Un nuevo estudio apunta que la forma en la que hueles está marcada en tu ADN y difiere entre hombre y mujeres
Analizó a más de 21.000 personas.

Cuando te acercas una naranja a tu nariz o disfrutas del aroma de un café recién hecho, se trata de una experiencia sensorial que no solo depende de tu olfato, sino también de tus genes. Así lo demuestra un macroestudio internacional publicado en Nature Communications.
Dicho estudio analizó a más de 21.000 personas de ascendencia europea para comprender cómo la genética influye en la percepción de distintos olores. Los investigadores identificaron diez regiones de la composición genética asociadas al reconocimiento de aromas como piña, canela, limón, pescado o naranja.
Según la investigación, algunas variantes genéticas multiplican la capacidad de detectar un olor específico: por ejemplo, una mutación en el gen TAAR5 hace que ciertas personas tengan hasta 3,7 veces más probabilidades de identificar el olor a pescado.
Diferencias entre hombres y mujeres
El hallazgo más llamativo fue que hombres y mujeres no huelen igual a nivel genético. En el caso del olor a naranja, por ejemplo, el vínculo genético solo apareció en mujeres. Según los investigadores, las hormonas sexuales influyen en cómo se activan los genes relacionados con el olfato, lo que explicaría la ventaja olfativa femenina.
La explicación puede estar en la interacción entre genes y hormonas sexuales. Uno de los genes más vinculados a estas diferencias es el ADCY2, que contiene múltiples elementos de respuesta a andrógenos, lo que sugiere que cambia la percepción olfativa.
Además, el estudio también analizó la conexión entre el olfato y enfermedades neurodegenerativas. La predisposición genética al Alzheimer se asoció con una menor capacidad de reconocer olores, especialmente en mujeres, lo que confirma que la pérdida de olfato puede ser un síntoma temprano de la enfermedad. Sin embargo, no se hallaron pruebas de que un mal olfato provoque directamente el desarrollo de estas patologías.
