La ciencia desmonta el mito de esta fama negativa que se asocia a los abuelos
La clave está sobre todo en el aumento en los niveles de la oxitocina, la llamada hormona de la felicidad, a medida que envejecemos.

¿Es verdad que los abuelos y abuelas son unos gruñones? Esto es lo que se preguntó un grupo de investigadores de EE UU, así que decidieron buscar una respuesta que tuviera base científica. Estos expertos que lo han estudiado, que pertenecen al Centro de Estudios de Neuroeconomía de la Universidad de Claremont y al Departamento de Psicología de la Universidad del Sur de California en Los Ángeles, EE UU, concluyeron no sólo que esta premisa no es cierta sino que conforme cumplimos años, nos hacemos más amables.
Para la investigación, realizada en 2022 yque ha sido publicada en Frontiers in Behavioral Neuroscience utilizaron muestras de sangre de 103 participantes, de entre 18 y 99 años y lo que hicieron fue medir los niveles de oxitocina en cada uno de ellos. Además, encontraron en ellos, en concreto, tres comportamientos prosociales que se repetían a menudo: habían donado dinero u otro tipo de bienes a organizaciones benéficas durante el último año, y/o habían realizado algún tipo de voluntariado en el ámbito social.
Y la clave de los resultados médicos la encontraron en los niveles de la oxitocina, la sustancia que nos hace sentir bien y positivos. Ese comportamiento amable y generoso está relacionado en gran medida con un aumento en los niveles de la hormona oxitocina a medida que envejecemos. De hecho, el nivel de oxitocina ya se ha vinculado en otro topo de estudios con el altruismo y la generosidad.
