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Que nos quiten lo bailao: Eurovisión decide desde este jueves la participación de Israel mientras España amenaza con retirarse

Que nos quiten lo bailao: Eurovisión decide desde este jueves la participación de Israel mientras España amenaza con retirarse

La UER celebra hoy y mañana una Asamblea General marcada por las discrepancias entre las diferentes televisiones sobre la continuidad de Israel en el concurso. La organización y el país anfitrión, Austria, se posicionan a favor, mientras que RTVE y otras cadenas han anunciado su abandono si se toma esta decisión.

Un espectador muesta la bandera palestina mientras actuaba la representante israelí en Eurovisión 2025
Un espectador muesta la bandera palestina mientras actúa la representante israelí en Eurovisión 2025Getty Images

La Unión Europea de Radiodifusión (UER), ente organizador del festival de Eurovisión, celebrará este jueves y viernes en Ginebra (Suiza) su Asamblea General más importante de los últimos años. En ella, sus más de setenta miembros deberán decidir sobre si Israel debe participar o no en la próxima edición del concurso musical tras las críticas por su presencia en las dos últimas ediciones, coincidiendo con la ofensiva sobre Gaza, y su influencia en los resultados del festival (Israel fue quinta en 2024 y segunda en 2025 gracias a un apoyo masivo del televoto). 

Países como España, Países Bajos, Eslovenia, Irlanda o Bélgica han forzado la discusión sobre este asunto en el seno de la UER bajo la amenaza de retirarse en el caso de que Israel pueda continuar compitiendo en el certamen que tendrá lugar el próximo mes de mayo en Viena (Austria). Por el contrario, la propia organización del festival, la televisión anfitriona de la siguiente edición y un peso pesado como es Alemania abogan por la continuidad de la representación israelí bajo el pretexto de que el festival debe estar supeditado únicamente a cuestiones meramente musicales, aunque desde su posición también se haya jugado la baza política.

La participación de Israel entró en riesgo en septiembre cuando la UER, ante las amenazas de boicot de varios países, optó por celebrar una votación que fijó para este diciembre y luego adelantó a noviembre. El alto el fuego alcanzado en octubre por parte de Israel y Hamás bajo la tutela de Donald Trump se entendió dentro de la UER como un cambio de escenario y canceló ese "referéndum" adelantado para llevar la discusión de nuevo a su Asamblea General ordinaria de fin de año. 

La postura del festival es clara: Israel debe seguir en el concurso. Hace dos semanas, los organizadores anunciaron una serie de cambios sobre el sistema de votación para supuestamente evitar que el voto polarizado por los conflictos geopolíticos y las campañas mediáticas puedan interferir en la clasificación final del concurso. Entre las medidas, se propuso rebajar de veinte a diez el número máximo de votos telefónicos o SMS permitidos por terminal y ampliar el número de miembros del jurado por cada país, de cinco a siete. El director del festival, Martin Green, aseguró en una carta pública a los fans que estos cambios "buscan evitar que el festival se convierta en un lugar para la división geopolítica" y añadió en la misma una clara defensa a la televisión israelí KAN.  "Los gobiernos no participan en Eurovisión, los artistas sí. Artistas respaldados por emisoras públicas que no son responsables de las decisiones y acciones de sus gobiernos", subrayaba Green, diferenciando entre la acción del gobierno israelí sobre Gaza o Cisjordania y la labor informativa de la cadena pública israelí. 

Una asunción de responsabilidades que, sin embargo, la misma UER omitió cuando en 2022 decidió expulsar del ente a las televisiones rusas una vez que Putin inició la invasión a Ucrania. Entonces, sólo se defendió que la inclusión de una participación rusa en el concurso "desacreditaría la competencia". Ucrania, meses después, lograría la victoria en el festival gracias también a un imponente apoyo de los espectadores. 

Cabe recordar, además, que la televisión pública israelí ha instrumentalizado el concurso en sus dos últimas ediciones con fines claramente políticos y propagandísticos. En 2024, la UER rechazó hasta dos versiones diferentes de la canción que pretendía llevar al festival al considerar que incluía referencias explícitas al conflicto. Y el año pasado eligió como representante a Yuval Raphael, superviviente de los atentados del 7 de Octubre de 2023 perpetrados por Hamás. Igualmente, la propia UER concluyó que una agencia oficial del gobierno israelí llevó a cabo una campaña de publicidad digital para impulsar el voto a favor de su candidatura, algo prohibido por las normas del concurso. A día de hoy, Israel no ha sido sancionada por esta irregularidad. 

RTVE: "Los derechos humanos no son un concurso"

  El presidente de RTVE, José Pablo LópezEuropa Press via Getty Images

La postura permisiva de la UER con Israel (derivada, tal vez, de que el principal patrocinados del concurso desde hace seis años es una marca de raíz israelí) y los guiños de Austria como país anfitrión (el 'jefe' de la televisión pública austriaca viajó a Israel para verse con el presidente del país) han provocado que otras cadenas públicas critiquen abiertamente esta situación. "El descontrol del festival, las presiones y las injerencias políticas en Eurovisión son ya indisimulables. Con esta situación, quieren que avalemos un nuevo reglamento que ya nace inservible. Y decían que era un concurso de canciones...", señalaba este martes en sus redes sociales el presidente de RTVE, José Pablo López.

