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Compartimos el mismo dolor

Compartimos el mismo dolor

El apoyo entre pacientes del Programa de Cirugía Reconstructiva de Médicos Sin Fronteras en Amán les ayuda a sobrellevar el dolor, el largo tratamiento y la distancia.

Iyad mira por la ventana de su habitación en el hospital de cirugía reconstructiva de MSF en Amán, Jordania.
Iyad mira por la ventana de su habitación en el hospital de cirugía reconstructiva de MSF en Amán, Jordania.MSF

En la sala de fisioterapia del hospital de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Amán, Jordania, Iyad (17 años, Territorios Palestinos Ocupados) se ríe mientras pasa un balón de fútbol a su amigo Hossam (21 años, Irak). Es parte de la sesión de fisioterapia de Iyad.

“Me ayuda mucho cuando Hossam se une”, dice Iyad. “Bromeamos mucho, pero también nos apoyamos mucho. El dolor físico desaparece cuando tienes a alguien con quien reír”, añade.

Iyad y Hossam se han hecho muy amigos desde que se conocieron en el hospital hace unos meses. Fuera de las sesiones de tratamiento, pasan el tiempo jugando al fútbol, compartiendo comidas y retándose en la PlayStation. “La última vez que jugamos a la PlayStation, le gané 6-2”, comenta Hossam riendo.

Iyad, del campo de refugiados de Nuseirat en Gaza, resultó gravemente herido tras recibir un disparo de las fuerzas israelíes en la parte posterior del muslo mientras buscaba comida con unos amigos. “Hubo un tiroteo repentino. Surgió de la nada. Me dieron en la pierna. Todo el mundo empezó a correr. Estaba muy asustado”, recuerda.

La bala le alcanzó en la pierna y le provocó graves lesiones nerviosas. Perdió la sensibilidad en la parte inferior de la pierna, el pie y el tobillo. Tras ser operado de urgencia en los hospitales Al Awda y Al Aqsa de Gaza, fue trasladado a Egipto para recibir tratamiento adicional. Cuatro meses después, los equipos de MSF lo trasladaron a Ammán para someterse a cirugía reconstructiva especializada y fisioterapia. Durante casi un año, Iyad ha estado realizando sesiones de fisioterapia todos los días para recuperar el movimiento y la sensibilidad en la pierna. Durante su tratamiento, conoció a Hossam.

Hossam tenía solo nueve años cuando resultó gravemente herido durante una explosión en su ciudad natal, Samarra, en Irak. Las quemaduras causadas por la detonación le cubren la cara, el cuello, el abdomen, la espalda y la mano. Hossam se sometió a 17 operaciones quirúrgicas en Irak antes de llegar al programa de MSF en Ammán en 2019. Desde entonces, se ha sometido a 10 operaciones quirúrgicas, innumerables sesiones de fisioterapia y terapia con órtesis cervical transparente (máscaras especializadas creadas por el departamento de impresión 3D), que le ayuda a mejorar la movilidad y a reducir las cicatrices.

"“Mi vida quedó destruida y mi futuro perdido. Dejé la escuela a pesar de que mi sueño era convertirme en piloto algún día”
Hossam

“Mi vida quedó destruida y mi futuro perdido. Dejé la escuela a pesar de que mi sueño era convertirme en piloto algún día”, cuenta Hossam. “La vida aquí no se parece en nada a la que tenía cuando aún estaba en casa. Es diferente. Aquí, en Jordania, soy un extranjero. No estoy rodeado de mi gente ni de mi familia”, apunta.

Iyad conoce bien este sentimiento: “En mi casa, en Gaza, siempre estaba rodeado de gente. A pesar del hambre, el peligro y los bombardeos, me sentía seguro rodeado de mi familia y mis amigos. Al llegar aquí, tenía miedo. Me preocupaba cómo sería la vida en el hospital y si tendría amigos”.

“Además de estas lesiones —explica Iyad—, la sensación de estar solo hace que todo sea mucho más doloroso. Necesitas a alguien con quien hablar. Te ayuda a olvidar el dolor”.

