino es la sombra, lo interior, lo sutil, es lo que realmente pone el mundo en movimiento, ese sutilmente. Es el alma.

Comentas que muchas personas del rural que fueron a ver O que arde, hace unos días proyectaste Sirat en tu pueblo en Os Ancares, ¿cómo ha sido volver?

Espacio Eco
Un proyecto de Espacio Eco

Fue muy bonito. Fue justo el día siguiente de Cannes y a mí es un sitio que me equilibra, que me es necesario. Soy de allí, mi sensibilidad es de allí, mi manera de ser cineasta... Tengo un lado asilvestrado y bravo de allí del campo, tengo la raza del rural un poco. No pude quedarme mucho tiempo pero para mí era importante el gesto más allá de si gusta la peli o no o si se exhibe en mejores o peores condiciones. Al final un cineasta es como la membrana sensible de una sociedad y se debe a ella, dialoga con ella y está al servicio de ella. La peli no es mía, ¿me explico?, es un trabajo de servicio. Es mi rol en la sociedad.

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Uxía Prieto es redactora de Life en El HuffPost, en Madrid. Escribe sobre cultura, moda o estilo de vida. Es graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela y posteriormente estudió el Máster en Periodismo Cultural de la Universidad CEU San Pablo. Puedes contactar con ella escribiendo a: uxia.prieto@huffpost.es