Arturo Valls: "No por dedicarte al mundo de la cultura tienes que posicionarte o reivindicar cosas"
El presentador de televisión habla en esta entrevista con El HuffPost sobre su nuevo programa, 'That's My Jam' y hace un recorrido por su trayectoria profesional.

Arturo Valls es ya uno de los rostros más carismáticos y versátiles de la televisión española. Después de una carrera que abarca más de dos décadas, Valls ha demostrado su talento como presentador, actor y productor. Sus inicios están marcados por programas icónicos como 'Caiga quien caiga' o 'Camera café', pero su consolidación como uno de los presentadores más queridos del país le ha llevado a coronarse como el Jimmy Fallon español. Y ahora más que nunca.
Y es que la próxima semana Valls desembarcará en TVE al frente de 'That's My Jam', una adaptación del programa americano creado por Fallon. Con su estilo inconfundible, Arturo Valls ha explicado a El HuffPost qué podemos esperar de esta nueva aventura televisiva, pero también cómo gestiona la fama fuera de la pantalla después de tantos años o qué opina de 'mojarse' en público sobre la clase política.
Antes de nada... ¿Cómo viviste el apagón?
Ah, pues haciendo promoción de 'That's my Jam' el programa que estreno ahora en TVE. Íbamos a hacer una entrevista en un restaurante mientras un cocinero me preparaba un arroz y pensé: "Si se va a acabar el mundo, me va a pillar aquí comiéndome un arroz con bogavante y con una botella de vino blanco. No está mal, no es mal momento." Luego ya con cierta inquietud, lógicamente. También fue como una vuelta a los años 90 que me encantó. Al margen de las situaciones más delicadas, fue maravilloso volver a hablar con tu hijo, bajar a la calle, ir a la zona donde vives y hablar con los vecinos... Con ese ambiente era maravilloso, así que lo vivimos relativamente bien. Luego haciendo fuego, yendo a cazar (ríe)
Últimamente los acontecimientos históricos no cesan. La DANA sé que la llevaste bastante peor. Siendo valenciano te tocó de cerca, ¿no?
Claro, siendo valenciano y sobre todo en la distancia, porque esa impotencia es fatal, sabes. Desde Madrid ni siquiera podíamos acercarnos. Podíamos enviar cosas y en la medida de lo posible pusimos nuestro granito de arena, pero sí, fue una catástrofe en este caso meteorológica. Las hemos vivido ya de todas las índoles... Aunque esta fue mucho más trágica, por supuesto.
¿Con este tipo de asuntos crees que los personajes públicos deben mojarse o pedir explicaciones políticas? En el caso de la DANA no dudaste en pronunciarte.
Sí porque en el caso de la DANA fue algo más llamativo, más obvio, con pocos matices. Defender esa tarde, esa falta de iniciativa que tuvo el Gobierno valenciano... Es que es indefendible. Ahí si que clama y es inevitable. Pero, hay otros asuntos que se politizan de manera más arbitraria o desde las trincheras y a veces no ves la necesidad de pronunciarte. Parece que sea una obligación, que el hecho de dedicarse al entretenimiento o la cultura implique posicionarse o reivindicar según que cosas pues no sé... Cada uno que haga lo que quiera, pero yo creo que no tenemos por qué hacerlo.
¿Hay también algo de miedo a la cancelación?
Depende. Ese miedo yo desde luego no lo tengo... Siempre habrá ayuntamientos del partido opuesto que te contratarán (ríe). A nivel político, te pueden cancelar si el gobierno de la comunidad autónoma que tiene esos teatros, esos conciertos de verano o x no coincide con tu ideal político, pero siempre hay opciones.
¿Y en 'That's my jam' veremos cantando a políticos en esta temporada?
Ojalá, ojalá. Ellos dan el cante bastante, pero de momento hemos optado por gente del mundo del espectáculo, la mayoría cantantes, porque el ingrediente principal en 'That's my jam' es la música y la música en directo, que es fundamental. Del mundo de la política, en principio no teníamos previsto... No hace falta.

¿Con el traslado a RTVE se os ha pedido hacer algún cambio? Se le preguntó mucho a Broncano con 'La Revuelta' y también al equipo de ‘La Familia de la Tele’. Al final la televisión pública tiene sus particularidades.
No, porque al final esto es un entretenimiento blanco. Es verdad que si viene algún invitado más transgresor o con poco filtro a la hora de usar tacos y expresiones se le intenta moderar un poco, pero nada que desvirtúe el formato del programa. Si podemos no decir tacos mejor, pero no pasa nada, se intenta. También los hemos dejado, así que no ha habido problema.
He leído por ahí que lo pasaste regular en ‘La Revuelta’ la última vez que fuiste. ¿Te sentiste entre la espada y la pared con las pullas a ‘El Hormiguero’?
No, no... Incómodo en cualquier caso por uno mismo. Ellos además no te intentan provocar o sacar algún titular. David es amigo y no me pondría en esa tesitura. Casi me incomodan más las preguntas clásicas que ya he contestado mil veces y digo... Joder, David tío, que he venido con mi hijo. A veces uno se relaja y dice cosas... Pero creo que no me metí en un jardín porque además lo que dije es lo que pienso y lo que le he dicho ya a Pablo Motos o a Jorge Salvador sobre dar tanta importancia a todo esto.
'La Revuelta' es complicada, pero creo que tú mismo has dicho que hay famosos que no se han atrevido a ir a 'That's my jam'. ¿Por qué? ¿Qué les hacéis allí?
