El pueblo catalán donde nació la leyenda de la 'niña de la curva' y alberga historias de fenómenos paranormales
Un antiguo poblado que hoy atrae a numerosos aficionados al misterio.
Aunque Halloween ya haya quedado atrás en el calendario, hay pueblos cuyo halo de misterio no entiende de fechas: entre sus calles en ruinas y viejos cementerios perviven historias paranormales que se contagian de generación en generación. Enclaves como Jafra siguen atrayendo a curiosos y noctámbulos porque, más allá de la fiesta, su pasado todavía susurra en cada curva y en cada grieta de sus piedras.
Situado entre Castelldefels y Sitges, en la comarca del Garraf, Jafra se encuentra sobre una colina a 189 metros sobre el nivel del mar. Este antiguo poblado ha pasado de ser una humilde baronía medieval para convertirse en escenario de historias de fantasmas, psicofonías y avistamientos que alimentan la curiosidad de aficionados al misterio. Aquí se han celebrado misas negras en el cementerio y se han registrado varias psicofonías.
No obstante, si por algo es conocido este lugar es por la leyenda que gira en torno a Melinda, conocida popularmente como la ‘niña de la curva’. Según recoge Ok Diario, una familia de origen centroeuropeo se instaló en la masía El Maset de Dalt y de Baix y, tras una serie de tragedias familiares, la niña falleció en extrañas circunstancias tras caer en un pozo del jardín, desapareciendo para siempre.
Un imán para lo inexplicable
Se dice que su muerte marcó el inicio de fenómenos para los que, hasta la fecha, nadie ha encontrado una explicación. Hay quienes cuentan que han escuchado risas infantiles en las calles o lamentos que cobran fuerza cada noche, así como su figura se ha visto en las curvas de la carretera entre Sitges y Castelldefels, ya que se cree que su espíritu todavía vaga por los bosques del macizo del Garraf.
Pese a que esta sea su leyenda más popular, lo cierto es que Jafra ha terminado por aglutinar todo tipo de rumores: desde supuestas psicofonías y profanaciones en el cementerio hasta reuniones destinadas a la observación de OVNIS y relatos sobre misas negras en la zona. Mientras los relatos sobrenaturales alimentan reportajes de misterio, especialistas en patrimonio recuerdan que Jafra forma parte del inventario arquitectónico de Cataluña y que su estado de conservación requiere medidas.
Aunque hoy domina la maleza y el silencio, el pasado del pueblo se remonta a la Edad Media, con una iglesia dedicada a Santa María que consta en documentos a partir del siglo XIV. A lo largo de los siglos la localidad se fue despoblando progresivamente hasta quedar prácticamente deshabitada en el siglo XX. En la cima del cerro aún son visibles restos de la casa del barón, la rectoría y el cementerio, los cuales se mantienen como vestigios de lo que un día fue Jafra.