Las dos expresiones se refieren a la misma cosa, aunque desde posiciones encontradas. Los partidarias/os de la "gestación subrogada" defienden la libertad de la mujer que opta por gestar el hijo de otro/s, mientras que los que exigen la prohibición de los "vientres de alquiler" sostienen que, en realidad, no hay tal libertad, y que ello atañe a la dignidad de la mujer.
Una niña o un niño nacidos de un vientre de alquiler tiene tres progenitores biológicos, la madre y el padre que aportaron respectivamente el óvulo y el espermatozoide, y la madre que pone el entorno epigenético del útero en el que el feto se desarrolla.
Al ver esta semana la imagen del presentador Jaime Cantizano anunciando su feliz paternidad por gestación subrogada, un sudor frío recorrió mi espalda. La foto, que recuerda a las famosas portadas del Hola con las celebrities tras dar a luz, me ha puesto los pelos de punta no sólo por la ausencia de la figura de la mujer en una estampa en la que es imprescindible (nos borran hasta de la maternidad), sino también por el aterrador futuro que augura esa flamante sonrisa: una nueva fórmula para explotar y comerciar con el cuerpo de las mujeres.
Nuestra realidad ya no se esconde ni es objeto de programas amarillos. Todavía nos queda mucho por conseguir, pero este Orgullo 2012 estamos de celebración.