España, que lleva participando de forma ininterrumpida en Eurovisión desde 1961, anunció en septiembre que abandonaría el concurso si se permite la presencia de Israel el próximo mayo en Viena. "Una postura que no ha cambiado", aseguró López el pasado jueves en la Comisión Mixta (Congreso-Senado) de Control Parlamentario de RTVE y sus Sociedades. "Sigo pensando que el festival de Eurovisión efectivamente es un concurso, pero que los derechos humanos no son un concurso. Y esto me parece que debemos tenerlo en cuenta", esgrimió.

El resto de países que amenazaron con salirse de Eurovisión tampoco han manifestado públicamente que hayan cambiado de parecer con el alto el fuego o los cambios promovidos por la UER. Irlanda o Eslovenia han reiterado, de hecho, su negativa y otros como Países Bajos, Bélgica o Islandia han optado por tomar su decisión final una vez se conozcan las conclusiones de la Asamblea General. Una reunión en la que, previsiblemente, se evitará que haya una votación específica sobre la participación de Israel salvo que una suma importante de países no se muestre favorable a los cambios propuestos por la UE y pueda forzar este "referéndum". En ese caso, una mayoría simple decidiría si la KAN sigue compitiendo o no. 

Qué pierde Eurovisión si España abandona

  Melody, durante su participación en Eurovisión 2025Getty

La salida de España de Eurovisión supondría un duro golpe a la UER en términos económicos, pero sobre todo en audiencia. La cadena española forma parte del denominado 'Big5', el 'club' de países que más dinero aporta para poder celebrar el festival al margen del anfitrión. En 2024, los derechos de retransmisión del certamen conllevaron para RTVE un desembolso de 334.432 euros.

Además, España es - en términos estrictamente numéricos - el tercer país que más audiencia aporta al festival, con casi seis millones de espectadores. Sobre el total de los datos de audiencia de la final de 2025, representa un 10% de la suma final de espectadores. Cabe recordar que Eurovisión no deja de ser un programa de televisión y la retirada de España (junto a la de otros países) supondría para el festival una reducción drástica de su audiencia millonaria, lo que mermaría su capacidad para atraer sponsors o acuerdos publicitarios con marcas de cara a próximas ediciones.

Para RTVE, renunciar a Eurovisión tampoco saldría gratis. En los últimos años, la cadena ha hecho una fuerte apuesta tanto por el festival como por el Benidorm Fest, la preseleccionada organizada desde 2022 para elegir al abanderado español. RTVE ya ha confirmado que, pase lo que pase, Benidorm Fest se celebrará a mediados de febrero con un premio de 150.000 euros para el ganador. Sin embargo, que de ahí no resulte elegido el representante español hará perder fuerza a una preselección todavía en construcción y que necesita de muchos impulsos para tener relevancia tanto entre la audiencia televisiva como entre la industria musical.

Además, la cadena pública perdería también un contenido muy relevante para su programación durante todo el año y una audiencia millonaria el mismo día del concurso. Con Melody, la cadena fue líder indiscutible el pasado 17 de mayo con un 25,9%, su máximo diario desde la final de la Eurocopa de 2024. Lo que llevó a sus principales competidores, Antena 3 y Telecinco, a quedar por debajo del 8%. Eurovisión es, casi todos los años, el programa no deportivo más visto en nuestro país.

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Soy jefe de Hard News en El HuffPost España. Coordino la cobertura de actualidad política con la misión de explicar lo que pasa en España y en el mundo de una manera directa, clara y comprometida para una audiencia exigente y crítica como la nuestra. Puedes contactar conmigo a través de un correo a javier.escartin@huffpost.es

 

Sobre qué temas escribo

Me dedico a informar sobre la actualidad política en España, poniendo el foco en las decisiones del Gobierno, los movimientos de la oposición y el funcionamiento tanto del Congreso de los Diputados como de los partidos políticos. Creo que la política no es algo lejano, sino que influye directamente en la vida de cada persona: desde la aprobación de una ley de vivienda hasta una reforma laboral. Por eso trato de contar la vorágine política de una manera clara y accesible, sin perder la profundidad que exige cada asunto. Me interesa especialmente abordar temas que despiertan inquietud ciudadana, como la corrupción, la vivienda o la transparencia de las instituciones, y hacerlo siempre con una mirada crítica y social. Entiendo el periodismo político no como una mera narración de lo que ocurre, sino como un ejercicio de contexto y responsabilidad que ayude a la gente a entender por qué esas decisiones afectan a su día a día. Y como todo el mundo tiene su lado freak también me gusta mucho el Festival de Eurovisión, que llevo cubriendo para diferentes medios desde el año 2009. Quizá, algún día, pueda contar la victoria de España en el certamen...

 

Mi trayectoria

Nací en Zaragoza, pero en 2005 me mudé a Madrid para estudiar periodismo en la Universidad Carlos III. Antes de El HuffPost, trabajé nueve años en ABC, cuatro en COPE y un año en Mediaset. Previamente, de una manera más aficionada, escribí sobre cine y la temporada de premios en Hollywood e hice una serie documental sobre el Camino de Santiago que se llamó "Diario de un peregrino".

 


 

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