Parece impensable, pero si se lo añades a las patatas fritas quedan más crujientes y menos aceitosas
Un truco que no muchos conocen.
Las patatas fritas son como las croquetas... ¿a quién no le gustan? Eso sí, hay patatas y patatas, y no siempre se consigue que queden bien crujientes por fuera, cocinadas por dentro y sin quemarse.
En la web Kiskegyed han compartido un truco para que no queden demasiado aceitosas y sí con ese punto crujiente.
"Uno de los mayores enemigos de las patatas fritas es la absorción excesiva de aceite. Para evitarlo, prueba el siguiente método: remoja las patatas en una mezcla de agua y vinagre", aconsejan.
Según su método, hay que añadir una cucharada de vinagre de manzana o de vino por litro de agua en un recipiente. Después, hay que dejar las patatas a remojo unos 15 o 20 minutos.
"Este proceso reduce el almidón en la superficie de la patata, por lo que está lista para freír hasta que esté realmente crujiente sin absorber demasiado aceite", afirman.
También recalcan que es muy importante secarlas bien tras ese remojo, ya sea con un trapo limpio o con papel de cocina.
