Sólo las pastillas que tiene una ranura en el centro se pueden partir. Las que no la llevan te las deberías tomar enteras porque puedes estar reduciendo su efecto. La razón de esto la ha contado el médico Fernando Fabiani, médico experto en farmacología, del programa Saber vivir.  

La razón es que, cuando tiene ranura, lo más probable, según Fabiani, es que el fabricante haya diseñado la pastilla para que pueda dividirse sin comprometer su efectividad. Esto se hace para facilitar al paciente que la parta cuando debe tomar una dosis más baja de ese medicamento.

Pero, si la pastilla no tiene esa ranura, puede tener un recubrimiento especial, diseñado para proteger el fármaco y asegurar que se libere correctamente en el cuerpo. Partir la pastilla podría destruir esta capa protectora, lo que afectaría la absorción del medicamento y su eficacia. Por lo tanto, según aconseja este especialista, "lo importante para tomarla adecuadamente es tanto consultar el prospecto como pedir consejo a un profesional".

Fabiani explica que algunos medicamentos son de liberación modificada o sostenida. Esto quiere decir que  “están diseñados para liberar el fármaco de manera controlada durante varias horas, lo que permite que su efecto dure más tiempo". Por lo tanto, no deben partirse porque, si se parte hace, "este proceso de liberación controlada se ve interrumpido, lo que podría resultar en un efecto menos duradero o incluso en la liberación repentina de una dosis mayor de lo necesario”.

Finalmente, este médico recuerda lo que muchas personas seguramente han experimentado: que cuando no tienen ranura es difícil saber si has partido la pastilla exactamente por la mitad, con lo cual tienes la duda, con razón, de si te estás tomando la dosis correcto cada día.