Más de 7.000 menores han muerto o sufrido mutilaciones desde 2013, en un conflicto en el que todas las partes muestran "un desprecio flagrante" por los pequeños, según la ONU.
El acoso y las palizas afectan su aprendizaje en el corto plazo, y a la larga pueden provocarles depresión, ansiedad y hasta llevarlos al suicidio, advierte Unicef.
En el mundo 151,6 millones de niñas y niños de entre 5 y 17 años se ven obligados o forzados a trabajar. Casi la mitad realizan trabajos peligrosos, como la manipulación de productos químicos o el transporte de cargas pesadas.
El español, representante de Unicef en Siria, alerta del incremento de víctimas menores y de las dificultades que afrontan los miles de discapacitados.