Harvard revela las 3 cosas que hacen los niños con altas capacidades justo antes de acostarse
Concluye que tanto su cociente intelectual como su cociente emocional mejoran drásticamente de cara al futuro si siguen estos hábitos.
Si observas lo que les gusta hacer a tus hijos antes de acostumbre quizás te pueda dar pistas sobre sus capacidades intelectuales. Al eso asegura una investigación científica sobre el cerebro realizada por un equipo científico de la Universidad estadounidense de Harvard, en la que las conclusiones apuntan tres comportamientos concretos de los niños antes de ir a la cama que ayuda a fortalecer la estructura cerebral en niños pequeños y a que tanto su cociente intelectual (Cl) como su cociente emocional (CE) mejorarán drásticamente en el futuro.
Se trata de tres pasatiempos a o hábitos que tienen algunos niños pequeños antes de dormir y que, según esta investigación, significan que tienen cocientes intelectuales y emocionales “excepcionalmente altos”, pero, sin embargo, hay muchos padres que no le prestan atención o que no saben lo que significan.
En concreto, este estudio señala que, para alcanzar el verdadero éxito, necesitamos un 80 % de CE y un 20 % de CI, según cuenta Haanok. Y estos investigadores han observado que ambos son fundamentales para el desarrollo infantil y su futuro. Señalan, además, que, si su hijo no tiene estas aficiones, los padres no deben ocuparse por practicarlas con su ellos lo antes posible porque cultivar estos hábitos que le ayudarán a desarrollar una buena inteligencia y capacidad emocional.
El primer hábito es el de los niños a los que les gusta hablar antes de acostarse. Hablar es la mejor manera de conectar emocionalmente entre padres e hijos, y también es un momento en el que los niños aprenden mucho. Los padres pueden preguntarles a sus hijos sobre su día. Conversar con ellos y compartir les ayuda a comprender mejor a sus hijos, además de brindarles consejos y ánimo para ayudarles a resolver cualquier problema o duda que tengan. Los niños no solo desarrollan sus habilidades lingüísticas, sino también su capacidad para comunicarse con quienes los rodean.
Los estudios también han demostrado que los niños que hablan mucho tienen un coeficiente intelectual (CI) y un coeficiente emocional (CE) más altos que los niños promedio. Muchos niños hablan mucho, incluso interrumpiendo, lo cual puede ser frustrante para los adultos. Pero, de hecho, estos niños suelen tener mejores habilidades lingüísticas y aprenden vocabulario más rápido que sus compañeros. Algunos estudios también han demostrado que los niños que hablan mucho en la escuela tienen mejor memoria, mayor fluidez al hablar y mayor control de las situaciones a medida que crecen. Estos niños también tienen mejores habilidades de pensamiento lógico y un coeficiente intelectual y un CE más altos a medida que crecen.
El segundo hábito revelador es el de los niños a los que les gusta hacer preguntas. Los niños con un CI y un CE relativamente altos tienden a sentir curiosidad por el mundo que los rodea. Hacen preguntas con la esperanza de poder responderlas. Estos niños tienden a ser competentes académicamente y tienen buena memoria porque usan más su cerebro, aplicando los conocimientos adquiridos en la vida y resolviendo con flexibilidad los problemas que se les presentan.
La curiosidad de los niños los impulsa a explorar constantemente, así que si tu hijo hace preguntas con frecuencia antes de dormir, los padres también deberían ayudarle a responderlas. Porque preguntar y responder a todos abre las puertas a la inteligencia de los niños, y su nivel de inteligencia mejorará cada día.
Y, en tercer lugar, está también la costumbre que les gusta a algunos niños de escuchar a sus padres contar historias y leer libros. Según estos expertos, a los niños les encanta que sus padres les lean cuentos o libros antes de dormir. Sin embargo, muchos padres suelen pasar por alto esta necesidad en sus hijos. Así que contarles cuentos o leerles libros antes de dormir es una forma natural de estimular su imaginación y capacidad de razonamiento, y es sumamente beneficioso para el desarrollo de la memoria infantil.
Estos científicos afirman que los niños que escuchan cuentos desde pequeños tienen neuronas más flexibles y un mejor desarrollo cerebral. Esto se debe a que, al escuchar cuentos de adultos, los niños imaginan automáticamente la historia que tienen delante y sus pensamientos son más completos y diversos. Por otro lado, escuchar cuentos también ayuda a estimular la memoria infantil. Si le cuentas un cuento nuevo la noche anterior y le pides a tu hijo que lo repita a su manera a la mañana siguiente, le ayudará a practicar la concentración y a mejorar su memoria.
Además, al escuchar las historias de sus padres, los niños enriquecerán su vocabulario y, al mismo tiempo, practicarán su capacidad para organizar el lenguaje de forma lógica. Como resultado, podrán ampliar su vocabulario y aprender a estructurar oraciones lógicamente, lo que les permitirá comunicarse con fluidez y transmitir fácilmente lo que quieren decir. Esto también contribuye a desarrollar buenos hábitos de aprendizaje para los niños en el futuro.