Les hacemos salir de su imagen habitual, de su zona de confort. Les proponemos cambiar de género, cantar canciones en tonos que nunca han utilizado, juegos de mímica, pelucas. Hay artistas que se toman demasiado en serio y creo que es importante que en la industria musical y en el mundo en general nos tomemos menos en serio. Esto ayudaría a que estuviéramos mejor. Estamos siempre pendientes del que está enfrente, de cuestionar todo... Lo que ofrece el programa es mostrar otra faceta, otra actitud más humana, y esto puede incluso ayudar a vender más discos. A mí me gusta que la gente venga el programa sin miedo a hacer el ridículo o lo que sea.
¿Qué opinas del sentido del ridículo?
Bueno, he creado un imperio a partir de su ausencia (ríe). Me di cuenta de que no tenía miedo al ridículo y lo he aprovechado bastante bien. Luego me dan vergüenza otras cosas, como mostrar sentimientos profundos al hacer personajes más dramáticos o no conocer ciertos autores o libros... Lo típico de que te hacen una pregunta cultural y te pillan en un renuncio. Eso sí me da vergüenza. Pero, a nivel físico, ponerme una peluca, eso casi lo disfruto.
¿Tuviste que estudiarte el formato americano para hacer el programa o se adaptó una nueva versión y lo que pedían era algo diferente?
No tiene mucha dificultad. Siempre que hacemos adaptaciones de formatos internacionales, intento tenerlos como referencia, pero no imitarlo. Es importante dar tu propio tono y tu mirada a ese formato... Eso es lo que funciona. Jimmy Fallon nos felicitó porque le parecía la mejor versión que se había hecho a nivel de energía, tono y comedia. En estos casos es que lo de los clichés se cumple. Tu ves la versión francesa y es que es muy francesa, es todo desde un sitio mucho más serio, elegante... Y nosotros pues con esa alegría que nos caracteriza a los españoles.
Quizás tú eres lo más parecido a un Jimmy Fallon español...
Yo soy más Jimmy Fallas. Pero sí, está esa actitud de generar buen rollo y con esa energía. Podríamos parecernos, sí.
Allí él es un semidiós, pero ¿Crees que aquí en España la televisión valora igual a los profesionales de la información que a los del entretenimiento?
Claro que no. Aquí el prestigio de quien hace comedia y entretenimiento es menor. En el mundo anglosajón se respeta más tanto la comedia como el entretenimiento. Aquí el entretenimiento siempre se ha visto como algo menor. Lo serio es como lo importante. Pero bueno con eso tenemos que vivir y no darle muchas más vueltas.
Estás muy acostumbrado a trabajar con el humor, el entretenimiento, la diversión y a trabajar con una sonrisa, pero imagino que habrás tenido días de grabación a lo largo de estos años en los que quizás estabas enfadado, triste... ¿Cómo has gestionado eso normalmente? ¿Tienes algún recuerdo de este tipo?
Trabajando no tanto, porque al final uno asume que es lo que hay que hacer. Lo he pasado peor con la cruz que llevamos fuera de cámara, cuando la gente espera que hagas el personaje. Trabajando, aunque tenga problemas familiares, sales y oyes el aplauso de la gente, la sintonía del programa, y te olvidas del asunto. Pero fuera de cámara, cuando llevas ocho horas grabando un programa de humor, soltando chascarrillos y bromas y te subes al coche de producción o al taxi y está el típico que dice: ¡Hombre!
Vamos, me acaba de pasar. Llevo toda la mañana grabando y viniendo el taxista me ha dicho: ¡Tendría que pagar yo dinero por llevarte a ti, con la de veces que te he visto! Y ya pretendía que me pusiese a contar chistes en el coche. Ahí dices, hostia, que ahora tengo que estar gracioso. No me apetece. No me apetece estar simpático ahí. A veces no me apetece estar gracioso y hacer el personaje que la gente espera que haga.
Por último, en estos últimos años has hecho algo así como diversificar tus negocios. Te has metido de lleno en el mundo de la producción, quieres sacar una marca de arroz... ¿Cuál es el objetivo final? ¿Hacer dinero o gastar todo el que ya tienes?
Es una cuestión de inquietud, de probar y generar otras cosas. En el caso de la producción, todo empieza porque los papeles que recibo son siempre iguales. Me apetece hacer un tipo de comedia y trabajar con guiones que no hubiera trabajado si no hubiera provocado yo ese proyecto. Me gustó mucho la sensación de hacer realidad una idea escrita. Aunque es ingrato, lo disfruto mucho. El objetivo es no perder dinero, pero tampoco hacerte rico con esto.
En plena ‘promo’ de un programa es complicado responder con sinceridad, pero hasta el momento ¿cuál considera que ha sido el programa de tu vida?
Si me permites meter dos, han sido muchos durante estos 25 o 30 años de carrera, pero creo que "Caiga quien caiga" y "Camera café" son los dos hitos más icónicos. En "Caiga quien caiga" aprendí todo, combinando actualidad y comedia. En "Camera café" entré en el mundo de la interpretación. A partir de ahí, todo lo demás ha ido hacia abajo (ríe) pero sí, esos dos programas siempre serán recordados.
Estás en pleno rodaje de una serie. ¿Nos puedes contar un poco de qué trata?
Estamos rodando 'Rafaela y su loco mundo', una serie que es un sueño, una fantasía. Es un milagro que se pueda producir. Es muy especial, está escrita por Aníbal Gómez y dirigida por Ernesto Sevilla. Narra las aventuras de Rafaela, que está interpretada por Ingrid García Johnson, cuyas amigas adolescentes son Joaquín Reyes, Carlos Areces y Aníbal Gómez. Una sitcom con mucho color, fantasía, decorados increíbles, tramas loquísimas y diálogos brillantísimos. Ellos haciendo de quinceañeras, son... Divinas. Es maravilloso.