Los equipos de salud mental de MSF en el programa coinciden en la importancia del apoyo social para las víctimas de la guerra. Los pacientes del hospital provienen de zonas de guerra de todo Oriente Medio, incluidos los Territorios Palestinos Ocupados, Irak y Yemen, para recibir tratamiento médico que no está disponible en sus lugares de origen. Algunos llegan con cuidadores, mientras que otros, como Hossam, vienen solos. La mayoría de los pacientes requieren múltiples cirugías y una rehabilitación prolongada, lo que los lleva a estar separados de sus familias durante mucho tiempo. Para muchos, es la primera vez que salen de su país.

"En mi casa, en Gaza, siempre estaba rodeado de gente. A pesar del hambre, el peligro y los bombardeos, me sentía seguro rodeado de mi familia y mis amigos. Al llegar aquí, tenía miedo"
Iyad

“El apoyo social de los compañeros es un escudo contra la depresión, el trastorno de estrés postraumático y la ansiedad”, explica Mahmood, psicólogo clínico de MSF en el programa. “Las personas necesitan a otras personas a su alrededor que las apoyen y normalicen sus sentimientos. Los pacientes aquí se apoyan mutuamente de formas que nosotros, como personal, no siempre podemos ofrecer. Se identifican entre sí, ya que todos tienen lesiones relacionadas con el conflicto”, expone.

“Compartir sus experiencias les ayuda a sanar, a sobrellevar el dolor, el largo tratamiento y la distancia de su hogar. Para las víctimas de la guerra, la recuperación va más allá de la cirugía”, recalca Mahmood.

“Aquí hay personas de diferentes nacionalidades y con diferentes lesiones”, dice Hossam, “pero no hay divisiones entre nosotros. Somos hermanos y hermanas. Nos entendemos porque sabemos lo que se siente. Compartimos el mismo dolor”.

Iyad, de Gaza, y Hossam, de Irak, se han hecho muy amigos desde que se conocieron en el hospital hace meses. Fuera de sus sesiones de tratamiento, pasan tiempo jugando al fútbol, ​​compartiendo comidas y compitiendo en la PlayStation.
  Iyad, de Gaza, y Hossam, de Irak, se han hecho muy amigos desde que se conocieron en el hospital hace meses. Fuera de sus sesiones de tratamiento, pasan tiempo jugando al fútbol, ​​compartiendo comidas y compitiendo en la PlayStation.MSF

Iyad está de acuerdo: “Aquí he conocido a iraquíes que me han dicho lo mucho que apoyan a los palestinos. Están con nosotros. Me sorprendió su solidaridad. Me hizo amar Irak”.

Cuando Iyad llegó, no podía caminar sin ayuda. Ahora lo hace de forma independiente, pero no ha recuperado la sensibilidad en el pie y el tobillo. Espera seguir recuperándose. “Antes de la lesión, tenía grandes sueños de convertirme en futbolista. Ahora, esos sueños se han esfumado. Solo espero recuperarme y recuperar mi salud”, anhela.

"Aquí he conocido a iraquíes que me han dicho lo mucho que apoyan a los palestinos. Están con nosotros"
Iyad

Hossam necesitará años de tratamiento para liberar aún más las contracturas de su piel. En el futuro, espera no verse afectado por su lesión y poder formar una familia y tener su propia carrera profesional.

Después de su tratamiento, Iyad y Hossam esperan visitarse mutuamente en sus países de origen.

“No vamos a rendirnos el uno al otro. Es difícil dejar ir a las buenas personas”, concluye Iyad.

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El Programa de Cirugía Reconstructiva de Amán fue creado por MSF en 2006 para proporcionar atención quirúrgica, rehabilitación y psicológica a las víctimas de la guerra en Oriente Medio. Como parte de la atención psicológica, el programa fomenta el apoyo entre iguales: los pacientes ofrecen y reciben apoyo basándose en experiencias y retos compartidos. Esto se produce tanto de manera formal, a través de sesiones de terapia de grupo, como de manera informal, a través de los vínculos que se crean entre los pacientes.