El gesto de Alberto de Mónaco con Pierre Casiraghi y Beatrice Borromeo que Felipe VI nunca tendría con sus sobrinos
El detalle del príncipe de Mónaco es algo habitual, lo que evidencia que el papel y la relación con los sobrinos allí nada tiene que ver con lo que ocurre en España.

Mónaco es una de las diez monarquías en ejercicio que perduran en Europa. Además, la dinastía reinante lo hace allí desde que en 1297 tomó el territorio. La autoridad de los Grimaldi fue reconocida en 1314 y desde 1911 el país es una monarquía constitucional. Al contrario que en otros lugares del viejo continente, este pequeño estado no ha cambiado de dinastía en siglos, bien asentada en el trono y con magníficas relaciones con otros royals, aunque se maneja con sus propias normas debido a su singularidad.
Esa particularidad no es solo por ser un principado y no un reino, sino por su pequeño tamaño, que obligó a los Grimaldi a pensar qué podían hacer para sobrevivir. Y lo han hecho, vaya si lo han hecho, construyendo al máximo y creando un refugio para millonarios a los que les gusta ver y ser vistos. Y en ello han tenido y tienen mucho que ver los Grimaldi, expertos en alfombras rojas, en posados y en actos oficiales que parecen de celebrities más que de miembros de una familia principesca reinante.

En esa forma de hacer las cosas destaca la aportación de los sobrinos de Alberto de Mónaco, los hijos de Carolina y los Estefanía de Mónaco, a los que su tío da presencia y visibilidad en los actos públicos. El tío Alberto les adora y le gusta que las generaciones más jóvenes de su linaje le acompañen o le sustituyan de vez en cuando.
Mientras en familias reales como la española está muy delimitado quién pertenece a ella y quién no, en Mónaco es más difuso. Palacio Grimaldi considera que los miembros de la casa principesca son Alberto y Charlene de Mónaco y sus hijos Jacques y Gabriella, así como la princesa Carolina y la princesa Estefanía. Eso no quita para que los cuatro hijos y las nueras y yernos de la princesa de Hannover y los tres vástagos y la nuera de Estefanía tengan su cuota de protagonismo.

Y para muestra el Día Nacional, en el que aparecen todos acompañando a Alberto de Mónaco. Esto en España es impensable. Tanto es así que el 12 de octubre, día de la Fiesta Nacional, podemos ver a los reyes Felipe y Letizia y a sus hijas Leonor y Sofía, y a nadie más. Ni siquiera la reina Sofía acude a la recepción posterior en el Palacio Real, ya ni como invitada, y menos todavía las infantas Elena y Cristina y sus respectivas proles.
Un comunicado que nunca verías en la familia real española
La Casa Real española lo tiene claro. Una cosa es la familia del rey y otra es la familia real, y de los primeros La Zarzuela no tiene nada que decir, ni nada que comentar. En Mónaco es otra cosa, por lo que cuando nació la tercera hija de Pierre Casiraghi y Beatrice Borromeo, palacio Grimaldi confirmó la noticia en un comunicado que se pudo ver en sus redes sociales junto a una foto de la pareja con sus hijos mayores, Stefano y Francesco, tomada en los salones palaciegos en Monte-Carlo en el Día Nacional de 2024.

"Su Alteza Real la princesa de Hannover y la condesa Paola Marzotto tienen la alegría de anunciar el nacimiento de su nieta, nacida el 4 de octubre de 2025. Su nombre es Bianca Caroline Marta. El palacio principesco envía sus más sinceras felicitaciones a Beatrice y Pierre Casiraghi", fueron las palabras de la casa real monegasca.
Siguen así una línea que comenzaron con los nietos mayores de Carolina de Mónaco y los comunicados que mencionan a las abuelas, aunque en este caso llamó la atención que pese a estar vivo no se nombró al padre de Beatrice, el conde Carlo Borromeo. Sea como fuere se ha dado confirmación oficial al nacimiento de esta niña, octava nieta de Carolina de Hannover, que no tiene título real pero que es nieta de una princesa por partida doble y de dos condes y que ostenta el decimoprimer puesto en la línea de sucesión al trono monegasco.

Así, Alberto de Mónaco tuvo ese gesto con sus sobrinos por el nacimiento de su sobrina nieta. Es verdad que está muy unido a todos los hijos y nietos de sus hermanas, pero que le dé oficialidad al nacimiento de un familiar sin título deja claro que Mónaco va por libre. En España jamás ocurriría porque al margen del vínculo más o menos cercano que Felipe VI tenga con sus sobrinos Marichalar y Urdangarin, la casa real española no confirmaría el nacimiento de los hijos que puedan tener, ni en comunicado, ni en las redes, ni en ningún sitio.
