Cataluña merece un Govern capaz de frenar el conflicto y de abrir un nuevo tiempo en el que la resolución del mismo pase por el diálogo, el acuerdo y el pacto.
El Govern de Pere Aragonès nace débil, sin un proyecto claro para la legislatura y sin que casi nadie confíe en la capacidad de seguir soportándose durante cuatro años.
El líder del PSC considera "una tomadura de pelo" que mantengan que quieren gobernar juntos y que, en paralelo, exhiban sus discrepancias ante los medios.
Los socialistas catalanes se han convertido en la opción para los que desean una salida negociada al 'procés', pero deben realizar autocrítica y traducir las palabras en hechos.
El candidato del PSC reconoce que hablará con Esquerra, pero advierte de que lo que piden son "objetivos irrealizables que generarían más frustración".