El retinol no se prohíbe pero sí cambia su regulación: esto dice la normativa de la Unión Europea

El retinol no se prohíbe pero sí cambia su regulación: esto dice la normativa de la Unión Europea

Es uno de los activos más utilizados para combatir los signos del envejecimiento. 

Una mujer se aplica su cremaGetty Images

En los últimos días ha cundido el pánico en redes sociales por la supuesta prohibición de uno de los activos más utilizados en cosmética y dermatología actualmente: el retinol. Este derivado de la vitamina A se emplea habitualmente para tratar signos del envejecimiento, daño solar o acné gracias a que contribuye a la renovación celular de la piel.

El pasado 8 de junio, las autoridades de la Unión Europea publicaron un borrador que todavía está sujeto a cambios de la nueva normativa para regular su uso que no es ni mucho menos una prohibición pero sí una forma de controlar el porcentaje de este activo que se utiliza y, especialmente, intentar que su uso esté pautado por un profesional.

Según este borrador, las concentraciones del retinol en cosméticos se quedarían en un 0,3% para productos faciales y un 0,05% en corporales. De esta forma, las concentraciones más altas tendrían que pautarse por profesionales y venderse en clínicas de dermatología o farmacias.

“El objetivo de la Unión Europea es regular su uso, ya que a menudo se observan concentraciones más alta en cualquier canal de venta, y dicha utilización, sobre todo a estas altas concentraciones, debe estar indicado por el especialista de la piel, que es el dermatólogo”, explican los dermatólogos Miguel Sánchez Viera, coordinador del Grupo Español de Dermatología Estética y Terapéutica de la AEDV (GEDET) y a Sara Gómez Armayones, miembro del mismo grupo.

¿Por qué se regula su uso? ¿Tiene riesgos?

“No existe ningún problema y este derivado de la vitamina A cuenta con un gran respaldo científico, habiendo demostrado su eficacia como antiarrugas, renovadora de la piel, para tratar el acné, el fotoenvejecimiento y otros problemas cutáneos”, explican los doctores, que señalan que es el mal uso del retinol lo que ha llevado a elaborar a este normativa.

“A grandes concentraciones, mal utilizado y no pautado por un especialista, podría irritar la piel, de ahí la importancia de su regulación”, cuentan los Sánchez y Gómez. Cuando un dermatólogo pauta retinol o alguno de sus derivados a un paciente, lo habitual es que se incorpore en la rutina facial poco a poco, siempre de noche y utilizando una preotección solar elevada al día siguiente. Es lo que se conoce como proceso de retinización, que quiere decir que la piel tiene que ‘acostumbrarse’ a ese activo y que por el camino puede secarse o irritarse, algo que sería leve y temporal si se utiliza con la dosis adecuada.

¿Dónde se venderá a partir de ahora el retinol?

Todo el mundo que utilizar retinol puede estar tranquilo, pero de una manera diferente a lo que se hace ahora, separando los productos de bajas concentraciones de los que tengan porcentajes más elevados. “Se seguirá comercializando. Probablemente lo hará como cosmético hasta una concentración determinada (previsiblemente hasta ese 0,3%) y como fármaco de prescripción médica a mayor concentración”, explican los dermatólogos.

Sánchez y Gómez señalan que la normativa plasmada en el borrador de la Unión Europa no afecta en principio a los derivados del retinol, como el retinaldehído.

¿Cuándo entra en vigor la normativa?

A pesar del revuelo generado en los últimos días, los dermatólogos explican que la nueva normativa no entrará en vigor hasta 2025 o 2026. “Desde el momento en que entre en vigor, se dispondrá de 18 meses para dejar de producirlo y de 36 meses para que se agote el stock”, añaden los doctores.

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Soy redactora de LIFE en El HuffPost España, esa sección en la que intentamos contar el lado hedonista de la vida sin dejar de lado otras realidades.

  

Sobre qué temas escribo

Como redactora de LIFE, escribo sobre temas de cultura, moda, belleza o estilo de vida. También he abordado temas de medioambiente, feminismo o sociales, pero donde más cómoda me encuentro es explorando la relación de la moda con otras disciplinas culturales o su impacto social, y sobre todo lo que tenga que ver con el cuidado de la piel.

 

Siempre desde una perspectiva cercana, he tratado cuestiones como la estrategia del Museo del Prado para triunfar a través de sus redes sociales, explicado cómo Melania Trump utilizó su armario como arma política o desmentido bulos relacionados con la protección solar. Es probable que el 80% de los temas que he publicado se hayan escrito mientras sonaban Beyoncé, Oasis y Arctic Monkeys. Además, también me encargo de preparar el boletín de LIFE que enviamos cada sábado intentando resumir la actualidad de la semana.

 

Mi trayectoria

Nací en Vigo en 1992 y desde que tengo uso de razón siempre quise ser periodista. La única excepción fue la época en la que tuve fantasías con ser pintora, pero descarté rápido la idea cuando mis padres me anotaron a clases y me di cuenta de que no era lo mío. Estudié Periodismo en la Universidad de Santiago de Compostela (USC), donde me gradué en 2014 después de pasar un año en Roma que me hizo apreciar todavía más la cultura italiana. Dejé Galicia para mudarme a Madrid en 2015 y cursar el Máster de Periodismo Cultural en la Universidad San Pablo Ceu. Aprendí en Radio Galega y en Pentación Espectáculos, donde descubrí lo que hay detrás de producciones de teatro y de grandes eventos como el Festival de Mérida. Colaboré puntualmente con Guía Repsol o la revista L'Officiel y llegué a El HuffPost en 2016, donde empecé compaginando mi trabajo como redactora de Branded Content con temas para la sección de tendencias, que terminó convirtiéndose en LIFE, donde actualmente soy una de las redactoras. Fui finalista en los Premios Ecovidrio de 2017.

 


 

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