La Comisión de Comercio de EEUU abre una investigación, dos fiscales inician pesquisas y los parlamentos británicos y europeo han pedido explicaciones.
Hay que tener mucho cuidado con las filtraciones. Es algo que ya hemos vivido previamente, pero tendremos que encontrar el equilibrio entre la libertad de estar informado y el derecho a la confidencialidad. Como ciudadana, me resisto a admitir que mis conversaciones privadas ya no lo son tanto y observo cómo aumenta la psicosis por sentirnos vigilados en todo lo que tiene que ver con nuestras comunicaciones.